Ser mejor amiga de Scorpius Malfoy fue de las mejores cosas que le pasó en la vida.
Conocer a su padre fue su perdición.
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Fecha de publicación: 17/09/2021
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𝓔 | ESME STANFORD
—¿Estás preparando tu bolso?
La voz de mi madre llamó mi atención desde mi puerta, la cuál se encontraba entreabierta. Giré mi rostro de inmediato hacia ella con una sonrisa, asintiendo mientras terminaba de dejar mis últimas prendas de ropa guardadas.
—Sí, acabo de terminar —suspiré, levantándome del suelo y admirando el enorme desastre que había dejado en mi habitación.
Ella entró, caminando directo hacia la orilla de mi cama para sentarse en ella. Agate estaba acurrucado en mi cojín, mirando con atención a la mujer.
—Pensar que tu abuela dejó todo ordenado, y ya apenas se nota que hicieron aseo aquí —negó con la cabeza, soltando una pequeña risa.
Imité su acción, agarrando mi varita de mi mesa de noche y murmurando un hechizo para dejar todo en donde estaba originalmente.
—Listo —sonreí.
Ella alzó ambas cejas, soltando otra risa a la vez que yo tomaba asiento a su lado. Agate caminó de inmediato a mi regazo, recostándose en él para que le hiciera cariño.
—Eso es trampa.
—No, mamá, sólo es magia —incliné mi cabeza a un lado—. Albus viene a buscarme un rato más, ¿están todos abajo?
—Tu abuela salió a comprar. ¿Cuántos días dijiste que estarás allá? —preguntó, arreglando mis mechones de cabello detrás de mis orejas.
—Sólo tres días, luego me tendrán todo el verano aquí —expliqué, volviendo a acomodar mi cabello como lo tenía antes.
—Esme, deberías dejar tu cabello atrás, se te ve más el rostro.
—No me gusta, mis mofletes se ven demasiado rechonchos —fruncí el ceño, suspirando profundamente.
—Deberías invitar a tus amigos a cenar algún día, creo que se les hace mucho más fácil volver tarde por esa cosa rara que usan ustedes.
—¿Polvos flú? Sí, la verdad tengo muchas ganas de que vengan algún día —asentí—, quiero mostrarles un poco por aquí, creo que les va a gustar la feria que hacen cerca por el comienzo de las vacaciones.
La vi sonreír, antes de mirar a su alrededor con nostalgia.
—No puedo creer que apenas llegas y ya te vas en dos meses a estudiar —dijo apenada—, y va a ser mucho más difícil verte.
