Ser mejor amiga de Scorpius Malfoy fue de las mejores cosas que le pasó en la vida.
Conocer a su padre fue su perdición.
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Fecha de publicación: 17/09/2021
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𝓔 | ESME STANFORD
Después de dos horas metida dentro del salón, dando mi último examen relacionado a la beca de Francia, finalmente pude respirar. Me encontraba caminando por el pasillo entre los pupitres, observando a los demás estudiantes terminar sus propios exámenes mientras yo me dirigía rápidamente a la salida.
Sabía que probablemente, todos mis amigos estarían esperándome afuera, considerando que nuestros éxtasis habían terminado la semana anterior y ahora sólo nos encontrábamos en el castillo esperando los resultados, y claro, la tan esperada graduación.
Amarré mi cabello rápidamente con la liga en mi muñeca, acomodando mi bolso sobre mi hombro antes de tomar la manilla de la gran puerta del lugar.
Al abrirla, lo primero que me encontré fueron los amigables rostros de mis amigos, con miradas expectantes en sus rostros mientras se levantaban de los asientos en el suelo que habían tomado.
—¡Esme! ¿Cómo te fue? —Albus fue el primero en acercarse a mí, pasando su brazo sobre mis hombros para darme un abrazo de lado.
—Fue menos extensa que la segunda, pero definitivamente pedía cosas más detalladas —suspiré—, como sea, creo que me fue bien.
Es decir, me seguía causando inseguridad el hecho de que hubiera terminado antes que todo el resto, pero ya estaba hecho. El examen estaba entregado, y sólo me quedaba esperar el resultado que llegaría...
Ni siquiera tengo idea de cuándo llegarán los resultados.
—Entonces vamos a relajarnos un poco, tenemos una mesa esperándonos en Las Tres Escobas, ¿sí? —Jade habló esta vez, de la mano con Scorpius quién me miraba sonriente.
—Bien, vamos —asentí, comenzando a seguir el paso del resto, y como siempre, quedando detrás junto a Isaac, siendo que los otros cuatro andaban en parejas.
—Siempre quedamos así —se burló él, ofreciéndome su brazo para que lo entrelazara con el mío.
Negué con la cabeza sonriendo, correspondiendo su gesto de inmediato.
—No me has dicho que harás después de graduarnos —alcé una ceja hacia él, esperando una respuesta.
Él se encogió de hombros, exhalando profundamente sin quitar su mirada de enfrente.
—Creo que volveré con mis padres, no sé —suspiró— quiero quedarme en Londres, siendo sincero. Aún estoy interesado en trabajar en el Ministerio.
—¿Pero en qué departamento? ¿Y qué debes estudiar para eso?
—Creo que debo postular con los resultados de mis EXTASIS, y claro, en realidad veré para qué me alcanza —soltó una risa— con tal de tener un trabajo, estoy bien.
