𝓬. 070

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【 𝓐. 070

𝓓 | DRACO MALFOY

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𝓓 | DRACO MALFOY

No sabía si habían pasado dos, tres o cuatro días... pero me sentía jodidamente solo.

Scorpius no había escrito ninguna carta, y yo tampoco había tenido el valor de acercarme a la casa de Theo para preguntar si podía hablar con él — de todos modos, me había dejado bastante claro de que no quería hablar con nadie, y que seguía encerrado en la habitación de invitados de su casa.

Mi madre había venido a verme el día anterior, pues no tardé demasiado en enviarle una carta para contarle que todo se había ido a la mierda. Ella me dijo que le diera un tiempo a Scorpius, quizás un par de días — lo había ido a ver pero me dijo que no hablaron casi nada.

Según ella, yo me alejaba de la misma manera cuando me sentía enojado — y bueno, Scorpius estaba en todo su derecho.

Ni siquiera merecía que me dirigiera la palabra, o siquiera que me escuchara, lo tenía clarísimo.

Rufus se encontraba a los pies de mi cama, durmiendo espléndidamente sin parecer preocupada en absoluto. No le había costado mucho adaptarse a la Mansión, pero me daba pena porque sabía que dentro de poco nos tendríamos que ir.

Miré la hora en el reloj, y vi que ya me había saltado el desayuno y el almuerzo. Los elfos ya no estaban en casa desde que dejaron todo ordenado en la fiesta, y eso me dejaba a mí a cargo de cocinarme.

Desde hace un par de días, mi única cena eran las botellas de whisky guardadas en la bodega del sótano.

Tenía una resaca del demonio, pero prefería concentrarme en mi dolor de cabeza a tener que pensar en mi hijo, o en Esme.

Esa era otra culpa que tenía dentro de mí — ¿en qué estaba pensando cuando dejé que lo de nosotros siguiera?

Sabía que no podía justificarme en absoluto, porque yo permití que todo eso entre nosotros ocurriera. Yo le permití amarme, y también me permití amarla.

Y tenía que comenzar a hacer las cosas bien, no podía seguir cagándola más.

No le había mandado ninguna carta, pero claro que lo había pensado. El papel con su dirección anotada me miraba con súplica cada vez que pasaba a buscar algo a mi oficina en la Mansión.

Ella tampoco se había comunicado conmigo, pero sabía que no tenía alguna lechuza para hacerlo — y claro, tampoco tenía pensado comprarme un móvil pronto, simplemente no me gustaban.

Alluring | Draco Malfoy ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora