¿ERES MI TENTACION PROHIBIDA?

CAPITULO 80 EL AMANTE DE MI MADRE.

Ashley Freetman

La cena continuó entre conversaciones médicas.

─ Felicito al Chefs, ─ mencionó Bill, alagando la cena.

─ No hubo Chefs, todo es obra nuestra, ─ musitó tía Ivanna.

Bill, sonrió complacido. Luego su sonrisa se borró de su rostro y volvió la de preocupación. Tía Ivanna, lo observó frunciendo su entrecejo y allí se dio cuenta que Bill, tenía conocimiento de nuestra relación.

─ Espero que no tengamos problemas con la propuesta de Lumbardi, ─ mencionó tía Abigaíl, un poco preocupada, dirigiendo su visión hacia tía Valerie.

─ ¿Qué propuesta? ─ Preguntó tío Samuel,  observando a su hermana.

─ Un contrato exclusivo para todos los eventos de su cadena hotelera, ─ mencionó tía Abigaíl, con una sonrisa de oreja a oreja.

El tío Samuel, observó a tía Valerie y ella, le devolvió la mirada con fastidio a tía Abigail y luego a su esposo.

Definitivamente tía Valerie, no tenía el mismo entusiasmo que tía Abigail, por ese contrato y yo, me estaba preguntando el ¿Porque?

Culminamos de cenar y mi padre, me observó silencioso,  quizás esperando la noticia. Tía Ivanna, también y los presentes no se quedaban atrás.

Mi hermana Samantha, respiró profundo, como si fuese ella, la novia a punto de dar la noticia. Sonreí de su expresión, que parecía más angustiada que la mía.

─ Pasemos un rato a la sala, ─ propuse sonriendo.

─ ¿Para qué alargarlo más? ─ Preguntó mi padre, observando poco complacido al novio de Mariluz. Mi amiga, soltó una risilla sonora,  tapándose la boca apresurada.

─ Vamos a la sala, traigan el vino que sobró, ─ indicó tía Ivanna, nerviosa.

Mi novio, pasó su brazo por mi cintura. Tía Valerie,  nos observó frunciendo su entrecejo y su rostro, pasó a estar más serio de lo que ya estaba, fijó su mirada en la mía y yo, solo respiré profundo.

─ Déjamelo a mí, ─ propuso Noah, imaginando que los nervios, no me dejaban dar la noticia.

Negué con mi cabeza, acomodándome con mi novio en la sala, en el mismo sofá que habíamos estado anteriormente.

Mis abuelos Ethan y Andrew, sirvieron el vino. Lola, llegó con café y té, para los que desearan consumir.

Esta vez Mariluz y su novio, fueron los que se sentaron a mi lado. Observé a tía Valerie,  nuevamente estaba separada del tío Samuel y ahora tenía una cara dramática de preocupación.

En tiempos anteriores ella, hubiese estado en sus piernas, al igual que tía Ivanna y tía Abigail. 

Diez minutos después que todos  habían consumido su primera copa de vino, exceptuando tía Ivanna, mis hermanos y primos; tomé una bocanada de aire.

Mi hermana Samantha, me observó, mi tía Ivanna, respiró profundo, tía Valerie, bufó y yo;  vacíe mi copa, para tomar más fuerzas.

Me levanté del sofá, llamando la atención de todos, giré mi cuerpo hacia un lado, extendí mi mano para que Noah, se levantara. Esto llenó de sorpresa  al resto de mi familia, con curiosidad y preocupación la cual se reflejó en todos.

Mi padre, frunció el entrecejo y apretó su mandíbula, llevó su visión furiosa hacia Noah y yo, ni siquiera había hecho el anuncio, cuando ya las reacciones se estaban haciendo presente.

Noah, rodeó mi cintura, dándome apoyo. Tía Ivanna, entrelazó sus dedos con los de mi padre, tratando de tranquilizarlo.

─ Noah y yo, tenemos una relación, somos novios, ─ mencioné.

Mi abuela Samantha y mi abuelo Ethan, nos observaron tan  sorprendidos, como si no lo pudiesen creer.

─ ¿Era Ashley? ─ Preguntó Jaime,  mirando sorprendido a su padre y luego a mí, para después fijar su mirada en mi hermana Samantha.

─ Es, Ashley. ─ Le respondió su padre, al pequeño Jaime.

─ ¿Una relación? ─ Preguntó mi padre, rojo como un tomate de la rabia.

─ Tenemos un par de meses juntos, como novios, ─ respondió Noah.

─ ¿Y ya le distes a conocer, Quién fuistes para su madre? ─ Preguntó mi padre, apretando los puños y con los labios temblando de la rabia.

Tragué  saliva, con lo que mi padre, estaba intentando insinuar. Observé  a Noah, nerviosa y luego se hizo, un pesado silencio en el ambiente.

─ Maximiliano, lo pueden hablar en privado, ─ intervino tío Samuel, él siempre trataba de apaciguar todas las situaciones incómodas de la familia, por eso no entendía, como pudo haberle hecho eso a mi tía Valerie.

─ ¿Para qué? Si todos en el condado saben, que era el amante de Gianna. ─ Soltó mi padre, con toda la rabia encerrada en su cuerpo, partiendo mi corazón en dos.

Me tambalee de la impresión y Noah, sostuvo mi cuerpo, no podía respirar bien, sentía que me estaba ahogando, unos zumbidos se escucharon en mis oídos, un mareo repentino.

─ Ashley,  ─ escuché la voz de Noah y los murmullos de las otras voces.

Noah, me sentó en el sofá y el tío Jordan, se acercó apresurado llamándome.

─ No se acerquen necesita aire, ─ fue la orden del tío Jordan. 

─ Debes controlar la respiración, pequeña. ─ Continuó apresurado mi tío, pero no pude detener el retroceso al pasado,  este fue inmediato, mi madre en una caja elegante de madera, yo llorando en el regazo de mi tía Ivanna, las noches gritando, ahogándome, la respiración me faltaba.

─ Ashley, controla la respiración, esta vez era la voz de mi tía Ivanna, pero diciéndoselo a una niña, que estaba convulsionando, que se estaba ahogando con su propia lengua y no podía respirar.

Las imágenes, pasaban una a otra, hasta que llegó el recuerdo de los ejercicios de respiración.

─ Así, pequeña. ─ Mencionó Noah, con voz preocupada, sacándome de mis recuerdos del pasado.

La voz del tío Jordan, ordenándome respirar se escuchaba de fondo, así como lo hacía mi tía Ivanna, cuando yo era una niña.

El pecho me dolía y no sabía si por la noticia o por el esfuerzo por respirar.

Tenía aproximadamente trece años, que no sentía algo igual. Observé a Noah,  entendiendo su proceder y sus palabras constantes, haciéndome prometerle algo que él, sabía que no podía cumplirle.

Mis lágrimas, se desbordaron  y sus ojos se llenaron de temor. Mariluz, estando a mi lado y me abrazó con fuerza, escondí mi rostro en su pecho, soltándome a llorar, sin observar a ningún miembro de mi familia, avergonzada de haberme enamorado del...

Amante de mi madre. Hasta esa palabra, referente a ellos, me costaba pronunciar.