Preguntas del pasado

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Theo recorría con su dedo índice el brazo de Adeline lentamente y con suavidad, estaban acostados en el sillón y él quería lograr que se durmiera, aunque sabía que eso era poco probable. Adeline sacó su varita del bolsillo y con un pequeño movimiento logró que la llama de la chimenea se agrandara. Se acurrucó aún más en el pecho de Theo, sintiendo su cuerpo.

-Puedo escuchar tu corazón...-murmuró Adeline.

Theo sabía que esos días no eran buenos para nadie, así que la abrazó con más fuerza y le dejó un pequeño beso en la frente. Su mano se dirigió a la mejilla de su esposa y se dio cuenta que estaba húmeda, estaba llorando.

-Ella está bien...

-Ella no está bien, Theo -Adeline se sentó en el sillón y Theo imitó su acción -es una niña.

Theo tomó su mano y la acarició para que se tranquilizara.

-Es una niña, pero estoy seguro que está bien -afirmó Theo - hay que esperar a que salga el sol y todo va a estar bien al igual que siempre, amor.

Adeline dio un gran suspiro y se secó las lágrimas. Siempre pensó que a medida que pasara el tiempo ella se acostumbraría a las transformaciones de Eleanor, pero no, cada luna llena lloraba esperando a que saliera el sol para que Eleanor volviera a casa, o como la mayoría de las veces, ellos la tenían que ir a buscar, porque su cansancio podía llegar a ser tan grande que se quedaba dormida en cualquier parte.

-Sé que siempre digo que no hubiera cambiado nada de lo que pasó, que todo valió la pena, pero...cambiaría todo para que Eleanor no esté pasando por esto, Theo.

Theo dejó de mirar a Adeline y se quedó mirando fijamente las llamas de la chimenea. Claramente él pensaba lo mismo, hubiera cambiado todo para que Eleanor no sufriera, pero hablar sobre eso sólo hacía que la culpabilidad volviera.

-Nunca me debí ir...

-Theo, yo no hablo...

-Sé que no hablas de eso -la interrumpió -pero si yo me hubiera quedado contigo, Eleanor no estaría pasando por esto. Las hubiera llevado a una maldita isla desierto para protegerlas si fuera necesario, pero no...fui un cobarde y actué por miedo.

-No fuiste cobarde...

-Claro que sí.

-¡Theo, estabas traumado! -exclamó.

Theo se quedó callado, aguantando las lágrimas. Él sabía que Adeline no lo culpaba y que entendía la situación, su mente en esos tiempos estaba perturbada, y tomar una buena decisión era casi imposible cuando sentía que lo estaba perdiendo todo.

-Tu padre te torturó, viste como torturaban a una persona, tuviste que matarla, te amenzaron...no estabas bien y era lógico que actuaras de esa forma.

Adeline y Theo casi nunca hablaban sobre las heridas del pasado, no era agradable recordar algunas cosas, para ninguno, aunque no era algo que habían olvidado, ambos sabían que todas esas acciones crearon a las personas que son actualmente. Habían preguntas, muchas preguntas en la cabeza de ambos, pero después de la guerra decidieron guardárselas e intentar ser felices, algo que les salió muy bien.

No es un secreto para nadie que a Adeline le costaba quedarse callada cuando tenía dudas, y el hecho de que se haya quedado callada todo este tiempo era un gran logro, pero sentía que debía preguntar, era importante para ella saber una cosa. 

-Te voy a hacer una pregunta -murmuró  Adeline un poco dudosa-pero quiero que sepas que tu respuesta no va a hacer que algo cambie entre nosotros, todo seguirá igual...

Theo la miró con cierto temor y asintió con lentitud.

-Después de las vacaciones de Pascua del sexto año....¿tú te volviste a acercar a mí para concretar tu plan?

Líos de amor de una Malfoy [Harry Potter/Theodore Nott] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora