Ser mejor amiga de Scorpius Malfoy fue de las mejores cosas que le pasó en la vida.
Conocer a su padre fue su perdición.
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Fecha de publicación: 17/09/2021
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𝓔 | ESME STANFORD
—¡Aquí estás!—Una voz me sacó de mi profundo sueño.—Anoche creí que te irías con ese Gryffindor, ¡pero luego dijeron que lo vieron solo subiendo las escaleras! ¡Pensé que te había pasado algo!
La voz de Rosie me hizo retumbar la cabeza, como si mil martillos me golpearan al mismo tiempo. Escondí mi rostro contra mi almohada, gruñendo ante sus reproches.
—¿Y dónde te fuiste? ¿Qué pasó?—Se sentó a mi lado, mientras apartaba mi cabello de mi rostro, mostrándome un vial con un líquido transparente en él.
Bendita seas, Rose.
Me senté lentamente en la cama, bostezando mientras estiraba mis brazos. Alcancé el vial, tomando la poción anti resaca, para luego responder.
Pero apenas recordaba las cosas que habían pasado el día anterior. Sólo recordaba yo siendo besada contra una pared, y luego el señor Malfoy interrumpiendo todo.
—Oh no.—Me tapé mi rostro con mi cara.—Íbamos a... sí. Pero el señor Malfoy justo llegó-
—¡Los vio follar!—Exclamó ella, horrorizada y tapándose su boca con sus manos.
Yo comencé a negar con la cabeza repetidas veces, antes de echarme nuevamente contra la cama.
—Sólo nos dio detención... eso creo.—Murmuré.—Ahora vete y déjame dormir.—Le pedí.
Recordar todo lo que había pasado la noche anterior me avergonzaba, y de alguna manera, agradecía no haberme acostado con McLaggen. Me hubiese arrepentido, definitivamente. Sólo esperaba que no me dijera nada al respecto hoy, ni él, ni el señor Malfoy.
—No. Debemos desayunar. La poción te hará efecto en un rato y luego querrás comer, vamos.—Comenzó a quitarme mis sábanas de encima, dejándome por completo descubierta.
Y sí, sólo estaba durmiendo en bragas.
—¡Es enorme!—Dijo, mirando más de cerca el tatuaje en mi pierna.
Yo simplemente me reí, recordando que no había visto por completo mi tatuaje.
—Me ducho y bajo. Espérame en la sala común o como quieras, no tardo.—Le hablé, ahora levantándome de mi colchón y caminando a buscar una toalla.
Ella asintió, y salió del dormitorio, dejándome sola nuevamente.
Después de darme una corta ducha, lavarme los dientes muy bien, y vestirme, me sequé mi cabello con un rápido hechizo y caminé hasta llegar a mi sala común. Rose estaba sentada, jugando con su varita distraídamente.
—¿Vamos?—Le hice un gesto con mi cabeza, mientras guardaba mis manos dentro de los bolsillos de mi sudadera.
Ella asintió, y con eso, ambas nos dirigimos rápidamente al Gran Comedor. Eran casi las nueve de la mañana, y casi no había alumnos de último año en nuestra mesa. Nos quedamos mirando detenidamente, en busca de Albus o Scorpius, pero tampoco estaban.
