Sebastián Ghill.
─ Vamos al jardín, ─ me susurra Aleska, al oído.
No le respondo nada, suelto su mano y envuelvo su cintura, sacándola de la pista de baile, la orquesta está en su apogeo, al igual que la fiesta. Hay muchos invitados y la mayoría está en la pista de baile.
─ ¿Para dónde van? ─ Pregunta mi madre al vernos, sacando su rostro del cuello de Franchesco.
─ Vamos para el jardín, ─ sonríe Aleska.
─ ¡Ya, déjalos quieto! ─ Murmura Franchesco, sonriendo y llevándola otra vez a su hombro, para continuar bailando.
Aligero el paso de Aleska, antes que mi madre se ponga intensa.
El jardín del hotel, está lleno de parejas caminando y grupos charlando. Entre ellos hay uno con mis abuelos Andrew y Hailey, también la abuela Samantha y el abuelo Ethan. Prácticamente, salimos huyendo antes que las abuelas comiencen a perseguirnos. Tomamos el lado contrario a ellos.
─ Amor, debes descansar. Escuchamos la voz de Noah, acariciando el vientre plano de mi prima Ashley.
─ Mi vida, piensas que si me sintiera mal, arriesgaría nuestros bebés, ─ pronuncia Ashley, besando a su esposo.Nos alejamos de ellos también, antes que notaran nuestra presencia. Un poco más adelante estaban mis primos Andrew, Samantha, Caleb, Jaime, Cesar y Leonardo; junto a tres chicas más, acostados en el césped no muy lejos de Ashley y Noah.
Caminamos apresurados perdiéndolos también de vista. Debíamos alejarnos más, si deseábamos estar un rato a solas. Aleska, no pronunciaba una palabra para no ser descubiertos.
El salón de fiesta estaba full, pero el jardín tenía también bastantes personas.
Nos alejamos lo suficiente, a lo lejos se veían los invitados.
Aleska, me señaló hacia los árboles, para no ser visibles ante las personas que recorrían el área. Caminamos hasta conseguir un frondoso árbol. Nos acomodamos, tomé su mano enlazándola con la mía.
Ella, se acercó buscando mis labios, envolví su cintura acercándola más. Su lengua rozó mis labios, abrí mi boca uniendo mi lengua con la suya, nunca pensé que fuese tan delicioso besar. Aleska y yo, hemos experimentado varios besos, que nos han llevado acariciarnos, rodee su espalda y ella, mi cuello uniéndonos mucho más.
Un ruido se escuchó, ambos nos separamos mirándonos, nuevamente. Unos gemidos se escucharon, pensé que era un animal y me levanté apresurado. Aleska, era más curiosa que yo y caminó con cuidado unos pasos, la seguí para pedirle nos marcháramos, pero mi mirada le hizo compañía a la suya, cuando otro ruido salió de los labios de la mujer que estaba a medio vestir. Tenía sus pechos fuera del vestido y sus piernas y caderas descubiertas. Su acompañante le estaba chupando uno de sus pechos. Ambos nos quedamos embelesados con la escena, ninguno de los dos podía moverse, mi vista se fue hacia la mano del hombre, subiendo más la falda del vestido de la desconocida; llevándola hasta su cintura, dejando visible una muy pequeña tela de su prenda interior.
La mujer era hermosa y muy joven, seguramente hija de algunos de los empresarios amigos de los Lumbardi. La mujer, levantó sus caderas y el hombre bajo su panty, dejándola desnuda de la cintura para abajo.
Mis ojos se fueron a su vagina, que no tenía ni un solo vello púbico. La mano del hombre volvió a su vagina acariciándola, ella abrió más las piernas soltando unos sonidos guturales.
El hombre, abrió los labios de su vagina y metió sus dedos en su parte íntima, pasando a chupar su otro pecho. Los sonidos que ambos soltaban se hicieron más fuertes. Ella, gimió extendiendo su mano hacia el miembro del hombre, apretándolo sobre el pantalón.
─ Sácalo, ─ gruñó el desconocido a la mujer. Ella, bajó el cierre del pantalón sacando el miembro, para comenzar a masajearlo.
Tomé a Aleska, por una mano sacándola del lugar, no me había agradado que hubiese visto el pene de ese desconocido.
─ Vamos por esta parte, ─ mencionó Aleska, guiándome hacia una parte del hotel, alejado de la muchedumbre.
A lo lejos, observé a tío Jordan y tía Abigail, unirse al grupo donde estaban Ashley y Noah, con los chicos.
Aleska y yo, caminamos consiguiéndonos con más invitados, que también caminaban conociendo los jardines espaciosos del hotel Lumbardi.
Ingresamos al interior del hotel por una puerta trasera y no por la principal. Subimos a uno de los ascensores de esta área e ingresamos a la habitación de Aleska.
─ Creo que aquí es la única forma que estemos solos, ─ murmuró Aleska.
Yo asentí, no era la primera vez que estábamos en su habitación o la mía, pero hoy me había excitado demasiado, observando la escena.
Observo las mejillas de Aleska y están coloradas. Ella, se quita sus zapatos, toma mi mano y nos vamos a su cama. Me quito también los zapatos y el flux, luego aflojo un poco mi corbata y me acuesto a su lado.
Ella, acomoda su cabeza en mi hombro, la abrazo y al instante comenzamos a besarnos.
─ ¿Por qué me sacaste del lugar? ─ Pregunta con las mejillas más coloradas aún.
─ Porque seguramente comenzarían a sacar sus ropas, ─ le respondí.─ Así hubiésemos aprendido, ─ pronuncia con una sonrisa. La observo y niego.
─ ¡Vamos! no me digas que no has visto hacerlo, ─ murmura observándome. Fijo la mirada en ella, por supuesto que he visto en internet.─ ¿Tú has visto? ─ Le pregunto con curiosidad.
─ He investigado por internet, ─ me indica. La miro frunciendo el entrecejo.
─ ¿Tú no has investigado? ─ Pregunta ahora ella con curiosidad.
Muevo mi cabeza confirmándole. Tengo curiosidad de saber lo que ella ha investigado.
Aleska, toma su teléfono, escribe en Google y enseguida aparecen unas páginas como de sexo educativo. Inicia un vídeo y es la explicación de cómo colocar el condón.
─ ¿Sabes colocarte uno? ─ Me pregunta y vuelvo a mover mi cabeza afirmativamente. Coloca otro vídeo y es sobre la masturbación y el sexo oral. Sale una pareja explicando el paso a paso para hacerlo bien.
No puedo evitar excitarme nuevamente, con las imágenes de ellos dos dándose placer, recordé la pareja del jardín y enseguida mi pene endureció demasiado. Tomé una bocanada de aire, no podía ir al baño a estimularme con Aleska en la habitación. Ella, bajó la mirada hacia el bulto que tenía.
─ ¡Estás excitado! ─ murmuró buscando mi mirada.
─ He leído que es dolorosa ¿Es cierto? ─ Preguntó volviendo a mirarla.
Me sentí un poco incómodo, acostumbraba a ocultar mis erecciones, pero como hacerlo ahora, estando tan duro y notándose a través del pantalón.
─ A veces, ─ murmuré.
─ ¿La puedo tocar? ─ Preguntó bajando su mano hasta el bulto notorio en mis pantalones, sin siquiera esperar mi respuesta.
Ambos nos observamos.
Aleska, pasó primero los dedos y luego la palma, respiré profundo, sabía que tendría que masturbarme.
─ ¿Tienes un condón? ─ Preguntó sin dejar de tocarme y yo, fijé mi mirada en ella, asintiendo.─ ¿Te has masturbado? ─ Preguntó con curiosidad. Volví a mover mi cabeza confirmándoselo.
─ ¿Tú lo has hecho? ─ Pregunté con la misma curiosidad. Ella asintió.
─ Hagámoslo juntos, ─ propuso buscando mis labios.
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¿ERES MI TENTACION PROHIBIDA?
RandomEn el texto se narra una historia de drama, amor y romance erótico; Ashley Freetman una chica joven, universitaria, sencilla y enamorada desde que tiene uso de razón de Noah Hanks, él fue su amor de adolescencia y ahora su juventud, cuando a ella...