🌑INICIO☀️

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El sonido de la porra golpeando el metal de su celda lo hizo parpadear varias veces.

Se estaba quedando dormido antes de escuchar ese escándalo.

—Tú, tienes visitas. –Anunció el hombre uniformado, con desgana.

Jungkook se levantó con pereza del suelo helado, estirándose un poco antes de salir.

El oficial frente a él le miró con algo muy similar al asco, y de forma brusca, le colocó las esposas.

Empezaron a caminar a lo largo del ancho pasillo de aquella cárcel, dirigiéndose al área de visitas.

Cuando los internos vieron a quien era el que sacaban, empezaron a chiflar y gritar con tono de burla.

—¡Llegó la cena de Jeon!

—¡Hey, saludas a ese dulce bocadillo de mi parte, Jeon!

Este rodó sus ojos, sin querer prestarles demasiada atención.

—Imbéciles. –Bufó.

Cuando se halló frente a la reja que daba a la sala de visitas, visualizó a su pareja y a su hijo sentados en una mesa, esperando por él.

Sonrió mientras le quitaban las esposas, y cuando finalmente la reja se abrió, se apresuró a acercarse hasta su familia.

—¡Papá! –Chilló Jungshin con emoción.

El pequeño saltó sobre él, y logró cargarlo sin ninguna dificultad. Lo abrazó contra su cuerpo, sintiéndose tan feliz de tenerlo entre sus brazos.

—¿Qué hay, campeón? ¿Te has portado bien con tu papi? –Le preguntó sonriente a su bebé, el cual asintió varias veces, mientras mantenía sus brazos enrollados en el cuello de su padre.

—¡Muy bien! He sido un niño bueno como te lo prometí. –Aseguró.

—Me alegro mucho, campeón. –Dijo, acariciando la alocada melena del niño.

Pronto, se acercó su pareja con un paso relajado. Sonriendo de manera reluciente al presenciar la escena frente a él.

—¿Y tú? –Cuestionó con un tono cariñoso. —¿Te has portado bien, Jungkook?

—Lo he intentado. –Bromeó en respuesta, alegre de ver como el contrario fruncía su ceño.

—No debes intentarlo, debes hacerlo. –Regañó sutilmente, acercándose para acariciar su brazo. —¿Ya no te has metido en más peleas?

—No. Tranquilo, bebé. He sido un niño bueno. –Aseguró, sonriendo ampliamente.

—Bobo. –Bufó, rodando sus ojos, antes de acercarse lo suficiente para poder dejar un corto beso en los labios de Jeon. —Te extraño, nos haces mucha falta a Jungshin y a mí. –Se quejó, haciendo un mohín.

Jungkook tuvo el instinto de bajar a su pequeño, y sujetar de la cintura Hoseok para poder besarlo de verdad.

De esa manera que tanto anhelaba.

Pero sabía que no podía, así que solo imitó el puchero del contrario, y también se quejó:

—Ustedes también me hacen falta. Muero por abrazarlos, comer juntos y jugar con mi campeón. –Dijo, antes de mirar a Hoseok, y sonreír con fingida inocencia. —Además de esa otra cosa, claro.

Ver cómo Jung se sonrojaba hasta las orejas era una gota de esperanza que le ayudaba a soportar sus días metido allí dentro.

Extrañaba tanto poder besarlo y llenarlo de caricias.

Extrañaba todo lo que tuviera que ver con sus dos bebés.

—¿Qué otra cosa, papá? –Curiosea Jungshin, confundido.

Jungkook rio, y pronto Hoseok se esforzó por arreglar aquello.

—No es nada, cielo. No escuches a tu padre, habla locuras. –Mencionó, reprendiendo con su mirada a Jeon, quien solo le lanzó un beso en el aire.

—Jeon, se te acaba el tiempo. –Anunció el uniformado que lo llevó hasta ahí.

—Ya me tengo que ir. –Resopló con tristeza, dejando a su hijo sobre el piso.

—¿Tan pronto? –Reprochó con disgusto el niño.

—Sí, pequeño. –Confirmó su padre.

Jungshin hizo un mohín, y pronto se aferró a la pierna de Hoseok, cuando sintió que quería llorar.

—Tranquilo, mi amor. Volveremos el otro sábado. –Consoló Jung, acariciando el cabello de su bebé.

—Ni siquiera me dio tiempo de hablar con mi papá. –Protestó, con su ceño fruncido.

—A mí tampoco, cielo. –Alegó, también sonando desanimado. —De acuerdo, despídete de tu padre para irnos.

El pequeño volvió hasta su papá Kook, aferrándose a la pierna de este en un fuerte abrazo.

No quería soltarlo.

—Adiós. Te amo, papá. –Dijo, evitando llorar.

Jungkook se hincó frente a su hijo, y lo abrazó con todas sus fuerzas.

—Yo también te amo y te extraño mucho, campeón. –Masculló, acariciando la espalda del niño. —Pienso en ti siempre, cada día. En ti y en tu papi. Nunca olvides que son lo más importante para mí, ¿Si?

—Lo sé.

—Cuando salga de aquí, jugaremos todos los días.

—¿Lo prometes? –Espetó emocionado, alzando su dedo meñique hacia el contrario.

—Lo prometo. –Afirmó, entrelazando los dedos.

Posteriormente, se irguió en su sitio, y ahora le tocó despedirse de su amado Hobi.

Lo envolvió en sus brazos, y repartió varios besos por sus mejillas, nariz y labios.

—Te amo. –Soltó Jung.

—Yo muchísimo más. –Respondió Jeon.

—Interno, ya es hora. –Apresuró el oficial, haciendo que la pareja se separara.

Tanto Hoseok como Jungshin, vieron como esposaban de nuevo a Jungkook, para empezar a escoltarlo de vuelta a las instalaciones.

—Nos veremos luego. –Se despidió el interno.

Esperaría al siguiente fin de semana.

Jungkookie HyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora