El café se enfría.
El vapor había dejado de salir de la taza, y Jungkook permanecía con su cuerpo tenso, sus brazos cruzados contra su pecho, y su ceño fruncido.
Jimin suspiró, cansado del obstinado Jeon.
-¿No es concluyente? –Bufó con inri el moreno. –¿Qué quieres decir con “no es concluyente”?
El castaño dejó la taza en la mesa de jardín, y muy contrario al más alto, Park se encontraba relajado, peinando su cabello a un lado antes de responder con hastío:
-Inconcluso; no determinado, difuso, poco parcial, no viable. Sabes a lo que me refiero, Jungkook.
El aludido dejó caer sus hombros, soltando el aire de sus pulmones, exasperado.
-¿Y qué se supone que haré? –Miró con molestia al más bajo, descruzando sus brazos. –¿Tengo que esperar que algo le pase a Hoseok o a Jungshin para que sea concluyente para ti?
Jimin frunció el ceño, al percibir aquel tono agresivo de parte del contrario.
-No tienes que ponerte a la defensiva, Jeon. Yo no soy el enemigo. –Aclaró, relajando su semblante, antes de recortarse de aquella mesa, sintiendo a la brisa golpearlos quedamente. –Taehyung y yo hicimos el mayor esfuerzo que pudimos dentro de los parámetros de la ley, y fue inútil. No llegamos a nada, solo callejones sin salida.
-¿Entonces no tienes nada?
Jungkook parecía decepcionado y frustrado al mismo tiempo, y Jimin lo entendía.
Después de todo, tratar de recopilar pistas para encarcelar a Taejin había resultado ser mucho más exhaustivo de lo que creyeron.
-El IP que nos envió Yugyeom, solo nos llevó a un adolescente asustado, que no sabía lo que pasaba.
-¿No tenía información? –Inquirió Jeon un poco esperanzado por una afirmativa.
Sin embargo, Jimin negó.
-Dijo que no sabía nada.
-¿Y qué se supone que debo pensar de todo lo que pasó estos últimos días? ¿Fueron coincidencias?
-No lo creo, Kook. –Park resopló, frotando su frente mientras intentaba pensar en algo coherente. –Pero sin pruebas que señalen a Taejin como posible amenaza, o perpetrador de hostigamiento, no podemos mandarlo a la cárcel.
-Él siempre me está perturbando la existencia, ¿Cómo es posible que no haya ni una sola prueba? –Se quejó el moreno, tomando por primera vez del café que Hoseok les había dado, y solo consiguió hacer una mueca por lo frío que estaba.
Jimin rodó sus ojos con burla.
-Qué venga a tu casa por su hijo no cuenta como hostigamiento, Jungkook.
-Yo siento que me hostiga. –Gruñó.
El castaño rio ligeramente, dando una amigable palmada en el hombro del malhumorado sujeto junto a él.
-Cálmate. No es una situación crítica. Mientras no ocurra nada grave, no tenemos de qué preocuparnos. –Consoló.
Jungkook suspiró, y cuando creyó que volvería a reclamar, una infantil voz lo distrajo.
-¡Jungkookie Hyung!
Jungshin se acercó a ellos con una enorme sonrisa, y ambos adultos pudieron ver al niño con restos de comida en la comisura de sus labios.
Jungkook olvidó por completo su molestia en ese instante, y su sonrisa fue la más brillante cuando cargó a su bebé en brazos.
-Campeón. –Dijo con la voz más cariñosa, riendo al ver su rostro sucio. –Tienes tu carita llena de dulce, pequeño. –Musitó, antes de limpiarlo.
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Jungkookie Hyung
Hayran KurguUn divorcio es un nuevo comienzo, ¿cierto? Al menos, Hoseok quería convencerse de eso. Pero, él quería un nuevo comienzo donde solo estuvieran él y su hijo. Nadie más. Sin embargo, Jungkook no parecía ser alguien que se rindiera fácilmente. Él podrí...