Ser mejor amiga de Scorpius Malfoy fue de las mejores cosas que le pasó en la vida.
Conocer a su padre fue su perdición.
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Fecha de publicación: 17/09/2021
ADVERTENCIA: ESCENAS EXPLÍCITAS, LEER CON DISCRECIÓN.
【 𝓐. 037 】
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𝓔 | ESME STANFORD
—¿Lista? Porque llevo por lo menos una hora esperándote aquí —la voz de Scorpius me hizo rodar los ojos de inmediato.
Llevaba mi valija más pequeña en mano, con la ropa necesaria para quedarme hasta el cuatro de enero en la Mansión Malfoy.
Parecía chiste.
—Me dijiste cuatro, y son las cuatro quince, ¿ya te vas a dejar de quejar? —gruñí, soplando un cabello que había caído sobre mi rostro.
—Ya, no era para que te enojes. Pásame eso, te ayudo —agarró la valija en mi mano con facilidad, mientras yo agarraba mi varita para amarrarme mi cabello como de costumbre—. Mi papá nos está esperando en los carruajes, te sugiero que nos apresuremos porque no es el hombre más paciente del mundo.
Tragué saliva mientras asentía, preparándome mentalmente para tomar un tren de por lo menos cuatro horas junto a mi mejor amigo y su padre, el cuál casualmente me cogía.
De verdad debía dejar de decirlo así.
¿Su padre con quién tenía encuentros privados?
Sí, eso sonaba... mejor.
Comencé a sentirme nerviosa, sin saber exactamente cómo actuar frente a Draco, teniendo a Scorpius a mi alrededor.
Primero, no llamarlo por su nombre, eso era obvio.
Segundo, no mirarlo.
Tercero, evitar a toda costa sentarme a su lado.
Cuarto... ¿y si simplemente lo ignoraba y hacía como que no existía?
—Bueno, entonces llegaremos y te mostraré tu habitación, luego quiero llevarte a dar una vuelta por el jardín que tenemos, que cambió mucho desde esa vez que fuiste. También, voy a mostrarte la enorme sala de juegos que convencí a mi papá que pusiera... sí, quizás mi abuela ayudó un poco, pero da igual. ¡Además vendrán varios de mis primos! A mi abuelo no le agrada la hermana de mi abuela, pero irá con su nieto... que tiene unos... ¿24 años? No estoy seguro —comenzó a hablar emocionado, a lo que simplemente asentí, procesando apenas dos palabras de todo lo que me había dicho.
¿Tiene un primo de 24 años?
Sacudí mi cabeza, notando que ya estábamos a punto de llegar a las carrozas. Estaban obviamente vacías, pues era 30 de diciembre, y la mayoría de las personas ya se habían ido, o simplemente se quedaban para celebrar año nuevo en Hogsmeade.
—Vas muy callada, ¿segura que todo está bien? ¿Es por lo de tu papá? —comenzó a sonar preocupado, y yo simplemente negué con la cabeza sonriéndole.
