Apenas había aparcado la camioneta en el estacionamiento del gimnasio, y ya tenía a Jungshin removiéndose inquieto en el asiento del copiloto, mientras luchaba por sacarse el cinturón de seguridad.
—¡Oh, es enorme! ¿Dónde está la puerta? ¡Entremos! –Chillaba el niño, con la emoción desbordando por todo su pequeño cuerpo.
Jungkook sintió ternura, creyendo que Jungshin era el niño más tierno del mundo.
Se inclinó para ayudarlo a quitarse el cinturón, pero antes de que este abriera la puerta y saliera corriendo, lo detuvo.
—Espera, pequeño. Una última cosa. –Suspiró, pensando bien en lo que le diría al niño. —Si alguno de mis estudiantes te pregunta, tú le dirás que eres mi hijo, ¿Okey? –Indicó, un poco preocupado de que el pequeño se negara, después de todo, esa podía ser una petición extraña para él.
No obstante, Jungkook no se lo pedía con malas intenciones, solo lo hacía porque conocía lo metiche que podían llegar a ser sus estudiantes, y para que no lo hostigaran, esa era la respuesta más rápida que podía saciar su curiosidad.
—Mmm... –Jungshin pareció pensarlo un segundo, pero finalmente sonrió con ilusión. —¿Eso significa que debo llamarte papá?
Jeon se mostró un poco confundido ante la mirada iluminada del niño.
¿En serio le hacía tan feliz esa idea?
—Supongo. –El moreno asintió. —Pero solo aquí, y te pido que lo hagas para que evitemos que te hagan preguntas demás sobre ti. –Aclaró el mayor, aunque Jungshin no parecía interesado en una explicación.
—De acuerdo, papá. –Aceptó el niño.
Jeon se irguió ante lo dicho, parpadeando incrédulo.
Algo en él se removió, y de pronto una ferviente emoción subió por su pecho, hasta marcar una enorme sonrisa en su rostro.
No entendía porqué se sentía tan bien que Jungshin le dijera así. Pero esa sensación de calidez era demasiado linda en su corazón.
—Buen chico. –Musitó simplemente, desordenando el suave cabello rizado.
Jungkook bajó primero del auto, para seguidamente bajar al que por hoy sería “su hijo”, mientras lo mantenía en brazos, y colocaba la alarma a su vehículo.
Dejó a Jungshin en el suelo, tomando su mano para dirigirse juntos hacia la entrada del gimnasio, donde su colega se encargaba de abrir las puertas para empezar con su jornada laboral.
Miró la espalda ancha de su amigo, junto a los pálidos brazos tatuados flexionados hacia arriba, impulsando las cubiertas de metal que protegían el lugar.
—Buenos días, guapo. –Saludó animadamente como era habitual, sonriendo cuando su amigo volteó a verlo.
Yugyeom sonrió también, dispuesto a saludar a su mejor amigo.
—Buenos dí- –Aunque su respuesta se vio interrumpida, cuando vio una pequeña cosa con cabellos alborotados detrás de una de las piernas de Jeon. Su rostro mostró una mueca confundida, y se giró por completo para inspeccionar mejor lo que acompañaba a su amigo el día de hoy. —¿Qué es eso que traes ahí? –Se inclinó un poco, viendo un par de ojitos brillantes asomarse a un costado de su colega. —Jungkook, no sé si te has dado cuenta, pero traes un bicho pegado a la pierna. –Advirtió, casi asustado.
Jungkook se cruzó de brazos, indignado por el insulto hacia su pequeño.
—No seas idiota, Kim. –Gruñó, poniendo sus ojos en blanco. Se hizo un poco a un lado, dejando ver mejor a su “hijito”. —Este es Jungshin, mi pequeño bebé. –Presentó, notando como el niño parecía aterrado ante la presencia de Yugyeom.
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Jungkookie Hyung
FanfictionUn divorcio es un nuevo comienzo, ¿cierto? Al menos, Hoseok quería convencerse de eso. Pero, él quería un nuevo comienzo donde solo estuvieran él y su hijo. Nadie más. Sin embargo, Jungkook no parecía ser alguien que se rindiera fácilmente. Él podrí...