Ser mejor amiga de Scorpius Malfoy fue de las mejores cosas que le pasó en la vida.
Conocer a su padre fue su perdición.
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Fecha de publicación: 17/09/2021
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𝓓 | DRACO MALFOY
Exámenes, exámenes y más exámenes. Era lo único que mantenía mi mente ocupada además del vaso de whisky en mi mano.
Era día lunes por la noche, y lo único que pasaba por mi mente era la expresión desanimada de Esmeralda en su rostro. Era su cumpleaños, pero parecía no interesarle que la saludaran por ello.
Vi cómo mi hijo y sus amigos le regalaron un pequeño pastel y una vela, mientras la veía forzar una sonrisa y todos en el Gran Comedor le cantaban feliz cumpleaños.
¿Por qué odias tanto tu cumpleaños, pequeña?
¿Por qué no puedo entrar a tu mente con facilidad?
¿Por qué me haces sentir así?
¿Qué tienes que no dejo de pensar en ti?
Me encontraba como de costumbre sentado tras mi escritorio con varios papeles sobre mi escritorio, con un vaso de whisky a mi lado. La botella ya estaba medio vacía, y agradecí que tenía varios viales para sanar la resaca al día siguiente. Ella no había asistido a mi oficina durante la tarde, tal como lo supuse.
Cada noche era así - solitaria - al menos desde que Astoria había dejado de respirar en esa fría camilla de hospital. Aún recordaba los sollozos de Scorpius cuando lo mandé a buscar a Hogwarts durante su tercer año.
El amor de mi vida había muerto un veinte de diciembre, y este año ya se cumplirían cuatro años desde aquel trágico incidente que marcó nuestras vidas para siempre.
Desde ese momento, sólo fuimos él y yo. No estaba seguro de poder salir adelante con él, pero tuve la suerte de que ella lo crió como una persona independiente desde pequeño. Me impresionó la manera en que él era la persona que me consoló durante los primeros meses de luto - cuando debía haber sido yo quién lo contuviera en ese momento tan difícil.
No había sido un padre perfecto, y lo sabía. Astoria siempre había sido la fuente de calidez de nuestra familia, y cuando se fue, algo se había roto en nosotros.
Ella había sido quién me hizo ver la vida de otra manera. Me demostró que la vida sigue, aún después de haber creído que la había arruinado por completo.
Mis padres se habían ido a vivir a Alemania después de la guerra - él escapó com un cobarde, y mi madre lo siguió, "hasta el fin del mundo", como la había escuchado decir tantas veces cada vez que había una pelea fuerte en casa.
Desde que nació, me dispuse a ser todo lo que mi padre no fue. Cariñoso, cercano, y sobre todo, sin imponer una ideología de mierda en su cabeza. Me causaba orgullo ver en la persona que se había convertido. Alguien noble, sincero y de buen corazón. Todo eso gracias a su madre - porque Merlín sabe, lo único que había sacado de mi era el cabello platinado y algo de mis ojos grises.
