Ashley Freetman.
─ Buenos días, ingrata. ─ Saludó mi amiga.
─ Buenos días, Mariluz. ─ Respondí a su hermoso saludo.
─ Ya te iba a llamar, pero mi padre y mi tía, no me dejaban ni respirar bien, ─ expliqué ya que me había pedido que la llamara apenas saliera.
─ Pensé que quien te tenía enredada en su polla, era la hermosura del profesor, ─ mencionó y yo, solo enrojecí.
─ Ese silencio me dice que acerté, ─ se carcajeó.
─ No, solo que me dejaste sin palabras, ─ mencioné tratando de disimular, el tipo de conversación frente a Noah.
─ ¡Qué lástima! si fuese yo, ya me le habría comido toda la polla, ─ volvió a carcajearse.
─ Mary, por lo visto amaneciste muy contenta, ─ expresé.
─ Ayer follé bastante, ─ revela entre risas.
─ ¡Oh, por Dios! ─ exclamo colocando la mano en mis labios, para contener la risa sorprendida, sin embargo, capto la atención de Noah, quizás por mis repentinas palabras. Él, frunce el entrecejo observándome, cuando la luz del semáforo cambia, continúa su viaje con la vista fija en la carretera sin preguntar nada.
─ Alexander, quiere saludarte, ─ menciona mi amiga.
─ Está bien, ─ respondo observando la vialidad.
─ Buenos días, ¿Ya estás viajando? ─ Pregunta, al parecer su disgusto había disminuido algo más.
─ Buenos días, si ya voy en camino ─ respondo.
─ ¿Se inscribieron muchos para apoyar la jornada? ─ Preguntó quizás pensando que iría en uno de los buses, con todo el equipo médico y enfermeras del hospital.
─ No lo sé, no voy viajando en uno de los autobuses, ─ respondí y enseguida escuché su bufido.
─ ¿Vas con él? ─ Preguntó con una voz de disgusto.
─ Sí, voy en el auto con Noah, ─ respondí, para que de una vez entendiera que estábamos juntos y no precisamente como profesor y alumna.
─ Te llamo luego, suerte en la jornada, ─ mencionó cortando la llamada, sin siquiera esperar que respondiera.Observé la pantalla de mi teléfono, para observar que ya no estaba en comunicación.
Me decidí a llamar a mi abuela Samantha, al tercer repique respondió, me despedí de ella y de mi abuelo Ethan, sin que ellos dejarán de recordarme la frase de la llamada, si algo sucediese. Sonreí al escuchar la oración, que fue la misma cuando hablé con mi abuela Hailey y Andrew, así como la de mi tía Valerie, aunque con ella la conversación fue más larga, ya que nos enfrascamos en la fiesta del hombre extraño, que celebraba su divorcio, era hasta chistoso el motivo de la fiesta.
─ Larga familia, ─ sonrío Noah, estacionándose en uno de los restaurantes, que consiguió en el camino.
─ Todavía es muy temprano, para desayunar ─ le dije.
─ Tomemos un café y un sándwich, estamos cerca del primer encuentro para la jornada, y cuando lleguemos será difícil salir de allí, ─ sugirió.Observé mi teléfono, para ver la hora. Apenas llevamos una hora de camino, me asombró saber que ya estábamos cerca del primer encuentro.
Bajé del auto y Noah, llegó a mi lado con sus dotes posesivas y que a mí, me estaban agradando mucho.
Ingresamos al pequeño restaurante, nos acomodamos en una mesa, a los cinco minutos fuimos atendidos.
─ ¿Café o jugo natural? ─ Preguntó Noah.
─ Jugo y sándwich, estará bien ─ respondí, ya que había tomado café en la casa antes de partir, el chico anotó en la libreta nuestros pedidos y se retiró.
─ ¿Tú amigo está disgustado por nuestra relación? ─ Preguntó apenas el chico que nos atendía se retiró de la mesa, al parecer si le estaba prestando atención a mi llamada.
─ Un poco, ─ respondí sin darle muchos detalles.
─ ¿No te habías dado cuenta que está enamorado de ti? ─ Preguntó con su rostro serio, era la pose del profesor gruñón, pero yo, solo sonreí con su pregunta.
─ Mío y como de quinientas universitarias más, ─ le aclaré ampliando mi sonrisa.
─ Su rostro, se relajó bastante, para no amarme, me celaba con mucha frecuencia, ─ pensé y mi pensamiento me agradó bastante.
─ ¿Celoso mi profesor? ─ Pregunté todavía con mi amplia sonrisa.
─ Reconozco que un poco, ─ respondió acomodándose en el espaldar de la silla. Tomé su mano y entrelacé nuestros dedos.
─ Te amo, mi profesor gruñón, ─ mencioné, él se retiró del espaldar, acercándose y buscando mis labios, sin importarle donde estábamos.El carraspeo de una garganta nos hizo separar, era el chico con el pedido solicitado, estaba apenada y Noah, solo sonrió acariciando mi mejilla.
─ Más sonrojada vas a estar, con todo lo que te voy a enseñar, ─ musitó después que el chico se fue, soltó una risilla acariciando mis labios, quizás por el enrojecimiento de mi rostro.
─ Pensé que íbamos a una jornada médica, ─ bromeé.
─ Tendremos las noches y el amanecer para nosotros, ─ mencionó tomando una porción de los sándwiches.Yo, tomé primero el jugo sin desprender la visión de mi novio, que al parecer se le había desaparecido totalmente la seriedad.
Tomamos el desayuno y continuamos nuestro camino de una hora más, sorprendiéndome lo cerca que estábamos.
─ Pensé que la jornada sería mucho más alejado, ─ mencioné cuando observé a unos cuantos metros unas carpas.
─ Cada día, nos iremos alejando más, ─ mencionó Noah, buscando donde estacionarse.Bajamos del vehículo. Noah, abrió el asiento trasero y sacó las batas médicas que estaban colgadas en ganchos y su maletín, me entregó una bata y la acomodé en mi brazo, para colocar cuando iniciaran las consultas.
Él, entrecruzó nuestros dedos, nos acercamos al área, en las carpas ya se estaban haciendo colas de personas, muchas mujeres y hombres, estaban con niños en los brazos.
─ Las consultas se darán en ese módulo, nos indicó una chica. Caminamos hasta el lugar, al parecer habíamos llegado temprano.
Los autobuses, todavía no habían llegado, leí los avisos en las puertas: odontología, medicina interna, ginecología, pediatría, medicina general.
─ Estaremos en pediatría, ─ informó Noah, dirigiéndonos hasta ese consultorio.
─ ¿Llegamos temprano? ─ le pregunté.
─ Me gusta llegar temprano, siempre se forma una pequeña desorganización a la hora de llegar y acomodarse, ─ informó buscando un lugar, uniendo dos escritorios y acomodando dos sillas.Nada era lujoso, todo se veía un poco deteriorado, el lugar tampoco estaba en un buen sitio y las personas que estaban afuera haciendo cola, se notaba por su vestimenta, que eran de escasos recursos económicos.
─ ¿Yo también daré consulta? ─ Pregunté con asombro, al notar que había preparado los dos escritorios para trabajar junto a él.
─ Por su puesto, ya estás en pasantías, tienes años colaborando en el hospital y serás supervisada, has a un lado los nervios, todos iniciamos así, ─ informó señalando la silla, a su lado.
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¿ERES MI TENTACION PROHIBIDA?
De TodoEn el texto se narra una historia de drama, amor y romance erótico; Ashley Freetman una chica joven, universitaria, sencilla y enamorada desde que tiene uso de razón de Noah Hanks, él fue su amor de adolescencia y ahora su juventud, cuando a ella...