Capitulo 93

290 17 12
                                    

El pelinegro estaba trabajando en casa, en su oficina, firmando algunos papeles que tenía en su escritorio, cuando la rubia entró silenciosamente y lo sorprendió rodeando su cuello con sus brazos y besando su mejilla.

— ¿Estás muy ocupado?— Preguntó en voz baja.

— Ya estoy terminando amor— Le respondió organizando los papeles para guardarlos en un cajón. — ¿Y los niños?—

— Tu hija está dormida y los otros dos están jugando abajo— Dijo con una sonrisa. — Parecen gemelos. Tuvieron una gran conexión desde que se conocieron—

— Debe ser porque son hermanos— Opinó Jughead. — ¿Y no estás ocupada? Porque en ese caso podríamos... ya sabes. Divertirnos un rato — Sugirió mirándola pícaramente.

— Papá...— Habló Lucas tímidamente desde la puerta de la oficina.

Jughead se giró a mirarlo y sonrió por el hecho de que ya él niño lo llama "papá". — ¿Todo bien amigo?— Preguntó.

— ¿Que pasó Lucas? ¿Y cómo subiste las escaleras tú solo?— Preguntó Betty.

El niño se encogió de hombros. — William ya tiene sueño y está de mal humor. Está llamándote, papá — Avisó.

Jughead suspiró y se puso de pie. — Deséenme suerte. Yo iré con el. Si me necesitan solo avísenme — Besó la mejilla de la rubia y luego la frente de su hijo para salir de la oficina y bajar a la sala para ir con el pequeño William.

Betty terminó de guardar los papeles que Jughead estaba firmando y cuando terminó vio a Lucas mirarse al espejo de la oficina.

— Parece que tengo un nido de pajaritos en la cabeza — Dijo el menor mirándose al espejo y riendo levemente.

Betty sonrió y se acercó a él. — Tienes un cabello muy bonito. Solo hay que... peinarlo un poco — Hizo un silencio — ¿Me permites?—

El niño asintió y Betty empezó a buscar un peine por toda la oficina, pero no lo encontraba.

— Es increíble que tu papá no tenga ningún peine por aquí. Buscaré uno en mi habitación. ¿Vienes?— Le preguntó extendiendo su mano para que el niño la tome.

Éste tomó su mano tímidamente y caminó con la rubia hasta la habitación de ésta.

— Lo tengo— Dijo Betty tomando un peine de la mesita de noche y acercándose al niño. — ¿Entonces me dejas peinarte?— Preguntó.

Lucas asintió. — ¿No va a doler?— Preguntó en voz baja.

Betty lo miró con ternura. — Claro que no. Siéntate aquí frente al espejo —

El menor se sentó frente al espejo y Betty empezó a peinar su cabello delicadamente. Pudo ver una expresión de tristeza en el rostro del pequeño y se preocupó.

— ¿Por que esa carita?— Le preguntó mientras lo peinaba.

— Es que mi mamá nunca me peinaba— Respondió en voz baja.

— Mi hijo casi nunca me deja peinarlo. Solo si lo hace su padre— Dijo Betty ya terminando de peinarlo. — Ya está. Te ves muy apuesto—

Lucas se miró al espejo y sonrió. — Gracias. Me gusta—

— No fue nada. Te ves tan apuesto como tu papá — Aseguró la rubia con una sonrisa.

— Mi mamá me dijo que mi papá era malo— Le contó Lucas a Betty jugando con sus dedos. — Y que yo era igual que el. Pero mi papá no es malo—

Volver a Enamorarte |Bughead| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora