𝓬. 053

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【 𝓐. 053

𝓔 | ESME STANFORD

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Me encontraba prácticamente corriendo por los pasillos después de que Draco y yo nos quedáramos dormidos después de la pequeña lección de Francés que me había dado.

No era tan difícil entender el idioma, pero me costaba muchísimo pronunciar algunas cosas. Odié a Draco por tener una capacidad tan buena de pronunciar palabras tan difíciles, pero me dijo que fue porque sus padres siempre hablaron a la perfección francés desde que él era pequeño; por ende, él sólo adquirió el idioma como si nada. 

¿Por qué tenía que ser bueno en todo? Qué estresante.

Llegué justo antes de que el toque de queda comenzara. Murmuré la respuesta al acertijo antes de subir hacia mi habitación.

Tenía por lo menos dos cartas pendientes por leer; una de Rebeca y otra de mi madre.

No decían mucho en especial, pero definitivamente me sentía más amada que nunca. Mi hermano me había escrito la semana pasada, y mi abuela me había mandado chocolate suizo; ese que solíamos comer juntas cada vez que me quedaba a solas con ella.

Antes de ir a acostarme, simplemente me di una ducha y dejé mis cosas listas para el siguiente día, esperando a que finalmente hubiera algo de paz.

Necesitaba tranquilidad, definitivamente.

[...]

El desayuno del día Lunes fue normal; dentro de lo que se puede decir. Las miradas disimuladas con Draco habían vuelto, pero ahora tenía la desventaja de que tenía a Jade y Albus mirándome mientras rodaban los ojos ante lo sonrojada que estuve durante la comida.

El tema de Isaac no se habló más, por petición mía, aunque Scorpius siempre encontraba la manera de insultarlo indirectamente. Bueno, supongo que iba a poder vivir con eso, no tenía problema en absoluto.

Suspiré mientras jugaba con las frutas en mi plato. Albus me estaba obligando a comer, mientras Jade y Scorpius hablaban frente a nosotros sobre lo menos esperado; sí, estaban hablando de criaturas mágicas. Y lo más impresionante era que Scorpius parecía saber mucho de ellas, lo que dejó a saber que seguramente había estado leyendo mucho para poder hablar con ella del tema.

Era adorable, realmente.

—Debes venir a verme entrenar hoy —dijo Albus, poniendo una porción más de fruta en mi plato—. ¿Tomaste tus pociones hoy?

Rodé los ojos, al ver que ya era la tercera vez que rellenaba mi plato, según él, disimuladamente. Corrí mi plato hacia adelante, antes de tomar mi vaso de jugo y beberlo de un trago.

La acidez de la naranja definitivamente me había hecho mal, pero de seguro con un poco de agua se me iba a pasar.

—¿A qué hora? Es que debo salir con Jade en la tarde, pero no sé-

Alluring | Draco Malfoy ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora