Volver a Enamorarte |Bughead|

Capitulo 58

— ¡Que saques a mi hija de la cárcel, maldito!— Gritó Lorence sacando un arma de su bolsillo y apuntando a la cabeza del ojiazul.

Jughead levantó ambas manos en defensa y rió. — Yo no haría eso si fuera tu—

— Te lo pedí amablemente y no quisiste escucharme. Si no sacas a mi hija de esa maldita prisión, te volaré los sesos— Amenazó aún apuntando a Jughead con su arma.

— Tú hija tiene que aprender una lección Lorence. ¿No crees?— Preguntó Jughead divertido. No era la primera vez que se encontraba en una situación así.

— Yo no quiero hacer esto, Jughead. Tu padre es muy amigo mío. Prácticamente te conozco desde que eras niño. Podemos evitar todo esto— Dijo empezando a temblar con el arma en la mano, sin dejar de apuntar al chico.

— Estoy de acuerdo contigo. Podemos evitar todo esto si olvidas esta locura y guardas esa arma— Sugirió Jughead mientras metía lentamente su mano en su bolsillo.

— ¿Entonces sacarás a mi hija de ese lugar?— Preguntó el mayor.

— Claro que no— Negó Jughead ya con una mano en su bolsillo.

— Te daré la oportunidad de pensarlo. Sí sabes que de verdad te volaré la cabeza... ¿Verdad?— Le preguntó temblando con el arma en la mano.

— ¿Y por qué no lo has hecho?— Preguntó Jughead alzando una ceja mientras sacaba su arma de su bolsillo lentamente.

A Lorence se le acabó la paciencia y tiró del gatillo del arma, soltando varios disparos en dirección a la cabeza de Jughead, pero éste fue más rápido y se tiró al piso, cubriéndose de los disparos detrás del escritorio, y en un rápido movimiento se puso de pie y disparó contra Lorence, pegándole varios disparos en el pecho y dejándolo tirado en el piso, sangrando y seguramente estando ya muerto.

— Tu te lo buscaste amigo. Nunca me caiste bien y lamento que las cosas hallan terminado así para ti— Habló Jughead divertido acercándose al cuerpo de Lorence con una macabra sonrisa mientras levantaba su celular.

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Betty se encontraba aún en la terraza de la casa hablando con Charles. Estaba siendo estrictamente vigilada por los guardias de Jughead, y Mónica también iba a echarle un ojo de vez en cuando.

Su conversación con Charles había dejado de ser sobre los antecedentes de sus padres y se convirtió en una conversación personal.

— ¿Hace cuanto tiempo murió tu padre adoptivo?— Preguntó la ojiverde.

— Hace casi cuatro años. Siempre supe que fui adoptado pero nunca me dijeron quienes eran mis verdaderos padres hasta que mi padre adoptivo estaba a punto de morir. Ahí fue cuando me lo dijo todo. Desde entonces los estuve buscando — Contó Charles.

— Pero hay algo que no entiendo. Siempre pensé que era hija única. Siempre me hicieron pensar eso. ¿Por qué mis padres nunca me dijeron que habían tenido un hijo antes de mi?— Preguntó Betty, curiosa.

— Betty, venimos de una familia "perfecta" ante la sociedad. Los Cooper siempre hicieron todo lo posible por mantener ese margen de perfección. ¿Que crees que pensarían las personas sabiendo que tus padres tuvieron un hijo a muy temprana edad? Por eso los obligaron a darme en adopción y fingir que nunca tuvieron un hijo— Explicó Charles.

— Pero eso está mal. Nadie es perfecto y nadie puede serlo. Todos deberían entender eso— Opinó Betty. — Y estuvo mal que los obligaran a darte en adopción. Un hijo no es un error y debe ser amado y cuidado. Cómo yo haré con el mío—