Capitulo 35

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— No fue nada nena. Ahora... quiero preguntarte algo— Dijo Jughead poniéndose de pie y arrodillándose frente a ella. — Elizabeth Cooper... ¿Quieres ser mi novia?— Preguntó tomando su mano.

Betty abrió los ojos como platos mientras lo miraba. — Yo... ¿Tú novia?—

— Si, mi novia. ¿Quieres ser mi novia Betty?— Volvió a preguntar.

Ella se quedó en silencio un momento, como si lo estuviera pensando. — ¿De verdad quieres eso?—

— Claro que quiero esto Betty. Porque te amo— Le confesó.

— Entonces si, Juggie. Si quiero ser tu novia— Aceptó la rubia.

Jughead sonrió y la abrazó. Ella correspondió y al separarse del abrazo, se dieron un pequeño beso y Jughead volvió a su lugar.

— Eres mi novia— Presumió Jughead guiñándole un ojo a la rubia.

— Y tú eres mi novio— Le siguió Betty sonriéndole mientras aún miraba su medallita, intentando descifrar en donde la había visto antes.

— ¿Y qué hacemos ahora? La noche es joven— Dijo el ojiazul mientras llenaba nuevamente su copa de vino y se la tomaba.

— ¿Vamos a tu casa?— Preguntó la rubia.

— Me gusta cómo piensas nena— Admitió el pelinegro poniéndose de pie.

— Y a mi me gustas tú, papi— Respondió Betty divertida.

Jughead la miró divertido y pagó la cuenta. Así ambos salieron de aquel restaurante y Betty no paraba de mirar a su alrededor. Ya había estado aquí pero no lo recordaba, y eso era muy frustrante para ella.

Ambos entraron al auto y antes de que el pelinegro empezara a conducir, besó a la rubia por unos minutos. Una pequeña y apasionada sesión de besos.

Después de esto, Jughead empezó a conducir hacia su casa, mirando a Betty de reojo y poniendo su mano libre sobre la de ella.

Al llegar a la casa del chico, bajaron del auto y Jughead la rodeó con su brazo dejando un beso en su cabeza. Lo había hecho. Betty era su novia, algo que no había tenido desde hace muchísimo tiempo. Y ella ahora tenía novio. Él era su novio. Un chico guapo, millonario y que la trata como una reina.

Entraron a la casa de éste, abrazados, y ambos se sentaron en la sala, juntos en uno de los sofás y ahí no dejaron de abrazarse. Estar cerca del otro, sentir el calor y los latidos del otro, eso era suficiente para los dos.

— ¿Que quieres hacer nena? ¿Quieres ver una película?— Preguntó Jughead aún abrazándola.

— Quiero alcohol— Respondió Betty.

— ¿Que?— Preguntó Jughead mirándola divertido.

— No es broma. Quiero alcohol del mas fuerte que tengas— Insistió.

— De ninguna manera te daré alcohol Betty. Ya sabes lo que pasó en el White Worm — Le recordó. — Te puedo dar cualquier otra cosa—

— No Jughead. Quiero alcohol— Pidió la ojiverde separándose de él y mirándolo seria.

— Y yo ya te dije que no te daré — Sentenció el ojiazul serio.

— Eres aburrido. Suenas como mi papá... papi— Dijo Betty divertida.

— Aún no sé por qué me llamas así si ya no estás ebria, nena — Habló Jughead empezando a acariciar la pierna desnuda de la rubia.

— ¿Y por qué no puedo, papi?— Preguntó Betty acercándose más a él.

Volver a Enamorarte |Bughead| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora