𝓬, 024

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ADVERTENCIA: ESCENAS EXPLÍCITAS, LEER CON DISCRECIÓN.

【 𝓐. 024

𝓓 | DRACO MALFOY

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𝓓 | DRACO MALFOY


Debía estar completamente loco.

Corrección; estaba completamente loco.

Me había dejado llevar completamente, y no sabía si estar feliz o arrepentido. Es decir, se sentía bien... y debía estar bien.

Pero no.

No estaba bien cuando la razón era una bruja de diecinueve años que era la mejor amiga de mi hijo. Una chica que literalmente, podría ser mi hija.

Pero la manera en que sus manos tocaban mi rostro al besarme, y cómo sus labios se sentían contra los míos me superaba.

Y ahora, me encontraba esperándola sentado tras mi escritorio, con un café con leche listo para cuando ella llegara.

Por un momento, creí que besarla iba a quitarme el pequeño encaprichamiento que había generado hacia ella.

Jamás había estado tan equivocado en mi vida.

Mi cuerpo se había vuelto casi necesitado de sus besos. No había dejado de pensar en mis manos tocando su cintura mientras soltaba pequeños suspiros cuando la besaba. Los pequeños sonidos que hacía sin darse cuenta ante mi tacto eran todo lo que había ocupado mi cabeza la noche anterior.

Maldije el hecho de que mis padres quisieran verme a mí y a Scorpius esa tarde. Lo único que quería era tenerla conmigo y besarla sin cesar durante horas.

¿Era mucho pedir?

Negué con la cabeza ante ese pensamiento. Sonaba realmente ridículo.

¿Qué estaba pensando?

Esmeralda estaba consciente de lo peligroso que era hacer lo que estábamos haciendo. Y por eso, el hecho de que quisiera hacerlo de todos modos me cautivó más.

Pero, mierda. Estaba mal. Toda esta jodida situación estaba mal, y aún así aflojaba mi corbata de manera incómoda mientras esperaba que cruzara la puerta de mi oficina.

Vi la hora; eran las cinco en punto de la tarde. Hoy no tuvo clases, obviamente, pues era sábado. Pero supuse que quizás se había ocupado con sus amigos y se había olvidado que tenía que venir.

¿No iba a venir? ¿Por qué estaba pensando tanto en todo?

El maullido de Rufus me sacó de mis pensamientos. Aún recordaba la primera vez que lo había visto - y sinceramente, creí que era una gata. Mi intuición me lo había dicho, pero al parecer, había fallado por primera vez en muchos años.

Sonreí al ver al animal caminar entre mis piernas, ronroneando y pasando repetidas veces, con su cola haciendo cosquillas en mi pantorrilla en el proceso.

Alluring | Draco Malfoy ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora