𝓬. 007

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【 𝓐. 007

𝓔 | ESME STANFORD

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Como de costumbre, después del almuerzo el día miércoles, Scorpius y yo veníamos de vuelta de la lechucería. Su abuela le había mandado caramelos extra - para que nos diera a nosotros. O al menos, eso leí yo en su carta.

—Estás loca. No puso eso en la carta.—Se quejó él, guardándose los dulces en su bolsillo - que claramente no entraban.

—Ahí decía "para que compartas con tus amigos", no para que te los comas solo.—Me burlé, con las cartas en mi mano que aún no abría.

Milagrosamente, mi padre me había mandado otra carta, pero no tenía ganas de abrirla. No aún.

—Necesitaré un par de caramelos para poder soportar esta clase.—Bufé, mientras bajábamos los últimos dos escalones del lugar.

—Te dije que la clase con mi papá no sería divertida.—Respondió.—Además, Esme, su arrogancia con la tuya... Estaba claro que iban a discutir. Sólo asegúrate de no ganarte detención con él.—Le dio unas palmadas a mi hombro, para luego seguir caminando.

—Scorpius, si alguna vez maldigo accidentalmente a tu padre... ¿te enojarías?

—Te daría la mitad de mis caramelos, Stanford.—Dijo de inmediato, con una sonrisa traviesa en su rostro.

—Trato.—Respondí yo.—Cobraré tu palabra.

Ambos continuamos hablando hasta que finalmente nos encontramos a Rose en el pasillo de camino al aula - se encontraba con una expresión preocupada, lo que nos hizo alarmarnos de inmediato.

—¿Rosie, qué pasó?—Me acerqué a ella rápidamente.

—Lily y Hugo.—Comenzó a explicar.—Le dieron un pastel a Albus, y bueno-

—¡Fue sin querer!—Hugo saltó.—Sólo queríamos que fuese una bromita, ¡no creímos que sus piernas se iban a pegar!

—¡Hugo Granger-Weasley!—La voz de una señora nos hizo saltar a todos.

—Oh no.—Rose murmuró, mirando alarmada a su hermano menor.—Espero que estés listo, Hugo. Mamá se ve furiosa. ¡Suerte!

Y con eso, Rose nos agarró a mí y a Scorpius por la muñeca y nos sacó de ahí.

—¡Yo quería saludar a tu mamá!—El platinado se quejó, frotándose la muñeca debido al fuerte agarre de su mano.

—Y yo no quería recibir un regaño de su parte. No ahora.—Negó con la cabeza.

—¿Pero por qué te iba a regañar a ti?—Pregunté, acomodando mi bolso sobre mi hombro.

—Porque... yo le di esos pasteles a Hugo.—Soltó una risa nerviosa, sin dejar de mirar al frente.

Alluring | Draco Malfoy ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora