En una gran sala del palacio de Ra, en la versión sobrenatural de la ciudad de Menfis, en Egipto. Los Dioses egipcios estaban sentados en una gran mesa horizontal, en la que el dios solar se situaba en medio, a su lado estaba Thot, el dios de la escritura y escriba oficial suyo, a ambos lados de Ra estaban Osiris e Isis, detrás de Ra estaba su guardaespaldas, Sayf Al-tiniyn, y al lado suyo estaba Hathor. En frente de los dioses egipcios estaban los Cadres y Arcángeles.
Por primera vez desde el 380 después del nacimiento de Yeshua, los Dioses egipcios veían cara a cara a los hijos del Dios abrahámico. La tensión era obvia: tenían frente a sus ojos a aquellos que les habían subyugado, al principio con un pacto de no-agresión, y luego mediante una conquista rápida y violenta de su país. Y así vivían desde hace más de 1400 años.
Ra y sus hijos miraban fijamente a los ojos verdes del Arcángel Miguel y a los ojos rubíes de Azazel. Azazel relajado, Miguel tenso y culpable. Ante tal silencio, Issei decidió hablar para romper el hielo.-Shalom, Ra-sama. -pronunció formal el castaño japonés.
-Por fin os dignáis a venir. ¿Habéis venido en son de paz? ¿O habéis venido para acabar con nosotros de una vez? -preguntó el dios solar egipcio con un tono de voz irascible.
-Le aseguro, Ra-sama, que hemos venido en son de paz. Lo juro, ya no como un ángel caído reencarnado por Azazel-sama, sino como el Sekiryūtei que soy. -declaró con fuerza y orgullo el Sekiryūtei castaño.
-[Dyna sut y mae. Tyngaf fel Draig Nefol Cymru, Draig Goch.] -habló el dragón rojo desde la gema verde de la mano de Issei. (Así es. Lo juro como el Dragón Celestial de Gales, Draig Goch.)
No satisfechos del todo por la declaración de Issei y de Draig, los Dioses egipcios aún no se lo creían aún. ¿Por qué tan de repente los hijos de Ël querían ahora, no solo la paz, querían incluso una alianza? Ra no confiaba, Thot, con una hoja de papiro en la mano, tampoco quería creérselo. Isis y Osiris tenían esperanzas de que fuese verdad eso de que querían la paz. Hathor ya lo sabía de antes, por eso estaba más tranquila que los demás Dioses.
Raynare, ante lo poco efectivo que fue la declaración de su novio y de Draig, decidió levantarse del asiento donde estaba y habló en voz con su mano en el corazón.-Dioses del país del Nilo, yo, Raynare, hija de Ezequiel, nieta de Ismael, os juro por Padre, por los Arcángeles y por los Cadres, que venimos sin ánimo de atacaros o subyugaros. ¡Y si mi palabra no prospera, que venga Yeshua Ibn Mariy, hijo biológico de Padre, y os convenza! -dijo Raynare con el puño en alto, la otra mano en el corazón y, por primera vez, algunas plumas negras de su espalda se volvieron blancas.
Al contemplar como algunas plumas de Raynare se volvieron blancas, el Arcángel Miguel se quedó pasmado, al igual que el resto se Arcángeles. Los Cadres vieron con sorpresa y curiosidad este mismo hecho. Kalawarner y Mitelt casi se desmayan. Issei no sabía que pasaba y los Dioses egipcios miraban con cautela el cambio de color de negro a blanco de algunas de las plumas de esa ángel caída.
-¿Qué ha pasado? -preguntó Ra con curiosidad. En su larga vida había luchado contra muchos ángeles, tanto caídos como puros, y eso le había pillado con la guardia baja.
-No puede ser... -susurró sorprendida la Arcángel Gabriel.
-¿Esa no es...? -preguntó Penemuel sin palabras por lo que acababa de pasar.
-Sí. Esa es la redención de Padre. -declaró el Arcángel Miguel levantándose de su asiento. -Escuchad, Dioses del país del Nilo. La redención de Raynare es la prueba viva de que Padre ha hablado.
-¿El viejo Ël ha hablado? ¿De qué manera ha hablado si lleva muerto casi 200 años? -preguntó esta vez Anubis, el dios egipcio de la muerte.
-Padre ya no habla con palabras. Ahora habla con actos o hechos. Como cuando nos apareció estos aros oscuros sobre nuestras cabezas. -habló Azazel señalando el aro sobre su cabeza.
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El Dragón Carmesí De Grigory. (+18)
FanficEl Dragón Emperador Rojo, quién fue temido temido en todo el mundo sobrenatural, se ha levantado una vez más, y en esta ocasión, para sorpresa de todos, llamará a la unión, a la concordia y a la paz. Su búsqueda por la tan ansiada paz lo llevará po...