🌑Él...☀️

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—¿Crees que ya esté ahí dentro? –Preguntó Taehyung, viendo a través del parabrisas hacia la entrada de la cafetería.

Hoseok soltó un largo suspiro, asintiendo.

—Lo más seguro...

Taehyung miró a su lado, encontrándose con el rostro de su cuñado realmente preocupado.

Apretó sus labios, y propuso:

—Quisiera entrar contigo.

Jung negó de inmediato, mirando hacia los asientos traseros del auto, y sonriendo un poco al ver a su bebé distraído con el teléfono de su tío, mientras escuchaba música.

—No, debes quedarte con Jungshin. –Le recordó, acomodándose de nuevo sobre su asiento. —Y-yo...estaré bien.

Kim notó lo poco convencido que estaba; por lo que, en un acto de consuelo, se atrevió a juntar su mano con la del contrario.

—Eh, tranquilo. No estás solo, ¿Si? –Mencionó, tratando de tranquilizarlo. —Si él piensa intimidarte, no lo dejaremos. Ahora me tienes a mí cerca, y prometo protegerte de ese idiota, ¿Bien? Sea lo que sea que pase, estaré con ustedes. –Le aseguró, apretando más su mano. —Sabes que estoy contigo, Hoseok.

Este se sintió reconfortado.

El miedo y la preocupación se disiparon un poco.

Podía manejarlo.

—Gracias, Taehyung. Ahora más que nunca necesito apoyo.

—Y lo tienes. –Kim sonrió, cálido. Hoseok también lo hizo. —Te estaré vigilando desde aquí. Si debo entrar ahí, y patear su trasero, lo haré.

El padre rio ligeramente, asintiendo.

—De acuerdo.

Abrió la puerta del copiloto, y salió del auto, acomodando sobre su hombro su bolsa de mano.

Miró una última vez a Taehyung, antes de cerrar la puerta.

—Eres fuerte, ¿Si? No lo olvides. –Lo escuchó animarle, y solo dio un asentamiento vacilante.

—Bien... –Resopló, yendo con pasos inseguros a la entrada del local.

¿Era fuerte?

Lo dudaba mucho.

Si lo fuera, no se encontraría sudando o temblando mientras se dirigía al interior de la cafetería.

Debía calmarse, después de todo, no estaba solo. Taehyung le cuidaba la espalda.

Inhaló y exhaló.

Cerró sus ojos, con su mano puesta en la barra de la puerta de la cafetería. Abrió sus ojos, y lo vio sentado en una de las primeras mesas.

No podía tener miedo.

Se adentró al lugar, con una postura recta y pasos seguros. El tacón de sus zapatos era audible, y de inmediato llamó las miradas de algunas personas. Meneó un poco su cabello, para finalmente tomar asiento frente a frente con su peor pesadilla.

Era hora de enfrentarlo.

Su rostro impasible, y postura relajada, le daba entender a Jung que esto no le interesaba en lo absoluto.

Claro que no lo hacía.

—¿Dos minutos de retraso? –Se quejó, mirando la hora en su reloj de muñeca. —Supongo que nunca dejarás de ser un incompetente irresponsable. –Replicó con su típico tono despectivo, y su mirada desdeñosa. —¿Dónde está el niño?

Jungkookie HyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora