CAPITULO 49 EL RECORRIDO. Parte II.

21 5 0
                                    

Ashley Freetman.

El recorrido por las otras habitaciones fue lo mismo, hasta que llegamos a la última habitación. Me sorprendí al ver al niño que estaba nuevamente hospitalizado.
 
─ ¿Jonás?  ─ Musité acercándome  apresurada hasta  él.
─ Ashley, ─ sonrió al verme, observé  a su madre, que estaba sentada en el mueble con cara de preocupación. Esta era una de las mejores habitaciones, tenía dos camas con dos cómodos sofás, al lado de cada cama y este tipo de habitaciones que estaban en esta ala del piso siete, era para personas con recursos económicos elevados que podían darse ciertos lujos, otra ala tenían habitaciones de una sola cama las cuales eran las más costosas.

Observé  el rostro del niño, con el mayor de los  dolores en mi pecho y agradecí que no estuviesen otros médicos a mi lado, que pudiesen notar las lágrimas que estaba reteniendo, para que no se desbordaran.

─ ¿Qué hacen aquí? ─ Pregunté a su madre,  preocupada por Jonás.

Él, era uno de los niños que había tenido su alta hacía ya unos cuantos meses, recuerdo que hace más de un año buscando una cobija, para abrigarlo después de una quimio, fue que conseguí al Doctor Noah, en una de las habitaciones, para lencería llorando por su novia fallecida y a partir de esa noche todo cambio, conociendo apenas esta tarde parte de su historia.

─ Mañana le harán unas pruebas, ─ mencionó  su madre preocupada.

El niño, se sentó en la camilla llamándome con su dedo índice y una gran sonrisa en su rostro, me dirigí hacia él  para abrazarlo.
 
─ ¿Te gusta la Doctora Ashley? ─ Bromeó Mésele, con el niño haciéndolo enrojecer.

El clic de la puerta se escuchó y Mésele, se acercó a nosotros colocando su brazo en mis hombros.

─ ¿Verdad que es hermosa? ─ Le preguntó el enfermero al niño, haciéndolo sonreír.
─ Muy hermosa, ─ respondió una voz acercándose hasta la camilla y observando a Mésele, de pies a cabeza.
─ Buenas noches,  Doctor Noah, Doctor Scart, ─ saludó Yaneira.
─ Buenas noches, ─ mencionaron ambos hombres,  y nosotros hicimos lo mismo.

Noah, se acercó a mi lado. Mésele, retiró su brazo de mis hombros y nos observó con extrañeza.

─ ¿Cómo te sientes Jonás? ─ Le preguntó al niño,  el Doctor Scart.
─ Bien, ─ mencionó el niño, observándolo.
─ ¿Eso es porque está la Doctora Ashley aquí? ─ Le preguntó Noah,  moviendo su cabello y ese gesto llamó mi atención. El Doctor Noah, nunca se involucraba con los pacientes de una manera afectiva. El pequeño sonrió con la pregunta de Noah.
─ Permíteme el historial, ─ le pidió Noah a Claudia, que estaba manejando el carrito hospitalario. 
─ La temperatura es de treinta y ocho grados, ─ mencionó Mésele, informándole al doctor Noah, quien abrió el historial para revisarlo.
─ Solicitaré  una Gammagrafía Ósea, ─ mencionó Noah, unos minutos después,  anotándolo en una de las hojas del historial en la solicitud de estudios.
─ Necesitamos también pruebas de laboratorio, para detectar la presencia de marcadores tumorales, ─ mencionó el Doctor Scart, dirigiéndose al niño para examinarlo.

Noah, escribió en el historial médico y yo, sentía mis piernas temblar. No había revisado su historia, creo que sentí miedo al verlo nuevamente en una habitación de este piso.

Prácticamente estaba muda, era como si el tiempo se hubiese regresado. Jonás, fue el primer niño con el que me encariñé, cuando llegué a este hospital a cubrir colaboración en esta área, mi corazón se llenó de felicidad cuando se le dio el alta. Pero,  ahora estaba nuevamente en esta área. 

Noah, me observó,  no tenía en ese momento la cualidad de ocultar mis sentimientos, observé a la madre del niño y sé que debía actuar con profesionalidad, pero sabía lo que significaban los síntomas que estaba leyendo en ese historial.

El niño, estaba feliz de verme, pero yo no me sentía feliz de verlo en este lugar. Era feliz visitándolo en su casa, cuando me invitaban a pasar a visitarlo y hasta ayudar con mi tía Valerie, a organizar un cumpleaños, pero no allí, sabiendo que nuevamente se siente mal y leer la preocupación en el rostro de su madre, me partía en dos.

Respiré profundo, tratando de tranquilizarme, ni el Doctor Noah, ni el Doctor Scart, aprobarían una debilidad como esa. El recordatorio de estos dos profesionales era apretar el pecho, no involucrarse sentimentalmente con los pacientes y no perder la visión del objetivo. Cuando estemos frente a ellos, tenemos que solucionar cada patología que se van presentando.

─ ¿Se encuentra bien Doctora Freetman? ─ Preguntó el Doctor Scart,  observándome. Seguramente estaba pálida y con los ojos brillantes tratando de contener las lágrimas.
─ Sí, Doctor.  ─ Traté de sonreír.

Noah, dirigió su visión hacia mi rostro.

─ Examínelo, Doctora. ─ Solicitó el Doctor Noah, me estaba demostrando que en ese momento no era mi novio, sino un profesional.
─ Claro, Doctor. ─  Le respondí.
─ Tú apetito ¿Cómo ha estado? ¿Has comido mucho? ─ Le pregunté al niño, con una sonrisa que busqué en lo más profundo de mí ser, mientras lo examinaba físicamente.
─ Solo un poco, no he tenido casi hambre, ─ mencionó el pequeño.
─ Ha perdido el apetito y peso, ─ indicó su madre
─ ¿Has presentado dolor? ─ Volví a preguntarle al niño, observando la palidez de su cuerpo.
─ Sí, de cabeza, en todo el cuerpo y la pierna, me comenzaron a doler nuevamente, ─ respondió el pequeño.
─ ¿Me ayudarás a preparar mi próximo cumpleaños? ─ Preguntó el pequeño, con ojos llenos de ilusión.
─ Claro que sí, pequeño. ─ le respondí tomando una paleta, para examinar su garganta.

Ambos doctores, me observaron y por último dejé la pierna que ha mantenido afectada. Apenas la palpé  y el quejido del niño llegó a lo más profundo de mi pecho, estaba casi segura que su diagnóstico era nuevamente el Osteosarcoma. Faltaban los exámenes para confirmar la patología médica y solo esperaba que no fuese demasiado tarde. Noah y yo, nos observamos y el Doctor Scart, me pasó el historial.

─ Anota lo que has percibido, ─ mencionó el doctor, lo observé con extrañeza, luego dirigí mi visión hacia Noah y él señaló la hoja para mis anotaciones. Lo hice diagnosticando un posible Osteosarcoma, que faltaba confirmar con los exámenes sugeridos, también solicité la intervención de un oncólogo ortopédico. Mi mano temblaba, era la primera vez que diagnosticaba, no estaba en pasantías, pero estaba segura que ambos médicos, me estaban valorando. 
─ Esperaremos los resultados para ver el tratamiento a seguir, por el momento solo con los analgésicos, ─ mencionó Noah, a la madre del niño. Nos despedimos y no pude demostrar el afecto que sentía por el chico.
─ Ahora más tarde o mañana temprano vuelvo, ─ le susurré al niño, el cual bostezó y estaba segura que era por causa de los analgésicos.

Noah, abrió la puerta de la habitación, para que saliera seguidos por el Doctor Scart  y los enfermeros. Noah, rodeó mi cintura posesivamente.

─ Vamos para que comas algo en el cafetín, ─ sugirió mi novio, todos nos observaron sin pronunciar palabra alguna.
─ Nos vemos en un rato, ─ le dije a Mésele, las enfermeras y el doctor.
─ Yo, me retiro, mi guardia culminó  ─ mencionó el  Doctor Scart.
─ Gracias por el apoyo en la emergencia, ─ le dijo Noah, soltando mi cintura y extendiendo la mano al Doctor Scart.

¿ERES MI TENTACION PROHIBIDA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora