—Jungkookie, mi querido amigo... –Comenzó Taehyung, sonando casi aterrado.
—¡¿Dónde estás, Taehyung?! ¡Voy a matarte! –Vociferó Jeon, más que furioso.
—Oye, calma. Esto podemos hablarlo como personas civilizadas. –Dijo Kim, un tanto nervioso.
—¡¿Por qué carajos no me dijiste que meterías a alguien más aquí?! –Reclamó, gritando hacia su teléfono.
Jungkook caminaba con fuertes pasos alrededor de su habitación, girando de un lado a otro, mientras sostenía el teléfono con fuerza.
Sabía que debía controlar su tono, ya que tenía a su par de visitantes esperando por él en el living, pero estaba tan enojado con Taehyung, que se creía capaz de meter sus manos a través de su teléfono solo para ahorcarlo.
¡¿Cómo podía meter personas en su casa sin su consentimiento?!
¡Solo estaba de viaje, no había muerto o algo!
—¡Iba a hacerlo! –Aclaró rápidamente el contrario. —Pero eso sería después de tu viaje, no creí que volverías tan pronto de Busan.
—Jódete. –Gruñó Jungkook, con su ceño fruncido. —De igual modo debiste consultarlo conmigo, así no estuviera aquí. Te recuerdo que también es mi casa, y vivo más en ella que tú mismo. –Refutó, sintiendo su mandíbula tensa.
Estaba enfadado, ¡Claro que lo estaba!
Es decir, llegar de un agotador viaje sintiéndote de la mierda, y descubrir que de la nada, han metido a un par de desconocidos a tu casa, no es una alegría para nadie.
Y lo que más le enoja, no es tener que compartir su espacio, ¡Es que no hayan consultado con él sobre ello!
¡¿Acaso su opinión no importaba o qué carajos?!
—Vamos, Kook. Tampoco es la gran cosa. No seas así, son mi familia. –Mencionó su amigo detrás de la línea, sonando suplicante.
—¿En serio? –Preguntó, destensando un poco su cuerpo, dispuesto a oír la explicación del ajeno.
—Sí, el niño es mi sobrino y su padre mi cuñado. –Contó Tae, suspirando. —Hoseok acaba de divorciarse y no tiene a dónde ir. Necesitaban un hogar y les ofrecí quedarse conmigo. –Dilucido. —¡Solo será por un tiempo, lo prometo! Hoseok es muy trabajador, apenas consiga un empleo estable buscará un lugar donde quedarse con su hijo. No serán una molestia para ti en lo absoluto. Hobi es una persona tranquila, y Jungshin es un buen niño. –Le dijo, tratando de convencer al pelinegro.
Este respiró hondo, asintiendo en comprensión.
—Está bien. Si su situación es esa, no tengo problema. –Musitó, mas su gesto permanecía serio. —Pero ven ahora mismo a casa, Kim Taehyung. Tenemos que aclarar ciertas cosas.
—Iré. Tranquilo. –Aseguró relajado.
—No, te conozco. Sé que dices eso, pero eres capaz de aparecer en tres horas. –Acusa, volviendo a fruncir su ceño. —Si no estás aquí en 15 minutos, te juro que llamo a Jimin ahora mismo y le invento que en vez de traer a tu sobrino, has metido a tu amante en nuestra casa. –Amenazó, escuchando como al contrario se le cortaba la respiración.
—No te atreverías. –Masculló, temeroso.
—¿Quieres comprobarlo?
—Llego en 5. –Confirmó Kim.
Y Jeon sonrió triunfal.
—Te espero.
Prontamente, Jungkook respiró profundo, tratando de organizar sus ideas.
No podía tratar mal a una familia que se encontraba en una situación tan delicada como esa. Así que, daría su mejor esfuerzo para que se sintieran cómodos y bienvenidos.
Tampoco le costaba demasiado, después de todo, solo eran un padre y su hijo, por lo que la idea de habitar en el mismo espacio no era una molestia para él.
El niño lucía tierno, y su padre tranquilo.
Por lo tanto, no veía inconveniente.
Al convencerse de eso, salió de su habitación con calma, dispuesto a recibir a sus nuevos inquilinos.
Caminó a paso relajado por el pasillo, hasta llegar al living, donde los dos ajenos se hallaban sentados en el sofá grande.
El hombre castaño mirando su móvil, mientras el niño jugaba con su peluche, a la par que balanceaba sus piecitos de manera acompasada.
Era lindo.
Jungkook se detuvo frente a ellos, haciendo una corta reverencia, antes de tomar asiento en el sillón individual.
—Disculpe la confusión. Acabo de hablar con Taehyung y ya me aclaró todo. –Comenzó, con un tono afable. —Lamento mucho su situación, espero que logre salir adelante pronto. –Mencionó, sonriendo ligeramente.
Vio como el sujeto frente a él correspondía a su gesto, cosa que le dió más confianza para conversar con él.
—Por supuesto que lo haré, y gracias por su comprensión. –Habló Hoseok, sereno. —Con respecto a lo de la confusión, si le hace sentir mejor, yo tampoco sabía que Taehyung vivía con alguien más. Es igual de desconcertante para mí la manera en la que nos hemos enterado. –Mencionó, abrazando a su hijo por los hombros, quien solo observaba sonriente al azabache frente a ellos.
—Supongo que nos ha engañado a ambos. –Comentó con diversión Jeon, viendo al contrario sonreír ampliamente.
Su sonrisa era un corazón, como la del niño.
Ya sabía de dónde había salido.
Era una sonrisa encantadora.
—Permítame empezar de nuevo. Mi nombre es Jeon Jungkook, y será un placer convivir con usted y su hijo. –Se presentó con educación.
—Digo lo mismo. Pues, yo soy Jung Hoseok. Y como ya debe saber, él es mi hijo Kim Jungshin. –Le siguió el castaño, deteniendo a su pequeño, quien hizo el amago de levantarse solo para acercarse al contrario.
—Gusto en conocerlo, señor loco. –Soltó el niño, con total emoción.
Jung hizo una mueca de disgusto, y pronto regañó al menor:
—Jungshin, ¿Seguirás con eso?
—Tranquilo. –Le calmó Jeon, sonriente. Seguidamente, miró con ternura al infante. —Eh, campeón. Ya que viviremos juntos, ¿Qué te parece si mejor me llamas Jungkookie Hyung? Es más educado, y así tu padre no te reprenderá tanto. –Le ofreció animado, viendo al niño llevar su mano a su barbilla, pensativo.
—¿Jungkookie Hyung? –Meditó unos segundos, sonriendo ampliamente al final. —¡Me gusta! –Aceptó alegre.
—De acuerdo, amor. Vamos a desempacar nuestro equipaje. –Alegó Hoseok, levantándose de su sitio, siendo seguido por su bebé.
—¡Sí! –Espetó exultante.
Jeon también se levantó, y se acercó un poco al pasillo para señalar con su cabeza.
—Pueden usar cualquiera de las dos habitaciones del fondo, ambas están vacías. –Invitó, jovial.
—Okey, muchas gracias. –Dijo Jung, haciendo una pequeña reverencia antes de pasar a su lado con su hijo a pocos pasos delante de él.
—No hay de qué. –Masculló, tranquilo y con una pequeña sonrisa de labios.
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Jungkookie Hyung
Fiksi PenggemarUn divorcio es un nuevo comienzo, ¿cierto? Al menos, Hoseok quería convencerse de eso. Pero, él quería un nuevo comienzo donde solo estuvieran él y su hijo. Nadie más. Sin embargo, Jungkook no parecía ser alguien que se rindiera fácilmente. Él podrí...