¿ERES MI TENTACION PROHIBIDA?

CAPITULO 137 UNA VERDAD DOLOROSA Parte II.

Noah Hanks

Valerie, se acercó y golpeó a Maximiliano y a mí también, después llegaron Hailey y Andrew.

Maximiliano, quiso salir corriendo tras Ivanna, pero Valerie, se le lanzó otra vez encima.

Hailey y Andrew intervinieron. Todos estaban furiosos. Valerie, nos insultaba,  yo solo lloraba,  me sentía sucia, como era posible que hubiese podido hacer todo esto, es verdad que amaba a Maximiliano,  pero también a Ivanna,  ella era mi sangre, mi única hermana ¿Cómo es posible que los celos me hubiesen  dominado? 

Maximiliano, me miraba con odio. Valerie, Hailey y Andrew con desprecio.  Andrew y Hailey, preguntaban cómo había sucedido esto.

Maximiliano, les contaba,  pero ellos no le creían.  Yo,  no podía ni hablar, ¿Con qué cara llegaría en mi casa? ¿Cómo miro a Ivanna? Una cosa es que yo esté enamorada de su novio y que nadie se entere y otra muy diferente es acostarse con él, y peor aún, engañarlo haciéndote pasar por tú hermana gemela.

Valerie, solamente me llenaba de insultos. Andrew y Hailey,  trataron de tranquilizarla, pero esta no se calmaba. Maximiliano, intentó  hablarle, pero ella se le lanzó  otra vez y lo abofeteó  llenándolo también de insultos.

Una hora después, nos fuimos para la casa de mis padres, pero ni Ivanna, ni él, estaban allí.

Entramos con mis llaves,  los nervios me estaban dominando. Dos horas después, llegó  mi padre y se le lanzó encima a Maximiliano.

Andrew y Hailey, se metieron, pero Ethan, estaba enfurecido y tuvimos que intervenir también Valerie y yo.

Maximiliano, explicaba otra vez todo lo sucedido, pero nadie le creía, yo no dejaba de llorar,  la vergüenza me estaba matando y el pánico a la reacción de Ethan, también.

Maximiliano, por más que preguntaba dónde estaba Ivanna, mi padre no le quiso decir nada, estaba desesperado, me echaba toda la culpa a mí, yo lo único que podía decir a mi favor, era que lo había hecho porque lo amaba".

La puerta del baño se abrió y Ashley, salió y se quedó observándome leyendo la libreta, yo la acomodé en el buró donde estaba y ella guardó silencio.

─ Voy a pasarle el tratamiento a Caleb. ─ Mencionó saliendo de la habitación.

Observé nuevamente la libreta, tenía rabia, mucha rabia,  no lo podía negar, pero estaba seguro que si la hubiese leído en otros tiempos, de seguro hubiese estado maldiciendo mi existencia, y la botella hubiese sido mi mejor amiga y los celos mi tortura.

Encendí el televisor, quince minutos más tarde Ashley, llegó con dos vasos de jugo,  entregándome uno y subiendo a la cama, se quedó observando el televisor sin preguntarme absolutamente nada.

─ ¿Están bien los chicos? ─ Pregunté vaciando el vaso que me había entregado.

─ Se quedaron dormidos los dos en la habitación de Caleb, ─ mencionó y era favorable que Caleb,  no necesitara el tratamiento para sentirse tranquilo, así que había que bajarle la dosis otro poco, pero lo haría después de este fin de semana. Necesitaba que finalizara la semana tranquilo.

─ Bajaré los vasos, ─ pronunció Ashley, la tomé del brazo deteniéndola cuando intentó levantarse.

Le quité su vaso y lo acomodé  junto al mío en el buró y la atraje hacia mi cuerpo. Ella aceptó dudosa y sabía que sus dudas eran causadas por esa libreta que había comenzado a leer.

Busqué sus labios atrayéndola completamente hasta mi cuerpo, metí mis manos bajo su pijama de un suave algodón, la cual se ajustaba a su cuerpo. Presioné su espalda atrayéndola completamente a mí, sus manos también se fueron debajo de mi remera.