Noah Hanks.
─ Noah, ¿Cómo estás? ─ Sonrió Valerie al verme, un poco extrañada con mi presencia, acomodó la bebé hacia un lado de su cuerpo y se levantó un poco besando mi mejilla.
─ Hola, Valerie. Muy bien y tú ¿Cómo estás? ─ Saludé devolviendo el beso en su mejilla.
─ Practicando nuevamente para mamá, ─ sonrió mostrando la bebé entre sus brazos
─ Tía, que bueno verte bien, ─ mencionó Ashley, abrazando a Valerie. Samantha, llegó a nuestro lado, besando a su nieta en la mejilla.
─ Noah, hijo que bueno verte, ─ musitó Samantha, con cariño besando también mi mejilla.Ashley, observó la interacción y sonrió, estaba seguro que esto le hacía pensar que ellos no harían oposición a lo nuestro, yo esperaba lo mismo, pero lo dudo.
─ Mira lo que te traemos, pequeña. ─ Mencionó Ashley, a la bebé levantando los regalos y quitándole a Valerie, la bebé, caminó hasta mi lado.
─ ¿Está preciosa, verdad? ─ Preguntó enseñándome a la pequeña.
─ Es muy hermosa, ─ mencioné observando a las dos, preguntándome lo hermosa que se vería Ashley, con una bebita nuestra.
─ Tú, te ves hermosa con la bebé en los brazos, ─ sisee casi en su oído. Ella, me observó con una sonrisa y tuve que contener mis ganas de besarla en ese momento.Abigail, llegó con Jordan, a la sala. Ambos parecían recién levantados de la cama, me saludaron y Valerie, le entregó los tres regalos a Abigail.
─ Ábrelos, tía. ─ Le pidió Ashley.
─ No se hubiesen molestado, ─ expresó la pelinegra.
─ ¿Llevaste a Noah de Shopping? ─ indagó Valerie, observándonos. Me pregunté si sospechaba algo.
─ Sí, aunque creo que se aburrió, ─ Soltó una risilla mi novia.
─ Me quito el sombrero ante ti, ─ se burló Jordan.
─ Tío, no lo asustes ─ lo reprendió Ashley, haciendo un puchero, él se acercó a ella besando su frente y haciéndole una mueca cariñosa a su hija, en los brazos de mi novia.
─ A ver qué compraron, ─ mencionó Valerie, tomando uno de los regalos, del cual sacó los vestiditos.
─ ¡Oh que hermosos¡ ─ expresó Samantha, Valerie y Abigail, expresaron lo mismo.
─ Ese es el regalo de Noah, ─ mencionó Ashley.
─ ¿De cuándo acá hay tanta confianza entre ustedes? ─ Preguntó Valerie, y otra vez me pregunté si ella sospecha algo. Ashley, me observó con sus mejillas coloradas.
─ Desde hace poco más de un año, ─ le informé a Valerie.
─ ¿Te provoca una copa de vino? ─ preguntó Jordan, el ambiente se congeló por unos minutos.
─ Está bien, ─ le respondí a Jordan, todos piensan que soy de los que quedaron clausurados para siempre con el alcohol, porque si lo prueba se vuelve loco y no puede parar de consumir, pero ese no es mi caso. Valerie, destapó el otro regalo tratando de descongelar el ambiente.
─ Ese es el de la prima, Ashley. ─ Le mencionó mi novia, a la regordeta beba en sus brazos, cuando las mujeres chillaron con lo que yo pensaba que eran braguitas de bebé. Nos acomodamos en el sofá y Jordan, me entregó la copa de vino y tomó otra para él, sonrió cuando las mujeres volvieron a chillar con el tercer regalo.
─ Ese es para el pequeño Jean Carlos, que por cierto ¿Dónde está? ─ Preguntó mi novia
─ Gracias a Dios, duerme. Sabes que en el día hay que atender a los dos niños, ─ mencionó Samantha, la cual se notaba bastante cansada. La recién nacida comenzó a llorar, llamando la atención de todos.
─ Ya debe tener hambre, ─ espetó la pelinegra, levantándose de las piernas de su esposo.
─ Eres una glotona, ─ sonrió Ashley, hablándole con pucheros a la bebé, para después colocarla en los brazos de su madre.
─ Buscaré mis cosas, ─ informó mi novia.
─ ¿Cuándo es tú viaje, pequeña? ─ Le preguntó su tío a mi novia.
─ La próxima semana, tío. ─ Le respondió ella, él asintió, ella besó su mejilla y se retiró siguiendo a la pelinegra y a Valerie.
─ ¿Cómo va todo? ─ Preguntó Jordan, y no sabía sobre que exactamente me estaba preguntando.
─ Bien, ─ le dije a lo que sea que fuese.
─ Bill y Jaime ¿Cómo están? ─ Preguntó Samantha, Ethan y ella, siempre se han llevado bien con mi padre.
─ Ambos están bien, ─ le dije a la que un día consideré mi suegra.
─ Ethan ¿Cómo está? ─ Pregunté.
─ Está bien, pero luchando con él por las comidas chatarras, ─ mencionó y yo, sonreí ya que desde niño cuando visitábamos su casa sabía que esas serían tardes de pizzas, hamburguesas y gaseosas y todos éramos felices.Ashley, llegó con una pequeña maleta, tenía sus ojos un poco enrojecidos.
─ Tío, ─ siseó e hizo un puchero abrazando a Jordan.
─ Sabes que esta es tú casa, pequeña ─ mencionó Jordan, besando su frente.
─ Me cuesta dejar a la beba, ─ siseó con los ojos humedecidos y me sorprendía lo sensible que era.
─ Te puedes quedar cuando quieras, ─ mencionó Jordan.
─ Lo sé, tío. ─ Respondió abrazándolo.
─ Me voy contigo, pequeña ─ mencionó Samantha.
─ Iré a despedirme, ─ pronunció levantándose del mueble y dirigiéndose por el pasillo donde había salido Ashley.Minutos después llegó Samantha, con un pequeño bolso colgando en su hombro. Me despedí de Jordan, tomé la maleta de mi novia y caminamos hacia su vehículo, colocamos todo en el asiento trasero.
─ Nos vemos, ─ le dije observando a Samantha, en el puesto de copiloto y este tipo de escondites era lo que me disgustaba, desear besarla, abrazarla, tratarla como novios y no poder, era lo que me frustraba.
─ Noah, ─ pronunció cuando me giré, di media vuelta quedando otra vez frente a ella.
─ Te espero en la casa, ─ pronunció con una sonrisa encantadora.
─ Está bien, ─ le respondí deseando besarla nuevamente, mientras más prohibida está, más tentadora e irresistible es.
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¿ERES MI TENTACION PROHIBIDA?
RandomEn el texto se narra una historia de drama, amor y romance erótico; Ashley Freetman una chica joven, universitaria, sencilla y enamorada desde que tiene uso de razón de Noah Hanks, él fue su amor de adolescencia y ahora su juventud, cuando a ella...