Capitulo 36

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Jughead la notó en shock y se asustó corriendo hacia ella. — Oye... ¿Que tienes? ¿Por qué estás así?— Le preguntó poniendo una mano en su mejilla.

Betty seguía en shock. Los recuerdos aún venían llegando a su cabeza y ella intentaba procesar todo.

— Betts... me estás asustando. ¿Que tienes nena?— Insistió Jughead tomando el rostro de la rubia entre sus manos.

Betty lo miró, saliendo de su trance y con las abundantes lágrimas saliendo de sus ojos. Empezó a hiperventilarse y negó con la cabeza caminando hacia atrás.

— Betts... ¿Que pasa? ¿Que tienes?— Preguntó Jughead acercándose a ella lentamente. La miró detenidamente y supo que seguramente recuperó sus recuerdos. — ¿Ya recordaste todo? ¿Es eso?—

Betty lo miraba en silencio mientras estaba al borde de sufrir una crisis. — Tú... eres tú...—

— Si mi amor — Admitió Jughead dando dos pasos hacia ella. — Soy yo. Por favor respira — Le pidió tomando su rostro entre sus manos. — Respira. Está bien. Entiendo que esto es muy confuso para ti—

— Aléjate — Exigió alejándose aun mas de él y negando con la cabeza mientras las lágrimas seguían apareciendo. — Aléjate de mi—

— ¿Pero por qué? ¿Que pasó? Oye... tranquila. Hablemos sobre esto—

— Tú... tú eres un asesino— Lo acusó Betty casi inaudible negando con la cabeza, con las mejillas empapadas de lágrimas. — Esa noche lo confesaste sin ningún remordimiento —

Jughead suspiró pesadamente mirándola a los ojos. — Son personas que te querían hacer mucho daño Betty. Por eso no me arrepiento ni un poco de lo que hice. Pero yo nunca te....—

— Aléjate de mi... esa noche también perdí a mi padre y fue mi culpa. No te quiero cerca de mi, asesino— Sentenció Betty saliendo de la habitación del chico, corriendo mientras lloraba.

— Betty... Betty por favor.... Vuelve— Le pidió Jughead corriendo tras ella.

— ¡Déjame! ¡Asesino! ¡No quiero verte!— Gritó Betty mientras bajaba las escaleras corriendo y se dirigía a la puerta principal.

— ¡Al menos déjame llevarte a casa! ¡Hablemos sobre esto Betts!— Respondió Jughead saliendo de la casa, corriendo detrás de ella.

— ¡No! ¡Aléjate! ¡Déjame en paz!— Exigió Betty atravesando el portón de la casa de Jughead y saliendo a la calle.

— ¡Betty!— Exclamó Jughead viéndola alejarse y luego mirando a su guardia, quien miraba la escena, confundido. — Está bien... no ha pasado nada grave— Le dijo para continuar corriendo tras la rubia.

Betty corría por las calles con intenciones de llegar a su casa de una vez y dejar atrás al pelinegro. Estaba asustada, confundida, aterrada y sobre todo dolida. Lo recordó todo. Todo lo que había olvidado. Las personas a las que había olvidado, incluyendo a Jughead. Recordó todo lo que llegaron a pasar juntos antes del accidente, y recordaba el momento del accidente, que era lo que más le dolia. Recordó cuando Jughead le confesó que había matado personas.

— ¡Betty por favor!— Gritó Jughead alcanzándola mientras corría. — ¡Hablemos! ¡Lo hice para protegerte! ¡Te amo!—

Betty dejó de correr. Se detuvo y se giró a mirarlo. Sus ojos rojos y sus mejillas empapadas de lágrimas, y su pecho agitado.

Jughead dio unos pasos más cerca de ella, mirándola fijamente.

— No quiero verte. No te quiero cerca, asesino... eran seres humanos y no tenias que hacer esas cosas horribles. Eso no es algo que tú harías— Habló Betty mientras lloraba.

— Fue para protegerte. ¿Y qué pasó con todo lo que hemos vivido? Todo lo que pasamos, todo lo que hicimos juntos... dijiste que me amabas— Dijo Jughead con la voz rota mirándola.

— No podría amar ni debería amar a alguien como tú. Ahora por favor aléjate. Déjame en paz y no me busques— Pidió Betty dándole la espalda al ojiazul y alejándose de él, corriendo.

Jughead la veía irse, y esas palabras que ella acababa de decir, fueron como una apuñalada al corazón. Suspiró y unas lágrimas se le escaparon. Se sentía estúpido por estar llorando por una chica, pero no podía evitarlo. Acababa de perder a la persona que más le importaba. Justo cuando era la primera vez que de verdad se enamoraba. Lo único que quería era abrazarla y consentirla, porque sabía que recordar todo de golpe no debía ser nada fácil para ella.

La vio desaparecer por la calle y no tenía pensado darse por vencido.

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Betty llegó a su casa corriendo y aún llorando. El portón se abrió y su guardia la miró, preocupado y confundido.

— ¿Se encuentra bien señorita?— Preguntó el guardia mirándola.

Betty asintió sonriéndole como pudo y se largó a correr hacia su casa.

Abrió la puerta y cuando la cerró, se apoyó sobre ésta casi sin aire por haber llegado corriendo y aún llorando sin control.

— Elizabeth...— Habló Alice acercándose rápidamente a ella y abrazándola. — ¿Que tienes? ¿De donde vienes? ¿Te hicieron algo?—

Betty rompió en llanto en los brazos de su madre. — Lo recordé... lo recordé todo mamá... todo lo que olvidé — Hizo un silencio. — Papá murió por mi culpa...—

— No cariño— Negó Alice separándose del abrazo y acariciando la mejilla empapada de su hija. — No fue tu culpa. Respira, relájate y siéntate aquí conmigo para que hablemos de lo que quieras— Sugirió Alice tomando la mano de su hija y guiándola hacia el sofá junto a ella.

— Si lo fue mamá. Si no fuera porque yo quise ir a ver esas malditas luces... papá seguiría aquí con nosotras. Fue mi culpa mamá. Lo fue— Hizo un silencio escondiéndose entre los brazos de su madre. — Esa noche... era mi cumpleaños y tuve una cita que salió mal... llegue a casa y vi esas luces... quise ir a verlas pero tú no querías. Lo único que quería mi papá era animarme. Fue la última vez que le dije que lo quería. La última vez que lo vi, la última vez que hablé con él y todo fue mi culpa. ¡Mi maldita culpa!—Gritó rompiendo en llanto nuevamente.

— Elizabeth...— Respondió Alice acariciando el cabello de su hija mientras la abrazaba. — No puedes culparte. Vamos a tu habitación para que descanses y mañana vas con un doctor —

Betty asintió y se fue a su habitación. Se quedó junto a la ventana, abrazando a Milo mientras miraba hacia afuera, aún procesando todo. El accidente, la muerte de su padre, descubrir el secreto oscuro del chico que la había enamorado, dos veces. El chico al que ella se entregó en cuerpo y alma. El chico que había dado lo mejor de sí para ella, pero que le había ocultado algo muy oscuro.

😭😭😭😭😭 Los hago sufrir pero los amo❤️

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😭😭😭😭😭 Los hago sufrir pero los amo❤️

Samy❤️

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