CAPITULO 37 ¿POR QUÉ PRECISAMENTE ELLA?

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Noah Hanks.

─  No me agrada el chico que trajiste en tú cumpleaños, ─  refutó inmediatamente su padre.
─ Papá, deja los celos y no es Alexander, ─  Alegó mi novia, y eso llamó más la atención de todos.
─ Y ¿Cuándo lo conoceremos? ─  Preguntó su hermana Samantha, entusiasmada.
─ Estaba pensando en preparar una cena con toda la familia,  el primer fin de semana después que llegue de viaje ─  Informó Ashley.
─  ¿Cuánto durará la jornada? ─  Preguntó Maximiliano, a quien parecía que la felicidad se le había escapado de su rostro.
─  Creo que una semana, pero no estoy segura, ─ mencionó Ashley
─ Durará quince días incluidos los viajes,  va a realizarse en cuatro sectores rurales, todavía están abiertas las suscripciones para quienes deseen sumarse, ─  les invité, ya que me extrañó que Ivanna y Jordan, esta vez no se sumaran, después me di cuenta que la esposa de Jordan, estaba en los días de parto e imagino que ese fue uno de los motivos.
─ Esta vez no me sumé, por los compromisos que había adquirido, pero de seguro en la próxima estaré presente, ─  sonrió Ivanna.
─ Para mi, desaparecerme tantos días del consultorio es difícil, ─  mencionó Maximiliano.
─  Lo entiendo, ─ les dije a ambos.
─ Para el futuro deberían de hacer una programación con los lugares donde van estar, así los que puedan se van sumando a colaborar, en los días que se ajuste a ellos, ─ mencionó  Ashley, su idea me agradó bastante, ella como buena organizadora quizás en un futuro se sume a ello.
─ Me agrada esa idea, ─ le dije sonriendo.
─  A mí también me parece una buena idea, pequeña  ─  mencionó su padre.
─ Yo, también apoyo esa idea, ─  intervino Ivanna, pensativamente.
─ Quizás en el próximo encuentro nos podemos sumar las dos en la organización, ─ le dijo su tía a mi novia, la cual se emocionó.
─ ¿Por qué siempre están hablando de trabajo, hospital y enfermedades? ¿Por qué no planificamos unas vacaciones? ─  Protestó el pequeño Andrew.
─ Yo, estoy de acuerdo con eso, podríamos planificar ambas familias juntas, ─ intervino mi hijo.
─ Como en los viejos tiempos, ─  pronunció Ivanna, mirando a Maximiliano, el cual arrugó  la cara,  creo que por los recuerdos y yo, no estaba muy alejado de secundarlo; después de la cena Ashley y yo, volvimos al estudio para continuar aclarando sus dudas.

Ella, hizo un ensayo como si estuviese exponiendo su presentación en clases, a mi forma de evaluar iba muy bien preparada, pero faltaba ver como lo consideraría el profesor de esa materia. Culminamos revisando también el trabajo que debía entregar el día viernes, el cual solo le faltaban algunos detalles y quedaría perfecto. Eran las once de la noche cuando Ashley, decidió que ya era suficiente y se sentía preparada para el día siguiente.

─ ¿Nos vamos para el departamento? ─  Le pregunté.
─ ¿A esta hora? ─ Respondió apagando el ordenador.
─ No veo problema en la hora, o nos  podemos quedar también en mi habitación, ─  le propuse.
─ Prefiero el departamento, en tú casa se me cae la cara de vergüenza con Bill, ─  explicó
─ No tienes por qué preocuparte, pronto se enterarán que eres mi novia, ─  mencioné besándola, se escucharon unos pasos por el pasillo, me alejé de sus labios, ya Ashley, había dado el primer paso para anunciar el noviazgo y solo esperaríamos los días que faltan. La puerta se abrió y mi hijo Jaime, seguido de Andrew y Samantha, ingresaron al estudio.
─ ¿Papá a qué hora nos vamos? ─ Preguntó mi hijo.
─ Ya los chicos se van acostar, ─  informó
─ Te hacía ya en la casa durmiendo, ─ le dije observándolo.
─ Y yo, los hacia a ustedes también durmiendo, ─ le dijo Ashley, a sus hermanos.
─ Pensábamos hacerlo, pero el juego tardó más de la cuenta, ─  explicó Andrew.
─ Pero yo me estoy muriendo ya del sueño, así que les pedí que lo apagaran o mañana no podremos levantarnos para clases, ─ expresó  Samantha, la pequeña me recordaba mucho a su madre, en su infancia. Ella, es muy aplicada como Ivanna, y compasiva con los demás hasta para guiarlos igual a ella.
─ Te estaba esperando, ─  siseo sonriendo Jaime,  quizás un poco apenado al descubrir que estaban jugando y no estudiando.
─ Te espero en un rato en el jardín, esta noche nos quedaremos en mi casa, ─ le dije a Ashley, acercándome un poco a ella, para que los chicos no escucharan.
─  Noahh, ─ siseo entre dientes.
─  ¡Por favor, compláceme! no deseo más excusas, ─ mencioné  levantándome sin darle tiempo a una protesta.

Como a la hora mi novia estaba en el jardín, con una pijama de algodón y una chaqueta, cruzamos el jardín de su casa y luego el de la mía, hasta ingresar y llegar a mi habitación. Ashley, tenía sus mejillas coloradas.

─ ¡Dios¡ esto es una locura Noah, todavía me sorprende lo que hago por ti,  ─ siseó hundiendo su rostro en mi cuello.
─ ¿No te has dado cuenta que eres más que mi novia? ─ Le pregunté levantando su mentón.
─ ¿Deseo que probemos como pareja?  ─ Le aclaré para que fuese entendiendo lo que anhelaba.
─ ¡Por Dios, Noah! apenas les diremos que somos novios ¿Cómo piensas que lo tomarán si también le digo a mi padre y a tía  que somos pareja? ─  alegó un poco contrariada.
─ No creo que piensen que vamos a estar como novios de manita sudada, tú tienes veintiuno y yo treinta y seis años, no estamos para eso, ─ le aclaré tratando de hacerle entender.
─ Lo sé, pero creo que tienes razón, además sería peor que me descubran como si fuese una adolescente, con las hormonas demasiado elevadas, ─ sonrió besando mis labios.
─ No somos adolescentes, pero si tenemos las hormonas demasiado elevadas, ─  mencioné sonriendo despojándola del abrigo y llevándola hasta la cama.
─ Eres imposible, ─  mencionó hundiendo su rostro en mi pecho.

Ambos nos enredamos en un abrazo de cuerpo, piernas y brazos. Nos fundimos entre besos, le hice saber cuánto la deseaba y ella cuánto me amaba.

El sonido del WakaWaka, otra vez llenaba mi habitación. Ashley, se levantó apresurada sentándose sobre la cama.

─ Ashley, es muy temprano  ─   le dije observando el reloj sobre la mesa de noche y atrayéndola otra vez a mis brazos.
─ Reprogramé  el reloj, antes que mi tía se levanté ─ informó sentándose nuevamente y dándome una buena vista de su espalda desnuda.
─ Creo que tenemos tiempo de dormir otro rato, ─ musité
─ No, tía Ivanna, se levantará dentro de media hora y visitará nuestras habitaciones ─  mencionó levantándose de la cama, buscando su ropa y vistiéndose apresurada. Yo, hice lo mismo para acompañarla, es cierto que era mi novia, bueno más que mi novia y ya había dado el primer paso para anunciarlo y era mejor no causar problemas en este momento, aunque después de nuestro anuncio, sé que habrán problemas  y bastantes.
─ En pocos días, ya no tendremos necesidad de esto, ─   le advertí, porque de algo estaba seguro y era que no permitiría que nuestras familias se interpusieran entre nosotros.
─ Vamos, ─ mencionó apresurada, saliendo ella primero de la habitación, salí unos segundos después de calzarme apresurado los deportivos, siguiéndola preguntándome porque estaba todavía al pies de la escalera.

Levanté mi rostro dirigiendo mi mirada hacia mi padre,  el cual observaba a la pequeña con gran asombro y hasta su mandíbula estaba descolgada de la impresión. Mi padre levantó su vista posando sus ojos serios sobre mí y yo, solo caminé hasta mi mujer rodeando su cintura.

─ No hay problema, ─ le dije a mi mujer, la cual intentó ocultar su rostro en mi pecho.
─ No, ─ le dije levantando su mentón, es hora de que se enteren que eres mi novia y mi mujer, ella y mi padre me observaron.
─ Noah, ¿Por qué entre tantas mujeres en el mundo tendría que ser precisamente ella? ─  Preguntó mi padre, pasando la miranda de Ashley, a mí, con rostro de preocupación.
─ Ahora hablamos, padre.  ─  Le dije pasando por su lado para acompañar a Ashley, a cruzar los jardines, sabía que mi padre, me esperaría y que yo le debía una explicación, así como a la familia de Ashley.

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