Los combates del sábado por la noche ya habían acaecido con normalidad y los resultados fueron los predecibles: la exorcista católica y As de la Arcángel Gabriel Xenovia se acabó imponiendo a Asia Argento, la portadora del Twilight Healing y pareja del actual Sekiryūtei, en tanto que en el segundo combate Raynare superó al exorcista ucraniano Igor Doroshenko, estando ambos combatientes a llevar al límite sus Sacred Gears para mostrar que ninguno se rendiría tan fácilmente. Terminado los combates, los vencedores y sus equipos, así como los derrotados, se fueron a cenar al Mesón del Cuervo, el restaurante más céntrico y distintivo de Grigory.
Allí cenaron todos juntos, Cadres, Arcángeles, los exorcistas, el equipo de Issei y los nephilims, quienes se enfrentarían mañana por la mañana, a las diez en punto. Todo eran halagos y enhorabuenas a los vencedores y ánimos y fuerzas para los vencidos. Luego de la cena, todos los asistentes regresaron a sus respectivos hogares a descansar para los combates de mañana: los Cadres a sus casas en la cuadra del Mekom-Heskemim, los Arcángeles a sus villae del Sexto Cielo, los exorcistas a la residencia en el Quinto Cielo, y el equipo de Issei a su casa a las afueras de Grigory, donde Raynare fue felicitada afectuosamente por Adnigkukuda, que había visto el combate desde la televisión.
La noche transcurrió rápidamente para los combatientes de mañana, Abhainn y Akeno. Ambos nephilims tenían la presión agregada de que sus padres ángeles caídos, Kokabiel y Baraquiel, estarían contemplando el combate atentamente desde el palco de autoridades en el estadio. Ambos nephilims, estando ya en sus respectivos aposentos, buscaron aliento y fuerzas en sus difuntas figuras maternas, Rosemary Scarlet y Shuri Himejima. Abhainn rogaba a su madre fuerza y valentía para enfrentar a cualquier enemigo, demonio, pagano o incluso su propia prima en este caso; Akeno protección y amparo en un mundo que, aunque familiar por vía paterna, desconocido y extraño para una chica japonesa de apenas dieciséis años. Y así quedaron ambos dormidos, pidiendo a sus madres por el combate de mañana.
P.O.V. Akeno.
El nuevo día llegó cuando Grigory se fue iluminando a paso lento, como si el sol se fuera levantando por el este. Me levanté temprano, no serían apenas las ocho de la mañana, me dirigí aún en pijama a preparar el desayuno para mi y otō-san. Llevaba ya casi un año aquí en Grigory desde que el actual Sekiryūtei me había rescatado de las garras de la Duquesa Gremory y su séquito. Desde entonces me he ido adaptando a vivir con otros ángeles caídos, entre ellos mi padre, el Rayo de Kami-sama. Aprendiendo hebreo, leyendo los Libros Sagrados de otō-san, comiendo la comida típica de Grigory... cualquier cosa era buena para adaptarme. Y por eso hice un desayuno típico de Grigory: baghir, unas tortitas de sémola y harina, mermelada de tomate, té y labneh, queso de yogurt. Puse la mesa con los platos y la comida y, atraído por el olor, otō-san llegó al salón somnoliento y bostezando, se sentó al lado mía para desayunar y, mientras comía las tortitas, untándolas en la mermelada, me habló.
―Hija, hoy es el combate... ―dijo mi padre luego de tragar un bocado de la tortita, sorbiendo un poco de té.
―Lo sé, y daré lo mejor de mí, ¡ya verás!. ―dije orgullosa inflando el pecho, haciendo reír levemente a otō-san.
―Me consta, eres muy poderosa aunque no lo creas. ¡No por algo soy un Cadre! ―chasqueó los dedos al decir eso último, desplegando sus cinco pares de alas córvidas, forzando a que yo también desplegara mis dos pares.
Luego de eso terminamos de desayunar, me fui a vestir con ropas cómodas como para hacer deporte: un top morado, unos pantalones de mallas negras y zapatillas de deporte blancas. Una vez vestida, nos dirigimos a la Arena para dar inicio los combates de hoy por la mañana: yo contra Abhainn-itoko y la exorcista humana Irina Shidō contra la maga griega Andrestea. A pocos metros del estadio, otō-san se tuvo que desviar para pasar al palco de autoridades y yo al hipogeo, donde en la entrada estaba Abhainn-itoko esperándome. Antes de despedirse me dio un caluroso abrazo y me dio ánimos para hoy.
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El Dragón Carmesí De Grigory. (+18)
Fiksi PenggemarEl Dragón Emperador Rojo, quién fue temido temido en todo el mundo sobrenatural, se ha levantado una vez más, y en esta ocasión, para sorpresa de todos, llamará a la unión, a la concordia y a la paz. Su búsqueda por la tan ansiada paz lo llevará po...