1. Agente TF01, origen.

48.Ella:

48. Ella:

Las alarmas dejaron de sonar. Las puertas se abrieron. El gas comenzó a aberturas del techo. 

Me dejé caer, ignorando los rayos que habían vuelto a sonar, con la mirada perdida, la respiración agitada y mis manos debilitadas, al igual que mis piernas, los números sonando a mi alrededor. Volví a entrar al túnel, con la puerta entrecerrándose, tomando mi zapato en el camino. Lo jalé, forcejeé, me lo quité y quedé agachada. Recobrando la fuerza, me puse de pie y comencé a correr, a correr, a correr, a correr hasta que vi el final del túnel y salí, con nauseas, mis pasos comenzando a ser bruscos, iracundos, sin nadie a quien gritarle, sin ser pertenecientes  nadie, en general.

Salí, sintiendo que todo había cambiado de alguna manera, notando que las autómatas podían respirar, que podía sentir la sangre corriendo por mis manos, sobre mis labios, mi cabello enmarañado, el humo de la explosión aun sobre el aire.

Mis piernas flaquearon, y me detuve contra la puerta, aguantando la respiración, recordando a Victoria segundos después. Recordando a Eliza. Recordando a Tomás. Recordando aquellos vacuos ojos. Sintiendo la muerte.  Comencé a temblar antes de que me diera cuenta, y tosí impulsivamente, esperando vomitar. Sin embargo, mis entrañas estremeciéndose y el mundo tambaleándose.

Me quedé parada, recargada contra la puerta, y respiré profundamente, intentando controlarme. Sin embargo, me fue imposible alinear todo, ver más allá de aquella luz, una verdad, una mentira, alguna base, porque esto era suficiente, porque las piezas estaban cayendo y cayeron aún más cuando entré por la puerta correcta, entro de un túnel donde todo era fúnebre de nuevo, pero donde había silencio, el olor a calcinado y un suave repiqueo a la distancia, acercándose al mismo tiempo que yo lo hacía con frenesí, las cifras ascendiendo, las paredes pegajosas, rocas en el camino que me hicieron caerme, ponerme de pie.

Cuerpos.

Y yo me uní a ellos cuando me desmayé.