Capitulo 78

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Al caer la noche, Jughead esperaba a Betty fuera de la habitación, mientras la rubia estaba encerrada, aún arreglándose para su cita.

— ¿Te falta mucho?— Le preguntó Jughead a la rubia mientras miraba su reloj.

— ¡Ya voy!— Contestó ella desde adentro de la habitación.

Jughead suspiró mirando hacia arriba, ya desesperado.

— Ya estoy lista — Aseguró Betty abriendo lentamente la puerta de la habitación, dejándose ver.

Jughead quedó boquiabierto cuando la vio. Traía un vestido negro que le llegaba a las rodillas, con escote que dejaba al descubierto parte de su pecho y espalda, con su cabello cayendo libremente sobre sus hombros y con su medallita de una media luna con diamantes incrustados y pequeñas estrellas alrededor adornando la parte desnuda de su cuello.

— ¿Que te pasa Juggie?— Preguntó Betty divertida mirándolo.

— Pasa que voy a relajarme o se va a formar un gran problema entre mis pantalones — Respondió guiñándole un ojo.

— Pero qué pervertido eres. Aún es temprano para eso, Juggie — Reprochó Betty.

— ¿Nos vamos, nena?— Preguntó el chico extendiéndole su mano.

Betty sonrió y tomó su mano. — Vamonos—

Bajaron las escaleras tomados de las manos y fueron hasta la sala de estar a despedirse de su pequeño hijo.

— ¿Vas a portarte bien pequeñito?— Preguntó Jughead con el niño en sus brazos besando su mejilla.

— Si— Aseguró el menor aplaudiendo.

— Mami va a extrañarte mucho mi amor— Confesó Betty dejando muchos besos en la mejilla del niño al igual que Jughead, ambos haciendo reír al pequeño.

— Muy bien amiguito, ya mamá y papá van a salir— Avisó Jughead dejando al menor sobre el regazo de Mónica en el sofá. — Regresaremos a las diez y este traviesito ya debe estar dormido a esa hora—

— Y si se pone muy inquieto entonces nos llamas— Agregó la rubia.

— Éste hermoso niño es un angelito. ¿Verdad principe?— Le preguntó Mónica al niño.

El pequeño respondió escondiéndose entre los brazos de la mayor mientras veía atentamente la tv y entonces sus padres ya iban saliendo de la casa.

— Adiós William — Se despidió el ojiazul. — Pórtate bien—

— Mami te ama mi niño hermoso— Le dijo Betty.

William no respondió por estar concentrado mirando dibujos animados en la tv y entonces Jughead y Betty salieron de la casa y el pelinegro le abrió la puerta a la chica para que entrara, y luego dio la vuelta para entrar al asiento del conductor.

— ¿A donde vamos?— Preguntó la ojiverde, curiosa mientras veía al chico cerrar la puerta del auto.

— No te diré— Respondió encendiendo el auto.

Betty rodó los ojos. — Típico de ti, Jones—

Jughead le sonrió, presumido, y encendió el auto empezando a conducir. En el camino no se dirigían la palabra, pero Jughead miraba a Betty de reojo y ella lo notó.

— ¿Que pasa? Deja de mirarme así y préstale atención al camino— Sugirió Betty, divertida.

— Es que no puedo concentrarme — Confesó Jughead echándole una mirada rápida. — No pude evitarlo y ahora tengo un gran problema entre mis pantalones —

Volver a Enamorarte |Bughead| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora