Si algo odiaba de verdad con toda su alma la joven Jean es el clero. Cualquier clase de clero, ya sea abrahámico, budista o sintoísta. Algo se revolvía en su interior cuando pensaba en esos hombres manipuladores, mentirosos, corruptos, quienes habían atrasado el avance científico en Europa y en Oriente Medio, quienes acaparaban toda la tierra y la hacían trabajar a los pobres e ignorantes jornaleros sin tener que sudar ni una gota, quienes abiertamente exaltaban a unos criminales de guerra... Pero no siempre pensó así del clero la joven Jean. Desde que era pequeña en un pequeño pueblo francés de la región de la Vendée, siempre sintió devoción por el sacerdote del pueblo, el cual siempre ayudaba a los más necesitados y cumplía al pie de la letra los buenos preceptos de la Biblia. Pero el sacerdote murió muy joven y vino a sustituirle otro sacerdote proveniente de la región de Normandía.
Sería este nuevo sacerdote en el pueblo el que provocó total repulsión en Jean a la Iglesia, aunque al principio fuera poco a poco: ya no atendía a los más necesitados del pueblo, las misas siempre se hacían pesadas y cada vez asistían menos y menos feligreses. Todo iba cuesta abajo en la feligresía y el sacerdote tampoco ayudaba a guiar al rebaño. Un día se le encontró a las afueras del pueblo en un prostíbulo, algo que para asombro de una joven Jean no causó ninguna alarma en el pueblo o en la archidiócesis de Poitiers. Cada vez Jean no sabía cómo reaccionar ante el estado de la Iglesia, y viendo como la acción social que el anterior sacerdote había dejado de hacer la estaban realizando ahora el principal sindicato obrero francés, decidió unirse a éste.
Una cosa llevó a otra y Jean escaló en el sindicato obrero gracias a la ayuda que había ofrecido, las huelgas que había promovido en contra de los terratenientes franceses de la región en favor de los campesinos, las agitaciones y propaganda que había ido difundiendo por toda la región. Llegó entonces un día a la sede local del sindicato un portavoz del Partido Comunista Francés, pidiendo en el sindicato una muestra de hermandad obrera y lealtad a la causa proletaria francesa. Fue en ese momento que la joven Jean, ya muy experimentada y versada en la lucha de clases y la solidaridad obrera se ofreció para esa prueba: ella sería la que, con sus manos proletarias, liberaría a su pueblo del sacerdote que le había hecho perder la fé. Así hizo una noche cuando se coló en la casa donde vivía el clérigo y lo mató a sangre fría con su propia sábana. Pero sucedió algo que no se esperaba: despertó un poder oculto que tenía desde que había nacido, una Sacred Gear con la que Dios la bendijo. Irónico cuanto menos que la despertó matando a un ministro de Dios, por muy descarriado que estuviera.
Su Sacred Gear, "Blade Blacksmith" era capaz de crear espadas de aura sagrada con distintos atributos y habilidades que ella quisiera. Sería su Sacred Gear la que llamaría la atención de la Komintern, la Unión de Partidos Comunistas del Mundo. Pero de la Komintern que ella tenía constancia, la que coordinaba la acción política y activista de los distintos partidos comunistas, no, sino de su Sección Sobrenatural. Ésta estaba formada por humanos que, como ella, tenían armas con las que podían combatir a los seres sobrenaturales, incluso a los mismísimos dioses. Sería en su sede en Hunan en la República Popular China donde ella iría a una especie de campamento en la que a partir de entonces entrenaría junto los demás humanos, versarse en el materialismo histórico y marxismo-leninismo, así como conocer a su amor platónico: Guillermo.
Pero ahora, en tierras vampíricas, es a donde el Secretario General de la Sección Sobrenatural les había mandado a ella y a Georg, un chico alemán que tenía una Sacred Gear muy poderosa, junto a varios miles de soldados humanos, tanques, carros de combates, acorazados. El objetivo de la misión era simple: llevar a Hunan a la portadora del Sephiroth Graal y, de paso, matar a cuantos seres sobrenaturales se encontrasen. La misión hasta ahora había ido sin complicaciones, pero cuando se encontraron con que la portadora no estaba, y que la Alianza Sobrenatural había contraatacado con dureza, la misión parecía abocada al desastre. Es por eso que Jean, nuevamente, se ofreció voluntaria para enfrentarse a los seres sobrenaturales.
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El Dragón Carmesí De Grigory. (+18)
Fiksi PenggemarEl Dragón Emperador Rojo, quién fue temido temido en todo el mundo sobrenatural, se ha levantado una vez más, y en esta ocasión, para sorpresa de todos, llamará a la unión, a la concordia y a la paz. Su búsqueda por la tan ansiada paz lo llevará po...