¿ERES MI TENTACION PROHIBIDA?

CAPITULO 124 MAS IMPORTANTE EN MI VIDA.

Ashley Freetman

─ Pensé conseguirte aquí,  llego y resulta que ninguno de mis hijos está en mi casa, pero si en la casa vecina y hasta con ropa del vecino, ─ pronunció mi padre, observando mi cuerpo, el cual estaba todavía con la ropa de Noah.

─ Lamento decepcionarte tanto papi, ─ pronuncié abrazándolo.

─ ¿Estás segura de lo que estás haciendo? ─ Me preguntó besando mi cabeza.

─ Solo estoy segura que lo amo con todo mi ser papi, ─ sisee.

─ No deseo verte sufrir, Ashley. ─ Pronunció preocupado.

─ Déjame crecer papi, no me sigas encerrando en una ostra, ─ pronuncié.

─ Y crecer es convertirte en su amante, ─ se quejó.

─ Me ha pedido que nos casemos,  ─ pronuncié.

─ Eso es lo que vienes a decirme, que se casarán, ─ alegó y moví mi cabeza negándolo.

─ Yo le he pedido un tiempo, lo necesito, ─ le informé y ambos guardamos silencio.

─ ¿Cómo está Caleb? ─ Preguntó.

─ Ha procesado todo bien, ya veremos como va evolucionando, mañana lo traeré para acá. ─  Le hice saber.

─ Hoy me llamaron de Servicios Sociales, nos van a realizar una visita, ─ me informó y respiré profundo.

─ Solo deseo que no lo alejen de nuestro lado, ─ pronuncié.

─ No lo harán. Ivanna y yo,  cumplimos con los requisitos que requiere una adopción, ─ mencionó.

Yo asentí, no podía decirle que ya estaba laborando, porque me haría contarle lo de los dos títulos y deseaba que fuese una sorpresa.

─ Cena con nosotros, ─ le propuse y él, movió su cabeza negándose.

─ Tengo muchos años que no piso esa casa, ─ pronunció.

─ Noah, está de guardia en la clínica, ─ le hice saber.

─ Igual es su casa, ─ pronunció.

─ No sabes cuanto deseo que vuelvan a ser amigos, ─ sisee y él,  guardó silencio.

─ ¿Mañana trabajas? ─ Le pregunté.

─ Tú tía y yo,  tomaremos guardia en la tarde por veinticuatro horas, tus abuelos Samantha y Ethan, se quedarán aquí con los chicos, ─ informó.

─ Mañana estaré aquí preparándote un rico almuerzo, después nos iremos a la guardia, ─ le dije. Él sonrió, me despedí abrazándolo y llenándolo de besos.

Cuando bajé  Lola, ya había llevado la cena. Busqué una de mis pijamas y algunas mudas para tenerlas en la casa de Noah, crucé  el jardín ingresando a la casa de Bill, subí las mudas a la habitación de Noah y las dejé sobre su cama, pasé por la habitación de Caleb,  tía Ivanna, estaba allí con los chicos, se despidió cuando me vio y salió corriendo para atender a papi. Le pedí a mi tía que dejara a mis hermanos, para que cenaran.

Bajé a preparar la mesa. Samantha me ayudó, le serví a los chicos y a Bill en la Isla de la cocina y subí a llevarle a Caleb, su cena. Lo ayudé acomodarse y también a comer.

─ ¿Y los chicos? ─ Me preguntó.

─ Están en la cocina cenando, ─ respondí.

─ ¿Van a volver a venir? ─ Preguntó.

─ Solo un rato, porque debes descansar ─  le recordé.

─ Noah, llegó a las veintitrés horas. Se notaba cansado y a esa hora cenó, no me agradó verlo tan agotado y después que cenó, pasó a Jaime, para su habitación. El niño, se había quedado dormido en la cama con Caleb, yo me había acostado con los dos chicos en la cama y los tres estábamos viendo televisión, hasta que ellos dos, se quedaron dormidos y así nos había conseguido Noah.

Bill, se había quedado dormido en la silla  mecedora, viendo también televisión. Él, era un hombre mayor y no estaba para seguir el ritmo de los chicos y constantemente se quedaba dormido en su silla mecedora.

Cuando fue la hora, cumplí el tratamiento de Caleb, programé la alarma para la revisión del niño, también para que el niño pudiese presionar la alarma digital que Noah, había comprado en caso de sentirse mal.

─ Todo estará bien, ─ musitó Noah y yo, asentí sin dejar de sentirme preocupada. Era la primera vez, que lo sacábamos del hospital y aquí no habían todas las atenciones y equipos que pudiésemos necesitar en una emergencia.

Noah, me abrazó llevándome a su habitación, que estaba frente a esta y la de Jaime, al lado de la de Caleb.

─ Me gustó conseguir a mi mujer y a mis hijos, abrazados en la misma cama, ─ musitó y a mí me aceleró el corazón, porque había incluido a Caleb, como uno más de sus hijos.

─ Katty, me llamó, ─ informó y levanté mi visión hacia la suya. Katty, era su ex esposa.

─ Desea llevarse a Jaime, en el periodo vacacional, para que la pase con ella, ─ musitó.

─ ¿Qué piensas hacer? ─ le pregunté y yo, apoyaría todas sus decisiones.

─ Mañana hablaré con Jaime, a ver qué piensa, ─ musitó y yo, asentí ayudándolo a desvestirse.

Los días siguieron pasando y Caleb, estaba superando las salidas del hospital y ya se aproximaba una de sus quimios.

Yo, estaba preocupada  porque  cerca estaba  la  graduación  y  no me gustaría separarme de él, en proceso de recuperación de su quimio.

Pero, como nada es eterno,  el día de la graduación llegó y mis nervios junto con ella; sobretodo por la sorpresa que le tenía a mi familia, la cual me tenía en un estado de ansiedad constante.  Estaba  desesperada  porque  todo  culminara  rápido,  la llamada al estrado continuaba y todavía, no habían comenzado con mi grupo de compañeros de lucha universitaria.

Los aplausos se escuchaban y mis manos se movían por inercia, deseaba volver cuanto antes al hospital. Caleb, hacían tres días se le había realizado su proceso de quimioterapia y todavía estaba presentando secuelas.

Solo deseaba que el evento culminara, darle la sorpresa a mi familia y volver al hospital, para estar allá con Caleb.

Si no fuese por la sorpresa para mis familiares, hubiese preferido recibir el título en la oficina. Me sorprendí de ese pensamiento, porque todos los años soñé con este día, pero enseguida me di cuenta de cuánto había madurado y que Caleb, ahora, era más importante en mi vida.

Por fin comenzaron a llamar a mi grupo. Después de varios compañeros, escucho mi nombre, y... me levanto y subo las pequeñas escaleras que  conducen al estrado, voy pasando la mano una a una, de algunos de mis profesores. 

Summa Cum laude, se escucha al micrófono y aparece el director con una solapa blanca, la cual coloca sobre mis hombros, en reconocimiento a uno de los máximos honores académicos.

Los aplausos, se escuchan a granel, giro y veo el rostro de mi padre a punto de llorar.