Líos de amor de una Malfoy [Harry Potter/Theodore Nott] TERMINADA

Elizabeth Nott Black en Hogwarts (4° parte)

-Hola, preciosa...

Max me besó a la mitad del oscuro pasillo y pasó sus manos por mi cintura antes de separarse de mí y tomar mi mano.

-Últimamente estás muy estudiosa -se quejó mientras empezábamos a caminar.

-El jodido quinto año. En mi vida había tenido que esforzarme tanto -dije.

-Has estado todo el día haciendo deberes... ¿Dónde dejaste a tus guardaespaldas? -preguntó divertido.

-No les digas así -le pedí -Albus se quedó enseñándoles unas cosas a Dustin y Scorp. En dos días tenemos examen de pociones que es prácticamente una condena de muerte. Temo que les queda para rato.

Él se quedó en silencio. Dejé de mirar el pasillo y subí mi mirada, extrañada.

-¿Ocurre algo?

-No, nada -dijo y me sonrió, pero de forma rápida, sin mantener sus labios curvados por mucho tiempo.

-Claro que sí -le dije, soltando una risa baja -¿Por qué te has callado?

-Nada, Lizzie. Es tarde, pensé que saldrías de la biblioteca a las diez, no a media noche.

-Estaba estudiando.

-Sí, con Albus... -dijo y al ver mi rostro de sorpresa por notar lo que pasaba, agregó rápidamente a los demás -Y Dustin y Scorpius.

Lo detuve antes de llegar a la puerta de nuestra sala común y lo quedé observando fijamente. Me causó gracia y mi rostro lo demostró.

-¿Estás celoso? -pregunté divertida.

-¿Celoso de qué?

-De Albus.

-No.

-Lo estás.

-Bueno, no es un secreto que soy celoso -dijo finalmente -Pero me parece evidente. No es que me agrade que andes por ahí con tu ex.

-Estábamos estudiando, Max.

-Entiendo que estudien, pero no es solo en esos momentos. Se les ve en los pasillos, en la sala común y hasta te sientas con él en clases, los he visto desde afuera.

-Por Merlín, eres un psicópata.

-Tú eres la que te cruzas en mi camino, yo te observo y, por consecuencia, miro a Albus que para desgracia de todos está a tu lado.

-Albus es mi amigo.

-Y tu ex.

Es que la jodí en mentir.

-Pero mi amigo primero, y eso no cambiará jamás.

-Nadie te está diciendo que cambie.

-Bueno... -dije, conteniendo la risa por su expresión seria.

Max arrugó su frente.

-No te burles de mí.

-Es que me la pones demasiado fácil -le dije y apreté sus mejillas -pero te ves lindo celoso. Hasta te ruborizas.

Max por fin dejó su ceño fruncido atrás y negó con la cabeza, intentando no reír. Yo me acerqué mucho más y lo besé... Pues los besos eran nuestro pasatiempo favorito. A duras penas seguimos avanzando y como pudo, Max abrió la puerta de la sala común mientras nuestras bocas seguían unidas.

Él fue el que dejó el beso a medias. Lo miré extrañada, pues su mirada no estaba en mí, sino en alguien detrás de mí. Al girarme, me di cuenta que aún había gente en la sala común... Más bien una persona.