El silencio era lo que predominaba en aquella sala, donde los tres adultos se miraban, ninguno tenía la mínima idea de cómo iniciar su conversación.
Lo más correcto, es que Taehyung hablara primero, ya que era el dueño de la casa, pero en su lugar, este se mantenía serio, sin inmutarse o siquiera dar indicio de que pronunciaría una palabra.
Hoseok se removía inquieto en su asiento, mirando a todos lados, sintiéndose completamente incómodo ante el ambiente que lo rodeaba.
Y Jungkook, él se hallaba de brazos cruzados, en espera de que alguien hablara. Pero como nadie lo hizo, se cansó del silencio, y lo cortó:
-De acuerdo. Ya que estamos todos aquí, es hora de estipular las reglas de convivencia de este hogar. -Comenzó con un tono calmo, notando como con solo eso, Taehyung se animó a hablar.
-Regla número uno, soy el rey de la casa. Todo lo que digo, es ley. -Pronunció el rubio con total seriedad, quien no lo conociera, creería que hablaba en serio.
Pero Jeon lo conocía perfectamente, así que solo rodó los ojos ante lo dicho por su amigo.
-No seas payaso. Esto es en serio. -Replicó, a la par que descruzó sus brazos para mirar fijamente al castaño frente a él, quien era el que necesitaba saber las reglas de la casa. -De acuerdo. Ciertamente, no hay muchas reglas, solo las básicas. Cada quien tiene su habitación y merece que su privacidad sea respetada. Todos pondremos de nuestra parte para pagar las cuentas y nos turnaremos para hacer las compras y sacar la basura. La casa se mantiene limpia todos los días, y todos colaboran para el aseo. Se come en la mesa, todos juntos. Y la comida es para todos, nada de esconder comida. Excepto mis frutas, esas que nadie las toque. ¿Estamos de acuerdo? -Dijo con simpleza, viendo como Jung asentía rápidamente, con una postura recta.
Pronto, Taehyung aclaró su garganta, y se dispuso a alegar algo:
-Supongo que Jungkook lo resumió todo. Básicamente, eso sería todo. -Miró a Hoseok con amabilidad, y una pequeña sonrisa en sus labios. -¿No tienes problema, verdad Hoseok?
-No. Está bien. -Formuló el mayor, jugando un poco nervioso con sus manos. -Pero hay una cosa. Ahora estoy desempleado, así que espero que no sea una molestia para ustedes pagar las cuentas hasta que yo pueda colaborar también. -Explicó, y vio como su cuñado asentía y hacía un gesto despreocupado.
-Tranquilo, no hay problema. -Musitó, para luego mirar al pelinegro a su lado. -¿Verdad que no tienes inconveniente, Kook?
El aludido asintió, y dijo:
-Soy consciente de tu desempleo, Hoseok-shi. Así que no hay presiones.
-Muchas gracias, de verdad. -Sonrió el castaño, haciendo una pequeña reverencia en su asiento.
-Ho, viniste aquí a recibir mi ayuda. Aquí no debes sentirte incómodo, ¿De acuerdo? Esta es tu casa. -Mencionó con un tono cariñoso Kim, notando como los hombros del contrario se destensaron un poco.
-No sabes cuánto te lo agradezco, Tae. Estás salvando mi vida. -Farfulló Jung, sintiendo un gran alivio.
-Oye, sé que apenas nos conocemos. Pero espero también poder ser de ayuda, comprendo que su situación no es fácil y quiero que no tenga miedo de hablar con nosotros cuando necesite de algo, ¿Okey? -Agregó Jeon con serenidad, y vio al castaño sonreír de esa forma tan llamativa.
-Eres muy amable, Jungkook-shi. -Comentó, agradecido. -Ambos lo son.
Sentía que le habían quitado un gran peso de encima.
Después de todo, aun sabiendo que Taehyung no tenía problemas en acogerlo, no estaba del todo convencido de ser aceptado en su casa.
Pero ahí estaba, sintiéndose completamente cómodo por el buen trato y recibimiento de los anfitriones.
Solo debía conocer un poco más al tal Jungkook, para estar en absoluta confianza, y lograr mantener una plena convivencia.
Su conversación se volvió amena, los tres hablando sobre trivialidades, hasta que el pequeño Jungshin entró corriendo al living con su ropa, cabello y mejillas sucias por la tierra.
Todos le miraron expectantes, y sintiendo cierta ternura ante el aspecto del infante.
-¡Papi, mira! ¡Tío Tae tiene muchas de estas flores sembradas en su jardín! ¡Es muy bonito, papi! ¡Ven a ver! -Soltó emocionado el niño, sosteniendo a su padre de la mano para empezar a tironear de él hasta la puerta principal.
-Ya voy, cielo. -Rio Hoseok ligeramente, siguiendo los pasos de su hijo.
Taehyung y Jungkook miraron con una sonrisa a los dos ajenos, y cuando estos salieron de la casa, el azabache comentó:
-Son muy lindos, Taehyung.
-Lo sé. Jungshin es un angelito, y Hoseok es la persona más dulce del mundo. -Habló con calidez el rubio, sonriendo cuando miró por la ventana a los otros dos empezar a jugar en el patio.
-Se nota. -Masculló Jeon, parándose a su lado. -Pero... Tú solo tienes un hermano, ¿Se trata de ese, no? ¿Él era el esposo del lunático? -Cuestionó con curiosidad, notando como el contrario rodaba los ojos por el término que usó para describir a su hermano.
-¿En serio solo lo recuerdas como el lunático? -Inquirió, casi ofendido.
-¿No fue él el que casi te arroja de la ventana de un quinto piso? -Argumentó, alzando una de sus cejas.
Taehyung suspiró resignado, asintiendo.
-Sí, cuando tenía 15.
-¿Lo ves? Eso es de lunáticos. -Espetó, obviando su punto. -¿Cómo esa cosita tierna terminó con alguien así? -Ingadó, más que desconcertado, mientras daba otro vistazo al padre y su hijo jugando afuera.
-¿Cosita tierna? -Repitió con burla, cruzándose de brazos. -Asumo que no te refieres a Jungshin.
-Lo que sea. -Bufó Kook.
-Pero sí, yo también me extrañé mucho cuando mi Hyung me presentó a Hobi como su pareja. -Confesó, haciendo un gesto pensativo. -Aunque ahí fue que me enteré que se estaba medicando, por lo que sé, gracias a Hoseok fue que comenzó a hacer terapias. -Contó, a lo que su amigo negó con su cabeza.
-Para nada, porque solo ve como terminaron. -Señaló, sintiendo pena por la familia.
-Con un hijo, un divorcio, y un hombre maltratado. -Enumeró Kim, con molestia. -Taejin es un imbécil. -Gruñó al final, frunciendo su ceño.
-Estoy de acuerdo.
Pronto, el niño volvió a entrar corriendo, siendo seguido a pocos pasos de distancia por su padre.
-¡Tío Tae, usted me prometió que me tenía un regalo! ¡¿Dónde está?! -Exclamó, emocionado.
Taehyung rio, acercándose a su sobrino con una sonrisa.
-Cierto, lo había olvidado. -Mencionó, acariciando los alocados cabellos de Jungshin. -Está en mi habitación. Ven, vamos a buscarlo.
-¡Sí! -Chilló feliz el infante.
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Jungkookie Hyung
FanfictionUn divorcio es un nuevo comienzo, ¿cierto? Al menos, Hoseok quería convencerse de eso. Pero, él quería un nuevo comienzo donde solo estuvieran él y su hijo. Nadie más. Sin embargo, Jungkook no parecía ser alguien que se rindiera fácilmente. Él podrí...