Jungshin cayó sobre él; luego de haber saltado por toda la cama, el pequeño terminó por arrojarse sobre la espalda de su padre.
Hoseok rio enternecido, a la par que daba una leve caricia en la cabellera de su bebé.
—Mi amor, ya es hora de que duermas. –Masculló, a la par que tiraba al niño risueño sobre su regazo, repartiendo besos por todo su rostro.
—No quiero. –Chilló entre risas.
—Pero vas a dormir.
Jung atacó las costillas de su hijo, haciéndole cosquillas. Y Jungshin no pudo evitar retorcerse, mientras pataleaba.
—¡Noooo! –Se quejó, luchando contra su padre.
Hoseok también reía, contento de ver a su hijo tan feliz.
Se detuvo por un segundo, abrazando a su angelito contra su pecho.
—El monstruo de las cosquillas te comerá si no te duermes. –Amenazó sonriente.
Shin negó con efusividad, y su lindo rostro enrojecido de tanto reír.
—¡Está bien, está bien! ¡Voy a dormir!
Hoseok acostó a su bebé sobre la cama, acomodando la colcha sobre él, antes de dar un sutil beso sobre la frente del pequeño.
El padre amaba esos momentos; para ser honestos, era lo que más disfrutaba de su miserable vida, a su bello hijo.
Amaba jugar con él, escucharlo reírse o gritar emocionado, cuando lo llamaba para que viera lo que sea que hacía, o cuando se demostraban todo su amor con besos y abrazos.
En todas esas ocasiones, Hoseok podía sentir que era normal. Jungshin le hacía olvidar todas sus penas, todo su dolor, Jungshin era su cura, y lo único que lo mantenía con esperanzas.
Ver esos ojos somnolientos y esa perezosa sonrisa de corazón, le recordaba porqué continuaba aquí.
Su hijito lo llenaba de toda la vida que necesitaba.
Y cuando acarició una vez más esa preciosa cabellera rizada, mientras el pequeño bostezaba, su corazón se sintió inchado del más puro amor que podía sentir.
—Qué tengas dulces sueños, mi vida. Te amo. –Susurró cariñoso.
Le agradezco a todo que estés a mi lado, mi angelito.
Jung hizo el amago de abandonar la cama, pero su hijo lo detuvo, sujetando la manga de su sudadera.
—Papi... –Llamó con voz suave.
Hoseok regresó su vista a Shin, sonriendo ligeramente.
—¿Qué pasa, cielo?
Jungshin se mostró repentinamente tímido, a la par que jugaba con el borde de la sábana.
—¿Puedo preguntarte algo?
El padre se extrañó por el repentino cambio de humor de su hijo, pero lo animó a continuar:
—¿Sobre qué, amor?
El pequeño apretó sus labios, pensando bien en sus palabras, hasta que finalmente sorprendió al mayor con su curiosidad.
—¿Tú amas a Jungkookie Hyung?
Hoseok fue incapaz de ocultar su asombro, mirando incrédulo a su primogénito.
—¿Q-qué? –Barbulló aturdido.
Aún no había procesado bien lo que Jungshin le preguntó.
—Eso, ¿Lo amas? ·Insistió, esta vez más decidido a saciar su curiosidad.
ESTÁS LEYENDO
Jungkookie Hyung
FanfictionUn divorcio es un nuevo comienzo, ¿cierto? Al menos, Hoseok quería convencerse de eso. Pero, él quería un nuevo comienzo donde solo estuvieran él y su hijo. Nadie más. Sin embargo, Jungkook no parecía ser alguien que se rindiera fácilmente. Él podrí...