Ser mejor amiga de Scorpius Malfoy fue de las mejores cosas que le pasó en la vida.
Conocer a su padre fue su perdición.
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Fecha de publicación: 17/09/2021
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𝓔 | ESME STANFORD
Ya era la primera semana de marzo; día martes, para ser más específica. Era la hora de la cena, y como era usual, me encontraba sola comiendo en la mesa de mi casa.
La directora estaba a punto de dar un anuncio importante, por lo que llamó la atención de todas las personas en el lugar.
—Buenas noches, estudiantes. Como sabrán, el día viernes veintiséis de junio está planeada la ceremonia de graduación para todos los estudiantes de último año —hizo una pausa—, pronto tendrán que acercarse a su jefe de casa con una lista, indicando los nombres de las personas que invitarán. Recuerden que en esa fecha, el castillo implementa los arreglos necesarios para las familias muggles, por lo que podrán asistir sin mayor problema.
Sonreí ante eso; ya sabía que desde hace varios años los muggles podían entrar con hechizos muy especiales que se lanzaban al castillo en ese día en específico.
Llevé mi mirada enfrente mío; Scorpius y Albus me estaban haciendo señas, intentando decirme algo, pero no entendí nada. Simplemente fruncí el ceño, modulando un "¿qué?" con mi boca, pero no recibí ninguna respuesta de su parte.
Supuse que tendría que esperar a terminar de cenar para que me dijeran el chisme.
Terminé mi cena al cabo de unos minutos, y agarré mis cosas rápidamente cuando vi a Albus y Scorpius salir, claramente mirándome para que los siguiera. Tomé un último sorbo de mi vaso de agua, antes de levantarme de mi lugar y dirigirme a paso rápido hacia la salida.
Choqué con un par de personas en el camino, pidiendo disculpas mientras tenía mi vista enfocada en frente. No sabía por qué estaba tan acelerada, si los iba a encontrar de todas formas.
Finalmente llegué a ellos, quienes hablaban por lo bajo hasta que me miraron. Me acerqué con el ceño fruncido, cruzándome de brazos antes de alzar una ceja.
—¿Y qué pasa? —pregunté, curiosa.
—Quería preguntarte si has visto a Jacob hoy. No lo veo desde después del almuerzo —Albus preguntó, sonando algo preocupado.
Negué con la cabeza de inmediato, sintiendo extrañeza al notar que en realidad, no lo había visto en todo el día.
—No, no lo he visto —respondí—. ¿Cómo es que desapareció?
Scorpius se encogió de hombros luciendo igual de angustiado. Sí, se había encariñado mucho con Jacob, eso lo sabía.
—Es raro, porque no nos avisó nada —comenzamos a caminar en dirección a la sala común de ellos, escuchando como ya varios alumnos comenzaban a salir del Gran Comedor.
Vi la figura de Draco pasar justo por un lado de nosotros, pero ni siquiera se molestó en darse la vuelta para saludar; y bueno, ninguno de mis amigos pareció darse cuenta tampoco.
