CAPITULO 26 ¿QUIERES POSEERME EN TODOS LOS SENTIDOS?

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AshleyFreetman.

Entendía perfectamente a mi tío, todavía no puedo sacar de mi mente cuando contó su historia. Yo, era una niña, pero eso lo recordaba muy bien, sobre todo lo del maltrato físico, generado por su propio padre, el primer esposo de mi abuela Hailey.

Observé rápidamente a Noah, su entrecejo estaba fruncido y esto significaba no vernos tan seguido, pero yo no podía negarle nada a mi tío; nunca a él y no solo porque lo amaba, sino porque me sentía en deuda con él.

─ Si no puedes pequeña, por las evaluaciones bueno...

─ No, tío. ─ Lo interrumpí, quizás me había quedado mucho tiempo en silencio pensando en estupideces.

─ Solo que pensé que ya no era tú preferida, ─ musité sonriendo.

─ Por supuesto, que voy ayudar a cuidar esa preciosura, hasta que tía Abigail, mejore y pueda atenderla sin tanta ayuda. ─ Le respondí abrazándolo muy fuerte

─ Eso nunca, ahora tengo dos preferidas, ─ sonrió devolviendo el abrazo, él y yo, tenemos una comprensión única y ese apoyo mutuo nos ha unido demasiado, lo amo tanto, como amo a mi padre y a mi tía Ivanna.

Observé luego a mi padre, que a veces sentía que se llenaba un poco de celos, por esa interacción con su hermano, sonreí levantándome para también abrazarlo. Él, acomodó a mi tía Ivanna, en una pierna y me acomodó a mí en otra.

Tocaron la puerta y Noah, se retiró de ella. Mi padre lo observó, quizás le pareció extraño que él, estuviese todavía aquí. Mi abuelo Andrew, ingresó con una enfermera que traía rodando el cunerito con la bebita.

Todos nos levantamos, la enfermera se sorprendió al vernos a todos en la habitación, ella observó a los médicos de la familia y no dijo absolutamente nada. La cosita regordeta, pequeña y muy hermosa, llamó la atención de los presentes; pero principalmente de sus padres.

─ Esta hermosura viene para que le den pecho, ─ refirió la enfermera, llevando la pequeña a los brazos de su madre.

¡Pero, todavía no estoy lactando! ─ refirió la pelinegra preocupada.

─ Hay que colocarla, para que la lactancia fluya, ─ mencionó mi tía Ivanna, levantándose para ayudar a la pelinegra.

─ Bueno, creo que somos muchos en la habitación, pasaré a dar una revisión y te paso buscando en unos minutos, para irnos a descansar un rato. Abigail, también debe de hacerlo, ─ mencionó mi padre, observando a mi tía Ivanna.

─ Yo me quedo esta noche, para ayudar a Abigail, ─ mencionó mi abuela Samantha.

─ Y no hay objeción que valga, ─ alegó con firmeza cuando su hija fue a protestarle y eso era algo, que no permitía la abuela.

─ ¿Abuela tú te vas con el abuelo? ─ Le pregunté observándola.

─ Sí, cariño ─ respondió mi abuela Hailey.

Me acerque a despedirme de todos, hasta de la pequeña princesita.

─ Tía, no llegaré esta noche, ─ le informé a mi tía Ivanna, ella me observó extrañada.

─ ¿Mariluz, te ha llamado? ─ Preguntó conociendo que era la única que lo hacía, para sacarme de la casa.

─ Sí, pero no te preocupes esteré bien, ─ le dije sonriendo.

Noah también se acercó a despedirse y juntos salimos de la habitación. Noah, rodeó mi cintura y recorrimos el largo pasillo del hospital, hasta llegar al ascensor que nunca estaba vacío. En cada piso iba recogiendo más personas y Noah, no quitó su brazo de mi cintura, a pesar de que habían unas enfermeras, que nos conocían y dos camareras. Nos saludamos con un gesto de cabeza y una sonrisa. Noah, solo con su gesto de cabeza.

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