Elizabeth Nott Black en Hogwarts (2° parte)

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Ya estaba, había caído, pero en el peor de los abismos.

No era la primera vez que un chico me decía bonita, pero sí un chico que me importara románticamente, y eso... eso era una cosa perdida. Sabía perfectamente que al decir aquellas palabras no estaba diciendo que le gustase, pero... Por Merlín, estábamos hablando de Max Svensson, debía significar algo.

Desde esa noche no volví a ver a Max, pero tenía unas enormes ganas de topármelo de frente. Es que necesitaba enfrentarlo, verlo, burlarme de él por decirme que le parecía bonita y ver sus mejillas sonrojar al igual como lo hicieron las mías por semanas. Y, quizás, al fin poder avanzar a lo que fuera.

Es que era algo que no podía creer. Nunca, pero nunca creí tener una oportunidad con él, pero se me estaba abriendo una ventana. No, una puerta, pero de esas de Hogwarts, enormes.

Quizás estaba exagerando. ¿Pero qué podía hacer? Ya me había ilusionado.

Me encontraba en la casa de mis unicornios dándoles de comer. Debí pensar mucho antes de pedirlos, pues era bastante trabajoso cuidarlos. Ellos tenían libre acceso a todo el terreno de la mansión, pero se habían acostumbrado a dormir en su casa, así que a veces, cuando llegaba la noche y no los encontraba, debía subir a mi escoba y ver dónde diablos se habían metido y como un perro ovejero, llevarlos a su corral. Podríamos tener un cuidador de tiempo completo, pero mamá me obligaba a asumir mi responsabilidad cada vez que estaba de vacaciones.

-Lizzie.

Me giré exaltada, había un silencio casi solemne.

-Papá, me has asustado -dije, al verlo acercarse.

-¿Qué haces aquí? -preguntó divertido.

-Es que los más pequeños no se cansan de perderse. En serio. Ya son bien mayorcitos para no saber cómo volver a casa -le dije, mientras acariciaba el cabello de Rubí.

-Bueno, los animales no son algo momentáneo, y tú elegiste tenerlos -me recordó, siempre jugando la carta de la responsabilidad.

Lo miré con mis ojos entrecerrados.

-Fue tu culpa.

-¿Cómo podría ser mi culpa? -preguntó sorprendido por mi acusación.

-Le hiciste caso a lo que te decía una niña de 11 años -le expliqué -No me debiste ni siquiera haber escuchado.

Papá se echó a reír y caminó entre medio de los unicornios. Acarició al más pequeño de ellos y luego me miró. Se veía relajado en medio de la noche.

-Hasta hoy escucharía tus reclamos si no te los hubiera comprado.

-Bueno... -solté un suspiro, estaba hablando desde el cansancio y debía reconocerlo -Sí me gustan, papá, es solo que... a veces uno tiene muchas cosas en la cabeza y se me olvida que existen.

-Me alegra saber que tu capricho te gusta.

Le sonreí.

-¿Ya está lista la cena?

-Algo así... -murmuró, haciendo una mueca.

-¿Qué significa eso?

-A tu madre se le ocurrió la brillante idea de hacer una reunión -dijo -No sé qué le ha dado, en serio.

-Mamá es muy sociable -comenté -¿Quién vendrá?

-Pues al principio solo había invitado a Blaise, pero después se unió Draco, y luego Hermione... Y Potter.

-No es tan malo, papá.

-No, hasta que de pronto tenemos a Svensson en casa. Claramente tu madre omitió eso hasta que llegó. Así que no me quedó otra opción que salir de casa a tomar aire para llenarme de paciencia.

Líos de amor de una Malfoy [Harry Potter/Theodore Nott] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora