Ser mejor amiga de Scorpius Malfoy fue de las mejores cosas que le pasó en la vida.
Conocer a su padre fue su perdición.
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Fecha de publicación: 17/09/2021
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𝓔 | ESME STANFORD
No sabía si estaba soñando, o simplemente me había muerto.
¿Ya ven que dicen que la luz llega en esos momentos dónde estás más cerca de morirte?
Bueno, yo veía todo oscuro. Quizás, si me iba a ir al infierno después de todo.
Pero si estaba ahí, entonces habían camas muy cómodas y un frío que llegaba a doler los huesos.
Me comencé a preguntar si mi estadía eterna en el infierno constaría del último dolor que había sentido al momento de morir. Me dolía mucho la cabeza, y saqué mi lengua para lamer mi boca. La tenía completamente seca.
Lo único que sentí cálido fue mi mano derecha, junto a mi muslo.
Qué raro.
Hice una mueca cuando intenté moverme, pero me costaba demasiado. Tenía un sabor medio amargo en la boca; como esos jarabes asquerosos que dan para la tos, que te dejan un mal gusto cuando ya lo tragaste.
Intenté abrir los ojos de a poco, preparándome para que la luz invadiera mi vista; pero nada. Sólo vi un techo oscuro.
Cuando mi mirada finalmente volvió a la normalidad, suspiré al darme cuenta de que en realidad, estaba en la enfermería.
Me había desmayado frente a muchas personas, ¿cómo iba a vivir con eso? Mi mayor miedo se había vuelto realidad.
Por lo menos, ya no me dolía tanto el estómago como antes. Era algo tolerable.
Me costó un poco mover la cabeza en primera instancia. Me dolía demasiado el cuello, y creo que eso podía agradecérselo a las incómodas almohadas de las camillas.
¿Por qué nadie se había tomado la molestia de lanzar un hechizo de calor a las sábanas?
Noté que en realidad, sí estaba completamente oscuro, y no sólo era una alucinación por mi estado.
¿Cuánto había estado dormida?
Tenía tantas preguntas, y ninguna respuesta. Dios mío.
Intenté mover mi cuerpo una vez más; esta vez tratando de sacudir los dedos de mis manos para comenzar a despabilar un poco.
Fruncí el ceño al sentir algo encima de una de ellas, evitando que hiciera cualquier cosa.
Intenté mirar hacia esa dirección, pero no pude. Alguien estaba sentado a mi lado, sosteniéndome la mano. Quizás era Albus; era lo primero que se me había venido a la mente.
¿Draco se habría dado cuenta de que estaba aquí?
Me maldije al notar que él había sido una de las primeras cosas en la que pensé, apenas despertando de un seguro coma.
