Uno de los actos más puros y humildes que puede realizar un ángel caído o puro en su vida, por muy contradictorio que pueda sonar, es ir a la guerra. Todo ángel, ya sea del Cielo o de Grigory nace con un objetivo claro en su mente: luchar contra los demonios en la Guerra Santa (en latín Ius in Bello -Justicia en la Guerra-, en hebreo Milkhemet Mitzvah -Guerra por Mandamiento- y en árabe Yihad -Guerra Santa-.). Ésta guerra no tenía porqué ser una a gran escala, bastaba con pequeñas escaramuzas o saqueo oportunistas de las tierras demoníacas. Pero esta que se avecinaba iba a ser una totalmente diferente. Una que iba a hacer temblar los cimientos de la facción abrahámica.
Y entre los propios ángeles caídos y puros que se habían alistado al Lahak Yeshu'a se intuía que lo que se avecinaba era algo completamente distinto a lo que se había visto desde que los Cadres se asentaran en el Inframundo y fundaran Grigory hace casi 3000 años. A las afueras de Grigory-capital, Issei y Raynare fundaron un cuartel donde había barracas, campos de entretenimiento, prácticas de tiro con arco o ballesta, así como varios templos siguiendo el esquema de iglesias, sinagogas o mezquitas. En total había seis templos, dos de cada uno. En éstos los ángeles puros impartían sermones, daban misa o dirigían los ritos, pues los ángeles no pueden realizar tareas de sacerdocio debido al haber caído del Cielo o haber nacido de ángeles caídos.
Los cinco mil ángeles que se habían reunido en el cuartel se inscribieron y comenzaron a no más tardar su entrenamiento. Raynare les instruía en estrategia y logística; Kalawarner en armas pesadas y fuerza física; Mitelt en montar a caballo, controlarlo y usar los estribos, así como manejar armas estando montados, preferentemente sables o lanzas; Asia en el uso de armas enastadas, como lanzas y alabardas y en formar a modo de falange hoplita; y por último el castaño de origen japonés, junto con Akeno, les hicieron un boceto de cómo se llevaría a cabo la invasión si llamar mucho la atención.
Ante la atenta mirada de los reclutas voluntarios, Issei y la hija de Baraquiel explicaron que la invasión tenía que tener una precisión quirúrgica, pues si llamaban la atención de los aristócratas, lo más probable es que pusieran a sus legiones en alerta y atacasen al relativo pequeño grupo que el Lahak Yeshu'a había conseguido agrupar. Una vez tuvieron eso en la cabeza, los ángeles caídos y puros procedieron a debatir entre ellos sobre cómo debía realizarse la invasión. Algunos decían que por tierra, otros que por aire, que para eso tenían las alas.
Tras debatir mucho y con pocos argumentos convincentes por ambas partes, Issei puso fin al debate: irían andando y cada cierto tiempo un grupo reducido de ángeles volarian para avistar si había enemigos cerca o estructuras de importancia logística para sabotear. Así se dijo y así se haría por parte de las tropas del Lahak Yeshu'a. Todos los presentes entendieron que el plan del Sekiryūtei era el mejor que se podía realizar con tan pocos efectivos en combate.
Fue al día siguiente de eso cuando Raynare procedió a realizar la llamada a la guerra, siendo apoyadas por Mitelt y Kalawarner, las cuales llevaban con ellas sendos shofar y las vestiduras típicas de los rabinos judíos: un talit sobre el cuello hasta los codos. Raynare también llevaba uno pero éste le cubría la cabeza, señal de que estaba en una relación amorosa. Kalawarner y Mitelt hicieron sonar los shofar y Raynare se arrodilló una primera vez, besando con sus labios una alfombra blanca en la que estaba inscrito el símbolo de la unión abrahámica* y en cada lado de la alfombra estaba escrito "Abraham", "Moisés", "Jesucristo" y "Mahoma".
*El Símbolo de Unión Abrahámica es una cruz (Cristianismo) en el que el travesaño horizontal es una luna creciente (Islam) y en lo alto, una Estrella de David (Judaísmo)*
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El Dragón Carmesí De Grigory. (+18)
Fiksi PenggemarEl Dragón Emperador Rojo, quién fue temido temido en todo el mundo sobrenatural, se ha levantado una vez más, y en esta ocasión, para sorpresa de todos, llamará a la unión, a la concordia y a la paz. Su búsqueda por la tan ansiada paz lo llevará po...