El dios Dionisio, en la mitología romana Baco, es la representación de la fiesta, el vino, la música y las orgías. De carácter tranquilo, apacible, pacífico, amante del vino y de las mujeres. Su madre es Sémele, una humana de la ciudad de Tebas, hija de Cadmo, Basileo de dicha ciudad, y de la diosa griega Harmonía, hija de Afrodita, lo que haría a Dionisio bisnieto de Afrodita, pero a la vez sería su hermano también.
Dionisio era un mujeriego y un alcohólico. Dicen que cuando nació no probó leche materna, sino vino; y que perdió la virginidad a los 8 años con una ninfa de Macedonia. Sea como fuere su historia, una cosa estaba clara acerca del dios griego: amaba a las mujeres, pero no en el sentido amoroso de la palabra, sino en el carnal. Tenia un harén inmenso, las "Ménades" en el cual había mujeres de todo el mundo sobrenatural: griegas, íberas, persas, nórdicas, indias, japonesas, americanas, incluso tenía mujeres de otras razas, tales como elfas o hadas. En total, y sin exagerar, tendría más de 100 mujeres, casi 200.
Una de estas "ménades" fue, durante unos meses, Penemuel. La pobre Cadre pensaba, cuando Ël la dejó caer, que el dios griego se quedaría con ella solamente y dejaría atrás esa vida de mujeriego y alcohólico, pero solo se acostó con ella una o dos veces antes de olvidarse de ella unos días después. Penemuel, despechada, abandonó a las ménades unos meses después, y se fue a Grigory con sus hermanos Cadres. Estaba muy arrepentida y juró a Padre no volver con ningún otro hombre, recibiendo el título de "Soltera de Grigory".
Volviendo a nuestro grupo de protagonistas, junto a Andrestea, éstos estaban parados frente a Dionisio, el cual venía acompañado por su grupo de ménades, aunque una pequeña muestra de las tantas que tiene, y de dos sátiros con sus aulós. Dionisio había reconocido a Penemuel a la primera, aquella hija de Elohim a la que él había enamorado sin saber cómo. "¿Por qué una hija de Elohim iba a fijarse en un dios como yo?" pensó en aquellos tiempos. Ahora habían pasado casi 3.000 años y ella seguía igual de bella y despampanante que cuando era una ángel pura.
-Qué hermoso pelo morado tienes, *hic* Penemuel... -dijo el dios griego acariciando el cabello a la Cadre.
-Deja de tocarme, Dionisio... -susurró la Cadre sintiéndose agredida.
-Pero si hace más de 3 milenios te gustaba *hic* Penemuel... -volvió a insistir Dionisio. -¿Acaso no te acuerdas cómo gemías mi nombre mientras *hic* lo hacíamos como animales en celo *hic*? -preguntó el dios griego, a lo cual Penemuel se asqueó al recordar eso. Nunca le gustó como lo hacía, era muy rudo.
En el fondo, Issei veía a Dionisio con asco y repulsión. Si se encontraba con alguien así siendo mujer, no dudaría en partirle sus preciadas joyas de una patada y olvidarme de ese baboso. Sus hermanos Arcángeles, Miguel y Gabriel, veían a Penemuel con lástima, pero era necesario que se enfrentara a su pasado y seguir adelante. Los Cadres, por el contrario, no veían a su hermana, sino a Dionisio, con instinto asesino y sobreprotector; ¿Cómo se atrevía ese hombre, si es que se le podía llamar así, a acosar a su hermana? Azazel cerraba los puños enfurecido y Kokabiel estaba a un roce más de invocar su Zweihänder de luz y decapitar a ese pervertido.
-Si alguna vez te vuelves así, I-kun, no dudaré en arrancar esa cosa que te cuelga y dárselo de comer a los dragones de Tannin. ¿Queda claro? -advirtió en voz baja Raynare, la cual estaba al lado de Issei, el cual se estremeció al escuchar a su novia.
-Claro Ray-chan, yo nunca seré así. Me da asco un hombre así. -aclaró con el corazón en la garganta el castaño.
-Así me gusta... -dijo más aliviada su novia.
Mientras tanto, Dionisio estaba más cerca de la Cadre, contemplando embelesado a su ex-compañera de orgía. ¡Sí qué era bella y no la había apreciado en su momento! Cuando llegó frente a ella no se le ocurrió otra cosa que empezar a tocarla por todas partes, sus caderas, sus glúteos, sus pechos. Los tocaba, éstos últimos, los amasaba, restregaba su cara en ellos.
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El Dragón Carmesí De Grigory. (+18)
Fiksi PenggemarEl Dragón Emperador Rojo, quién fue temido temido en todo el mundo sobrenatural, se ha levantado una vez más, y en esta ocasión, para sorpresa de todos, llamará a la unión, a la concordia y a la paz. Su búsqueda por la tan ansiada paz lo llevará po...