Hoseok sentía su cabeza revuelta.
En muy poco tiempo habían ocurrido demasiadas cosas que lo abrumaron.
¿Qué se supone que debe hacer ahora?
Sentía su cuerpo tenso, y la inquietud en su sistema le hacía temblar.
El silencioso hogar tampoco ayudaba.
Jungkook había ido a buscar a Jungshin a la escuela, y él se había quedado solo en casa.
Por alguna razón, se sentía indefenso, vulnerable.
Siempre era así, pero hoy estaba siendo demasiado opresiva esa sensación.
Soltó un suspiro, y miró hacia el corredor de la enorme casa.
Pensó en darse una ducha, tal vez eso calmaría su cuerpo tenso.
Se tomó el atrevimiento de ir a la ducha de Taehyung, después de todo, era la única de la casa que tenía una bañera, y él de verdad necesitaba relajarse.
Colgó su toalla blanca sobre uno de los percheros en el baño, y procedió a deshacerse de su ropa.
El agua de la bañera era tibia, y la espuma del jabón de rosas que había colocado con antelación casi sobresalía por los bordes de mármol.
Se hundió hasta que el agua cubrió sus hombros, y suspiró profundamente al sentir su cuerpo más ligero.
¿Se le permitía admitir que se sentía miserable?
A este punto, Hoseok pensaba que su vida era una clase de broma para él.
Todo lo que acontecía era ridículo y casi irreal.
Él no tenía idea de qué hacer, no tenía a dónde huir o esconderse.
Quería dejar todo atrás.
A Taejin y sus ataques de locura; a Taehyung y su preocupación, a Jimin y sus preguntas, a Jungkook y su insistencia.
Quería abandonar todo eso, porque era demasiado para él.
No estaba estable de ninguna manera, y aunque todo a su alrededor se estuviera convirtiendo en un huracán que amenazaba con destruirlo, él debía mantenerse tan fuerte y sólido como un búnker.
¿Por qué?
La razón tenía nombre y apellido.
Kim Jungshin.
Si Hoseok no había tirado la toalla, era por su pequeño angelito. Su único motivo de vida.
A veces lloraba tanto, deseando atentar contra su vida para acabar con todo. Pero luego recordaba a su hermoso hijo, lleno de vida y felicidad, lleno de esperanza y amor. Todo eso, conseguía que Jung retrocediera.
Siempre pensaba que podía aguantar, solo un poco más por su hijo, cuando este supiera defenderse y sobrevivir sin él, sabría que sus esfuerzos habían válido la pena.
Eso era lo único que buscaba.
Ver a su hijo crecer y convertirse en un hombre de bien era lo único que Hoseok quería de esta vida, ya cuando esto se cumpliera, podría echarse a morir sin ningún arrepentimiento.
Todo estará bien, mientras Jungshin esté bien.
Su vida le pertenecía a su hijo, y aunque intentara mantenerse cuerdo, no conseguía aferrarse a nada.
Por un ingenuo segundo, creyó que podía aferrarse de Jungkook, pero rápidamente, se negó a hacerlo.
Jungkook podía ayudarlo, por ahora...
ESTÁS LEYENDO
Jungkookie Hyung
FanfictionUn divorcio es un nuevo comienzo, ¿cierto? Al menos, Hoseok quería convencerse de eso. Pero, él quería un nuevo comienzo donde solo estuvieran él y su hijo. Nadie más. Sin embargo, Jungkook no parecía ser alguien que se rindiera fácilmente. Él podrí...