Líos de amor de una Malfoy [Harry Potter/Theodore Nott] TERMINADA

El hijo de Blaise

-Tengo un leve presentimiento de que a Lizzie no le va a gustar el morado...

-Es muy probable.

Adeline quedó pensativa, observando a su hija dormir en la cuna.

-Dime, Theo. ¿Cuándo compramos sábanas moradas para Lizzie?

Theo quedó observando las sábanas moradas y rápidamente recordó cuándo fueron compradas, era difícil olvidar los ojos brillantes de Eleanor sosteniendo esas sábanas y ciento de cosas moradas. Para él, era una de las imágenes más tiernas que  tenía de su hija en su mente, para una persona racional sin apego a la niña, seguramente recordaría a Eleanor como una niña loca con ojos de desquiciada. 

-Bueno...-llevó su mano a su nuca.

-O ese oso morado, o esas estrellas moradas -dijo Adeline mirando el techo de su hija -¿en qué momento llegó eso ahí?

-Fue... algo curioso.

-¿Curioso? -Adeline lo miró extrañada.

-Una cosa llegó a la otra y... no lo sé, todo estaba morado -miró la habitación de Lizzie.

Adeline negó con la cabeza y se cruzó de brazos.

-¿Qué te dijo Eleanor?

-¿Eleanor? -dijo, haciéndose el desentendido.

-Sí, una niña rubia de ojos azules, más o menos de este porte -puso su mano en forma horizontal a la altura de su codo -su primer apellido de Nott, ¿la conoces?

-Muy graciosa...

-¿Qué te dijo, Theo? -lo miró con sus ojos entrecerrados.

-Tal vez mencionó lo triste que estaba porque Lizzie no se llamaba Morita... y unas cuantas lágrimas.

Adeline quedó observando a Theo unos segundos. No sabía cómo tomarse la situación, una parte de ella le daba mucha risa y ternura que Theo sea tan débil mentalmente cuando se trataba de sus hijos, y la otra parte de ella estaba preocupada de cómo una niña pudo manipular a un adulto tan fácilmente.

-Te manipuló -soltó después de un rato.

-No, ella solo...

-Sí, Theo, tu hija de ocho años te manipuló -volvió a repetir Adeline.

Theo se quedó en silencio, pensativo. Se giró y quedó mirando a Adeline un poco impactado.

-Tal... tal vez.

-Ponle alto si no quieres que, en algún momento de su vida, te pida un avión como yo.

Adeline soltó una pequeña risa y con una manta, morada, tapó a Lizzie que dormía como un pequeño angelito. 

-Deberíamos aprovechar de dormir, ¿sabes?

-Lo sé, es solo que... -Adeline sonrió -me recuerda a Eleanor cuando nació.

Theo suspiró y pasó su brazo por el los hombros de Adeline, mirando a su hija.

-Me hubiera gustado estar ahí.

-Y a mi me hubiera gustado que tú estuvieras ahí.

-Es algo que siempre nos va a perseguir, ¿verdad?

-Verdad...

Adeline apoyó su cabeza en el hombro de Theo. Podía pasar toda una semana sin recordar los momentos que había vivido en aquellas épocas, pero siempre había algo que le recordaba su pasado, no siempre le molestaba, aunque sufrió mucho, también hubieron cosas buenas.