¿Qué mierda pasó?

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-Lo sé, pero es tu hermano, Ele. No le puedes decir demonio infernal todo el día.

-Pero realmente es un demonio infernal.

-Sólo es un niño que le gusta molestarte -le explicó Adeline -ya verás que a medida que crezca se le pasará.

-¿Y si es así toda la vida? -preguntó con pavor.

-Bueno... es tu hermano, debes amarlo de igual manera.

-Creo que es lo que más me gusta de entrar a Hogwarts -murmuró -que no lo tendré que ver por muuucho tiempo.

Adeline soltó una pequeña risa y terminó de desenredar el cabello de su hija.

-Aún queda tiempo para que entres.

-Dos años, mamá. No es mucho.

Adeline la quedó mirando a través del espejo, no podía creer lo grande que estaba y cómo el tiempo había pasado frente a sus ojos. La niña tomó una diadema color morado y se la acomodó en el cabello.

Sí, aún no superaba el color morado.

-¿Por qué papá parece un zombie? -preguntó Eleanor, girándose para ver a su mamá.

-Porque... porque está un poco enfermo -le mintió Adeline.

-¿Se va a morir?

-No -negó rápidamente -no está enfermo como tal, pero está algo estresado. Tiene demasiado trabajo. Pero no se va a morir.

-Pues parece un zombie...

-Yo le dije lo mismo -Adeline rio y le quitó la diadema de la cabeza -Eleanor, es hora de dormir, no de vestirnos de morado.

La niña resopló y fue en busca de su pijama, pero sonrió inmediatamente al ver que también era morado. Adeline negó con la cabeza lentamente y miró a su alrededor. Parecía estar dentro de una uva morada.

Ya con Eleanor en la cama y a punto de entrar en un sueño profundo, le dio un beso en su frente y salió de la habitación para ir a la suya. Quería ir a dormir, estaba agotada, pero últimamente por más cansancio que sintiera le estaba costando conciliar el sueño. La principal y única razón era porque las cosas con Theodore no iban bien. Bueno, no tenían problemas de pareja, más bien el problema era él como persona.

Cuando llegó a la habitación, Theo estaba acostado sobre las sábanas, con sus manos entrelazadas en su abdomen y miraba el techo fijamente, como si estuviera mirando las estrellas. Adeline se cambió de ropa mientras lo observaba, parecía un muerto de lo pálido que estaba.

Caminó hacia la cama y se sentó, lo quedó observando.

-¿Cómo te fue hoy? -preguntó Adeline.

Era primera vez que hablaban en el día, es que Theodore llegaba muy tarde del trabajo, sólo aparecía para despedirse de los niños y se iba a la cama.

-Bien -respondió él -¿y a ti?

-Bien -murmuró Adeline.

Se quedaron en silencio nuevamente, Theodore parecía estar ido, pero Adeline no. Ella estaba observándolo con impaciencia, es que no sabía qué hacer con él. La única solución que encontraba es que Theo renunciara a su trabajo, pero aunque le había aconsejado que lo hiciera, no podía obligarlo. Era el estrés del trabajo y tal vez el hecho de que ella no estuviera embarazada afectó un poco su humor. Se había ilusionado demasiado.

Adeline estaba preocupada con el tema, es que ya no sabía qué hacer. ¿Se debía empezar a cuidar de nuevo? ¿Lo iba a seguir intentando? Theodore le había dicho que ya no lo quería, pero no entendía si lo dijo en ese momento porque estaba decepcionado o porque realmente no quería otro hijo.

Líos de amor de una Malfoy [Harry Potter/Theodore Nott] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora