Capitulo 60

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— ¿Que? ¿Que pasó? ¿Ya tendrás al bebé?— Preguntó rápidamente.

Betty soltó un profundo suspiro y se volvió a quejar mientras se agarraba el vientre. — Creo que el bebé ya viene— Avisó.

Jughead se sintió asustado y su corazón dio un pequeño salto. Estaba casi tan aterrado como ella. Era la primera vez que ambos estaban en una situación así.

— Mírame Betty— Pidió Jughead posando una mano en su mejilla. — No entres en pánico. Respira y quédate tranquila. Yo llamaré a la doctora para que nos diga que hacer. ¿De acuerdo?—

Betty asintió mientras inhalaba y exhalaba profundamente para mantener la calma y entonces Jughead tomó su celular y salió de la habitación para hablar con la doctora que estuvo dándole seguimiento al embarazo de la rubia.

Jughead ya tenía varios minutos afuera de la habitación, hablando por teléfono, y Betty tuvo otra contracción que la hizo desesperarse.

— ¡Juggie! ¡¿Que estás haciendo?!— Le gritó.

Jughead entró a la habitación, tomó aire y se sentó a su lado en la cama. — Escúchame Betts. Hablé con la doctora y lo mejor es llevarte al hospital ahora. Queda un poquito lejos y si esperamos un poco más, no llegaríamos a tiempo. ¿Entendido?—

Betty asintió y Jughead besó su cabeza. Se puso de pie y la tomó de las manos para ayudarla a ponerse de pie a ella.

— No entres en pánico nena. ¿Si? Vas a estar bien y lo vas a lograr. ¿De acuerdo? Ahora vamos al hospital — Dijo Jughead empezando a salir de la habitación con la rubia tomada de manos.

— ¿Como puedes estar tan tranquilo?— Le preguntó Betty caminando detrás de él, lentamente mientras se agarraba el vientre.

— Es que si yo me pongo nervioso, te pondré nerviosa a ti también y eso no sería de mucha ayuda— Respondió el chico mientras ya iba bajando las escaleras y se giró a mirarla. — ¿Estás bien? ¿Puedes bajar sola?— Preguntó mirándola.

Betty asintió y empezó a bajar las escaleras, pero se detuvo a la mitad por otra contracción.

Jughead también se detuvo y la miró. — Hey, está bien. No pasa nada. Vamos— Le dijo rodeándola con su brazo y ayudándola a terminar de bajar las escaleras.

Mónica estaba en la sala, aún con Milo en sus brazos y se giró a mirarlos bajando las escaleras y sus ojos se abrieron como platos. —Dios mío, ¿Ya es hora?— Preguntó.

Jughead asintió mientras se dirigía a la puerta con Betty. — Yo te llamaré. Ahora iremos a tener a nuestro bebé — Avisó.

— ¡Buena suerte!— Les gritó la mayor, ya cuando éstos atravesaban la puerta principal.

Jughead guió a Betty hasta el auto y le abrió la puerta del vehículo. Una vez que ésta entró, él dio la vuelta y entró al asiento del conductor. Encendió el vehículo y con su mano libre tomó la mano de la ojiverde, quien iba intentando respirar profundamente.

Y en todo el camino no dejó de tomar su mano, aunque la rubia casi se la quebrara apretándola cada vez que tenía una contracción. Finalmente llegaron al hospital y Betty fue llevada a una habitación mientras se acercaba el momento del parto, y Jughead estaba a su lado, aún tomando su mano.

— Betty, ¿Podrías no apretar tanto mi mano?— Pidió Jughead divertido.

— Cállate. Ya quiero que este bebé salga de mi— Se quejó tirando la cabeza hacia atrás.

— No te desesperes. Pronto tendrás a esa pequeña cosa que no va a dejar de llorar— Contestó el ojiazul.

— Estás hablando de tu hijo, Jughead— Dijo la ojiverde mirándolo mal. — No se por qué dejé que me embarazaras—

Volver a Enamorarte |Bughead| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora