Ser mejor amiga de Scorpius Malfoy fue de las mejores cosas que le pasó en la vida.
Conocer a su padre fue su perdición.
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Fecha de publicación: 17/09/2021
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𝓔 | ESME STANFORD
Estaba nerviosa, claro que sí.
Llevaba por lo menos media hora mirando la puerta frente a mí. No quería ver a Albus.
Ni a Draco ni a Scorpius.
Seguía pensando en lo de ayer, en las palabras de Albus.
¿Quizás no se acordaba? Después de todo, estaba ebrio.
Pero no lo suficiente como para olvidar eso, siendo sincera.
Y sabía que en parte era mi culpa; por primera vez en mi vida me sentía de esta manera y tenía que ser él.
¿Por qué eres tan complicada, Esme?
A veces de verdad me cuestionaba si seguir esto era una buena idea; y todo me apuntaba a que no.
Había demasiado en juego, no podía seguir esto.
Pero no quería terminarlo; a pesar de tener un millón de cosas en contra, no quería estar lejos de él.
Su olor, su cabello, sus ojos; todo se sentía como un hogar para mí. Ni en mi propia casa me había sentido así de cómoda en tanto tiempo.
A veces fantaseaba con que lo nuestro duraría para siempre. Él y yo solos, sin nadie más que nos molestara.
Pero las cosas no eran así de simples.
—¡Esme! Ya nos vamos —la voz de Scorpius al otro lado de la puerta finalmente me hizo volver a la realidad.
Me levanté de la cama, mirándome al espejo una vez más; miré mi equipaje a un lado de la puerta, para luego acercarme a la manilla y abrirla.
Scorpius se veía cansado, era obvio que tenía resaca. Todos se habían ido alrededor de las 4 de la mañana, y vi cómo uno de los elfos agarró a mi amigo y lo apareció a su habitación.
Albus no me habló después de lo sucedido, pero era entendible, seguramente tenía que procesar toda la situación y además, estaba con Jacob.
Tenía suerte de que Jade se quedó conmigo hasta que todos se fueron.
—¿Cómo dormiste? —intenté hablar normal, comenzando a caminar a su lado y agarrando mi valija en el camino.
—Oh, no, un elfo bajará esto de inmediato —me detuvo, antes de que continuaramos caminando para bajar las escaleras—. Ni recuerdo cómo me dormí, apenas recuerdo si me cantaron feliz cumpleaños. Pero estoy vivo, y es lo que importa.
