𝓬. 025

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【 𝓐. 025

𝓔 | ESME STANFORD

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—No querrás que nos escuchen, dulce, ¿o sí?

Sus manos habían ido directo a uno de mis pechos, apretando con fuerza antes de bajar por mi vientre.

Estaba tan cerca de tocarme. Quería sentirlo por completo dentro de mí.

Sus labios besaron suavemente mi cuello, mordiendo la sensible piel del lugar. Gemí ante sus acciones, mientras su mano finalmente me tocó donde más lo necesitaba. Sus dedos resbalaron por mi humedad repetidas veces, y eché mi cabeza hacia atrás, soltando un jadeo cuando dos de sus dedos entraron en mí.

—Tienes una boca tan sucia, hmm. ¿Quién lo pensaría al ver la dulzura de tu rostro?

—¡Esme! —El grito de Rose me sacó de mi agradable sueño de un golpe.

Me senté sobre mi cama, dándome cuenta de que estaba completamente sudada, y mis cabellos se me pegaban a la frente de manera incómoda.

Era la tercera noche que tenía un sueño así, con él.

—Estabas teniendo otra pesadilla, deberías ir a ver a la enfermera para que te de algo de dormir —se acercó a mí preocupada, llevando su mano a mi frente para ver si tenía fiebre—. ¡Estás ardiendo!

Pero no por lo que crees, Rosie.

—No pasa nada —la aparté de mí, recuperando mi aliento—. Como dijiste, sólo son unas tontas pesadillas.

Ella frunció el ceño, no luciendo para nada convencida de mis palabras. Se levantó del suelo, y fue a su cama a terminar de arreglarse para la primera clase del día.

—Bien, apresúrate. Y date un baño, apestas —me apresuró, a lo que simplemente rodé los ojos.

Fui rápidamente a darme una ducha, tratando de quitarme todo lo caliente del cuerpo con agua fría.

Lo cuál casi ni funcionó, pero bueno.

Las primeras clases pasaron rápido. Scorpius y Rose anduvieron pegados como un chicle a un zapato, mientras yo los acompañaba sola.

Sí, Albus ahora pasaba tiempo con Jacob y sus amigos, pero realmente no me molestaba. Se veía feliz por primera vez en mucho tiempo saliendo con alguien, aunque sabía que era discreto con el tema.

Scorpius, por otro lado, andaba preguntando cada cinco segundos por él.

—¿Será que cambió de mejor amigo? —repitió por sexta vez en el almuerzo.

Rose bufó, también por sexta vez, golpeando su tenedor contra la mesa.

—Scorpius, amor. Te aseguro que no te ha cambiado, ¿ahora puedes relajarte? Gracias —soltó, volviendo su mirada a su plato de comida.

Alluring | Draco Malfoy ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora