CAPITULO 99 PITILLO.

14 2 0
                                    

Ashley Freetman

Continuamos recorriendo los pasillos, hasta que llegamos a la habitación del niño que habíamos atendido apenas llegamos, estaba dormido, seguro por el sedante. Observé  su rostro pálido y su frágil y muy delgado cuerpecito.

Este señorito viene por servicio social, es conocido en su mundo como pitillo, presenta tumoración a nivel de rótula, ha presentado los siguientes síntomas ─ informó la doctora y respiré profundo observando el pequeño.

Ya había leído los síntomas, tratamiento, diagnóstico y la opinión de los especialistas que lo han tratado.

Seguimos con el recorrido y después de la entrega de la guardia Noah, fue a pasar consultas en su consultorio y yo, fui ayudarlo, o mejor dicho, aprender más. Mientras presenté mis evaluaciones finales, había dejado de ayudarlo en el consultorio, dedicándome en esas horas a estudiar, cubriendo solo las guardias de colaboración.

Cuando llegamos a su consultorio, le escribí un mensaje a tía Ivanna y a mi padre, informándoles que estaba en el hospital, quedé en bajar hasta el piso donde ellos estaban dando consulta cuando saliera del consultorio de Noah, pero me informaron que estaban en la clínica. Les informé que cubriría guardia hasta mañana en la mañana.

El primer paciente fue ingresado, este sería para revisar todos los exámenes que se le había solicitado, se le haría un procedimiento de extirpación de una zona tumoral, para proceder con el tratamiento posterior.

Después continuó con otro paciente, cuando me di cuenta se habían pasado cuatro horas y todavía faltaban varios pacientes.

─ ¿Noah, hay posibilidad de pasar al niño de servicio social para otra ala? ─ Le pregunté cuando quedamos solos, dirigiendo mi visión hacia él.

─ Ese es el área de servicio social, ─ respondió levantando su mirada hacia la mía, me levanté acercándome a él,  apoyándome en el escritorio.

─ ¿Qué puedo hacer para que lo cambien? No me gusta dónde está, se ve muy triste y solo ─ musité.

─ Ashley,  es un pequeño que se está enfrentando a muchos problemas, ─ pronunció tratando de hacerme entender.

La enfermera ingresó para ver si podía pasar otro paciente, interrumpiendo nuestra conversación. Noah,  le dijo que esperara unos minutos.

─ Amor, todos los niños de ese piso se están enfrentando a muchos problemas, el hecho que sea cambiado de habitación, no quiere decir que va cambiar su historia médica, ─ mencioné con voz suplicante.

─ Te lo advertí antes de irnos para la jornada,  que en tus pasantías te ibas...

─ Noah, amor. ─  Lo interrumpí.

─ Tú, eres el Director de esa área, seguramente puedes hacer algo ─ mencioné y  él suspiró.

Me senté en sus piernas abrazándolo, era la primera vez que esto sucedía en su consultorio. Él,  en vez de rechazarme rodeó mi cintura, acercándome más a él y besándome.
.
.
.
─ Hola, saludé al niño, él observó la silla de rueda con la que llegué.

─ Puedo caminar,  ─ mencionó con rabia. Estaba irritado, quizás por la abstinencia y que todavía no podíamos recurrir al tratamiento, hasta la hora que le tocara nuevamente. Subí la cama, para que quedara sentado, busqué lo que traía escondido en mi bolsillo.

─ Cuando yo era niña, me fascinaba comer de esto, ─ mencioné levantando el pequeño envase con la cucharilla, él lo observó.

─ ¿Qué es? ─ Preguntó observándolo.

─ Es gelatina de colores, me escapé un ratico del hospital para comprártela, es muy rica. ─ Le dije tratando de animarlo un poco.

─ Aquí, me han dado una color roja, sabe horrible, ─ sonreí ya que había llamado su atención.

─ Esta sabe muy diferente, prometo que si te gusta, te conseguiré otra para mañana. ─ Mencioné destapándola. Le pedí a tía Ivanna, que me hiciera llegar una de las que siempre hacíamos en la casa, ella prometió traerla mañana temprano y de una vez pasaba a ver al niño.

¿ERES MI TENTACION PROHIBIDA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora