𝓬. 050

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【 𝓐. 050

𝓔 | ESME STANFORD

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Draco se retiró un rato después de todo lo hablado, dejándome nuevamente sola en la camilla de la enfermería. Y sí, me dejó un hechizo calentador en las sábanas antes de irse.

Obviamente no podía ser visto a las seis de la mañana junto a mí, sería simplemente raro. Además, me daba tiempo para volver a dormir... aunque si me ponía a dormir, quizás todos pensarían que seguía inconsciente.

Luché por quedarme despierta hasta las ocho de la mañana; había dormido mucho, de todos modos, por lo cuál no fue tan difícil esperar a que Meredith se despertara, algo exaltada al verme ya sentada sobre la camilla.

Me dio un par de pociones para mi dolor de espalda, para el dolor en el estómago y me explicó un poco mejor lo que me había sucedido.

Al parecer, era una intoxicación alimenticia; algo que claramente había sido intencional. Me habló de que quizás la directora vendría a verme temprano para preguntarme cosas, y que también llamaría a mis amigos en caso de que yo no recordara ciertos eventos,

Creo que iba a ser todo un asunto esto de mi desmayo; por lo menos no me habían llevado a San Mungo.

La primera persona en llegar a verme fue Albus, junto con Isaac y Jacob.

Isaac me preguntaba cada cinco minutos si me encontraba bien, mientras Albus me revisaba la temperatura cada cinco minutos. Jacob era el único que me trataba normal, lo cuál agradecía. Me explicaron sobre las clases que me perdí durante mi estadía en la enfermería, y me dijeron que tuve suerte de que no había pasado nada muy importante.

O quizás estaban mintiendo sólo para hacerme sentir bien.

Isaac se fue al rato después, justo cuando Scorpius llegó con Jade. Fruncí el ceño al ver su mirada grosera hacia él, mientras mi amiga sonreía de lado ante sus acciones.

Alcé una ceja, pero no pregunté nada. A Scorpius y Jade jamás les había agradado Isaac de todos modos.

—La Directora McGonagall vendrá después del almuerzo. Y ustedes, ya deben ir a clase —llegó Meredith, con un frasco en su mano.

Era el mismo líquido púrpura que me había dado apenas vio que estaba despierta.

—¡Pero si acabamos de llegar! —se quejó el platinado.

—Pueden venir en la tarde. No quiero que me digan nuevamente que los dejé saltarse clases como si nada —gruñó la mujer, acercando el vial hacia mí mientras yo arrugaba el rostro asqueada—. Vamos, Esme. Es para que se reafirme tu estómago —insistió, a lo que finalmente accedí, dejando que vertiera el líquido ácido dentro de mi boca.

¿No que tenía que ser todo lo contrario? ¿Un antiácido?

Bueno, algún día entendería todas esas cosas raras, lo tenía más que claro.

Alluring | Draco Malfoy ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora