AshleyFreetman.Noah, tomó mi mano sacándome de mis pensamientos preguntando cual era la casa del tío Jordan, ya que habíamos llegado a la urbanización.
Lo guié llegando al frente. Manuelita, estaba parada en el frente del portón, moví mi cabeza, eso sería mi tío Jordan, que la llamó; ella era la señora que ayudaba a mis tíos en los quehaceres del hogar y a cuidar al pequeño y travieso Jean Carlos.
─ Mi niña, la señora Abigail, me llamó para que la recibiera, ─ mencionó la mujer preocupada.
─ Gracias, Manuelita. ─ Le dije bajando del automóvil.
─ Te espero aquí, ─ espetó Noah, indicándome que no bajaría del auto, quizás para que no me entretuviese tanto con la mujer.
Entré corriendo a la casa, ingresé a la habitación que habían preparado para él bebé, observé y todo estaba como lo habíamos ordenado mi tía y yo, en estos días que pasé con ella largas horas, en sus noches de insomnio; tomé apresurada la maleta y la pañalera que habíamos dejado arreglada. Manuelita, me ayudó a llevar todo hasta el auto y le informé lo que mi tío Jordan, me indicó.
─ Mi niña, ya tengo todo listo, por favor, me tienes al tanto ─ pidió la mujer con cariño y su rostro reflejaba que estaba preocupada.
─ No te preocupes Manuelita, yo te llamo cuando nazca él bebé, ─ le aseguré besando su mejilla antes de subirme nuevamente al automóvil, después de que Noah, acomodara la maleta y la pañalera en el asiento trasero.
─ Si tiene todo listo la podemos llevar primero a tú casa, ─ propuso Noah, pasando su visión de Manuelita, a la mía.
─ Tengo todo listo, señor ─ mencionó ella.
─ Entonces búscalo y nos vamos, ─ le indiqué.
Manuelita, salió corriendo y en menos de cinco minutos ya estaba con una maleta afuera y cerrando la casa. Noah, acomodó la maleta y Manuelita, ingresó en la parte trasera del vehículo. Primero la dejamos a ella de vuelta a mi casa y luego continuamos el camino hacia el hospital.
─ Es extraño venir al hospital sin tener guardia, ─ mencionó Noah, cuando ya estábamos cerca del lugar.
─ A veces suele suceder, ─ le dije tratando de sacar una sonrisa. Unos minutos después llegamos y Noah, buscó el puesto que tenía asignado para su vehículo.
─ ¿Te quedarás? ─ Le pregunté antes de salir del automóvil, él tomó mi mano reteniéndome para no abrir la puerta.
─ Cuando salgamos de aquí podríamos irnos juntos, ─ propuso buscando mis labios
─ No creo que el trabajo de parto de Abigail, dure mucho, ─ espetó mordiendo mi labio inferior.
─ Quizás no dure mucho, ─ respondí a su propuesta y a sus labios, él sonrió buscando mi lengua.
─ Eres una tentación adictiva, Ashley. ─ Susurró jugando con mi boca.
─ El maestro eres tú, no yo, ─ le respondí jugando con su lengua.
─ Uhhm, ¿Soy adictivo también para ti? ─ Preguntó haciéndome sentir una sonrisa marcada en sus labios.
─ Creo que muy adictivo, ─ respondí mordisqueándolo.
─ ¿Qué tanto? ─ Preguntó con curiosidad
─ Bastante, todo el día estás en mi mente, ─ susurré en sus labios.
─ Tú también pequeña, ─ mencionó besándome nuevamente con posesión, llevé mi mano derecha hasta su cuello acariciándolo, hasta llegar a su cabello y envolver mis dedos con él. Noah, llevó sus manos a mi espalda acercándome más a su cuerpo, parece que mantuviésemos hambre el uno del otro; nuestras lenguas jugaron desesperadas, el beso se hizo sonoro y húmedo haciéndolo más rico todavía, nos detuvimos a buscar aire, pero no despegamos los labios, seguimos dándonos pequeños besos hasta juntar nuestras frentes.
ESTÁS LEYENDO
¿ERES MI TENTACION PROHIBIDA?
RandomEn el texto se narra una historia de drama, amor y romance erótico; Ashley Freetman una chica joven, universitaria, sencilla y enamorada desde que tiene uso de razón de Noah Hanks, él fue su amor de adolescencia y ahora su juventud, cuando a ella...